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Arquitecta francesa en bicicleta y estudiando interiores

Melisa Mars nos cuenta sobre su búsqueda, y sobre situaciones que le tocó vivir en estos seis meses.
Jueves, 12 de diciembre de 2019 01:01

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EN BICICLETA / LA ARQUITECTA MELISA MARS FRENTE AL CHIMBORAZO, EL VOLCÁN MÁS ALTO DE ECUADOR.

En un tiempo en el que recorrer Sudamérica resulta un tanto complicado, la francesa Melisa Mars lo viene haciendo en bicicleta desde Colombia, en el marco de un proyecto de conservación del patrimonio arquitectónico de interiores. Conversamos con ella durante su parada en Tilcara, desde donde continuará a Salta, y nos cuenta que "hace seis años vivo en Quebec, donde hago un máster después de licenciarme en Ginebra sobre el patrimonio interior".

Nos habla de su curiosidad sobre "los interiores antiguos, porque hablan de la cultura de la gente. En patrimonio se habla mucho de la arquitectura exterior, la urbanización, pero los interiores parecen no tener un punto de valorización. En los interiores, al buscar lo confortable, muchas veces se cambia y por ello creé un proyecto con artesanos y arquitectos de Quebec para valorizarlo y sensibilizar".

Resalta la importancia "de la apropiación de ese patrimonio. Para demostrar esta importancia es que me surgió la idea de recorrer los Andes a través de sus interiores históricos. Antes de salir armé contactos con arquitectos, otros los fui conociendo en el camino, y ellos me ayudaron mucho a entender. Por ejemplo en Cuenca vi mucho cielorraso importado de Francia, y esas son cosas que hablan de la historia de un país y de la cultura de su gente".

Nos relata que "en Quito, en Cuzco, en Tilcara, paro a la gente para preguntarle qué hay para visitar, toco el timbre y casi siempre me abren. Después quiero recorrer España para hacer vínculos con la colonización, pero es interesante ver que también hay influencia francesa. Las casas más antiguas tienen influencia andaluza, con el patio en el medio, y los frescos pintados tienen mucho del estilo mudéjar, pero hay mezcla de otras partes de Europa".

La otra parte del viaje tiene que ver con la bicicleta. "Soy loca por la bicicleta. Para mí es la mejor manera de entender un territorio porque se ven las transiciones del campo a la ciudad, cada una con su arquitectura, todo muy tranquilamente. Y la gente se siente curiosa al verme, lo que me permite hablar sobre su cultura. Una mujer sola, en Sudamérica y en bicicleta, se ve como algo complicado, y por eso la gente me protege mucho".

Agrega que "suelo quedarme en los centros históricos, pero después me indican qué otros lugares visitar, cuáles hablan más de su historia. Desde Cuzco para acá, lo más impresionante son las iglesias y las capillas, porque en las casas los interiores cambian más rápido. En ciudades como Quito o Cuzco, que son patrimonio, es impresionante cómo cambiaron los interiores, no hay apoyos municipales, y se preservan mejor en los edificios públicos".

Entonces nos habla del cruce entre su proyecto y la actualidad, porque "en todos los países por los que crucé vi manifestaciones, desde Colombia hasta Chile. Comencé en junio y no podía saberlo antes. El 5 de noviembre llegué a Bolivia desde Copacabana. Ya tenía noticias que había problemas. Ya me había pasado en Ecuador, y fue muy duro, me hicieron saber que seguir en bicicleta entre los bloqueos lo tenían como una falta de respeto".

INTERIOR DE LA IGLESIA DE TILCARA / LA PROFESIONAL FRANCESA LLEVA ADELANTE UN PROYECTO QUE REVALORIZA ESTOS ASPECTOS.

Recuerda que "en todos los países hay casas que alojan a quienes viajan en bicicleta, y es algo maravilloso. En La Paz es en una casa antigua, y llegamos 9 cicloviajeros. Llegamos el viernes y el domingo fue el golpe de Estado. Primero había cierta felicidad, pero 4 horas después llegó la gente del campo y del Alto para manifestar por Evo Morales y empieza una confrontación muy cruenta".

Nos cuenta que "ese mismo día caí enferma, deshidratada y no había hospitales. Fue en la noche de mayor violencia en la ciudad. Se hablaba de las cosas terribles que sucedían en El Alto, en la ciudad faltaba la comida, se veían los aviones militares sobrevolando, y fue muy duro salir, los telesféricos no funcionaban, cruzamos más de treinta bloqueos. Creo que la bicicleta fue nuestro salvoconducto y tratamos de salir rápidamente a Chile".

Desde Arica, Melisa cruzó el desierto de Atacama y la cordillera para llegar a la Quebrada de Humahuaca por el Paso de Jama. Esta misma semana sigue su viaje para conocer la ciudad de Salta, de donde se embarcará a Buenos Aires para pasar las fiestas con su familia en Fracia.