La comunidad de San Pedro de Jujuy se unió espiritualmente a los millones de devotos, que en todo el continente, celebraron la festividad de la Virgen de Guadalupe, proclamada como Patrona de toda América Latina, Misionera celeste del Nuevo Mundo y Madre de las Américas. Una singular gruta que se levanta entre las calles Juanita Moro y Zubiría, del complejo habitacional El Palomar, ubicado en barrio Güemes, es desde hace un año el pequeño santuario, donde una vez más, los devotos vivieron a pleno la fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe, en tanto que el padre Héctor Martínez invitó a vivir la espiritualidad misionera de la Virgen morena.
inicia sesión o regístrate.
La comunidad de San Pedro de Jujuy se unió espiritualmente a los millones de devotos, que en todo el continente, celebraron la festividad de la Virgen de Guadalupe, proclamada como Patrona de toda América Latina, Misionera celeste del Nuevo Mundo y Madre de las Américas. Una singular gruta que se levanta entre las calles Juanita Moro y Zubiría, del complejo habitacional El Palomar, ubicado en barrio Güemes, es desde hace un año el pequeño santuario, donde una vez más, los devotos vivieron a pleno la fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe, en tanto que el padre Héctor Martínez invitó a vivir la espiritualidad misionera de la Virgen morena.
Tras el oficio religioso, con el sonar de trompetas y guitarras, llegaron los mariachis para cantar Las Mañanitas a la Virgen, sumando un tributo musical. La misa fue presidida por el padre Héctor Martínez, quien centró su homilía en el pasaje bíblico de la Visitación de María a su prima santa Isabel, invitando a salir, a ir al encuentro que genera alegría. Mirando la gruta, indicó que así como en el monte Tepeyac, María de Guadalupe eligió este espacio para quedarse, aquí en esta gruta donde un grupo de devotos trabaja sin descanso para convertirlo en un bello santuario. Finalizado el oficio religioso, los mariachis hicieron su ingreso y todos a viva voz, le cantaron Las Mañanitas a la Virgen, y se sumaban otras canciones, hubo un compartir en comunidad.
"No hay nada imposible cuando uno emprende algo con amor, la fe que mueve montañas, todo comenzó siendo un sueño, todo esto era un espacio vacío, un baldío, con ayuda de la comunidad que donó el material y el municipio la mano de obra, comenzó a tomar forma, y el año pasado, quedó inaugurada la gruta. Cada ladrillo, cada hierro, cada bolsa de cemento que fueron donados están aquí, en este lugar de oración, de devoción a la Virgen de Guadalupe.
De a poco va creciendo, todavía no tenemos la conexión directa del agua, pero hay una persona muy especial en mi vida que es mi papá Luis, quien se encarga de regar las plantas, el mantenimiento de la gruta, un vecino desde su casa nos dona el agua, también los vecinos suman sus manos para el cuidado", dijo la joven devota Eliana. Apuntó que la fiesta comenzó con el acompañamiento de Juan José Calderari, quien donó la imagen a la parroquia San Andrés. "Cada año esta festividad va creciendo, vamos a continuar trabajando, en la parte posterior queremos colocar juegos para los niños. Le pedimos a la gente que quiera colaborar con cemento, para seguir con la construcción. Agradezco a toda la comunidad que se acercó a vivir esta fiesta en honor a la Virgen sumándose de alguna manera a las celebraciones que hubo en toda América Latina", dijo.