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Sumá una opción saludable en Navidad

Jueves, 19 de diciembre de 2019 01:00

Generalmente las comidas de Nochebuena, Navidad y Año Nuevo se caracterizan por ser hipercalóricas, se sirven en grandes cantidades y son acompañadas por bebidas con azúcar agregada y/o alcohol, formando una combinación poco saludable. Si sólo se trataría de dos cenas no habría tantas complicaciones, pero coinciden con fiestas de fin de año de lugares de trabajo, cumpleaños, despedidas y reencuentros con amigos y las vacaciones. Por lo tanto si en cada una se tienen excesos resulta perjudicial para la salud.

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Generalmente las comidas de Nochebuena, Navidad y Año Nuevo se caracterizan por ser hipercalóricas, se sirven en grandes cantidades y son acompañadas por bebidas con azúcar agregada y/o alcohol, formando una combinación poco saludable. Si sólo se trataría de dos cenas no habría tantas complicaciones, pero coinciden con fiestas de fin de año de lugares de trabajo, cumpleaños, despedidas y reencuentros con amigos y las vacaciones. Por lo tanto si en cada una se tienen excesos resulta perjudicial para la salud.

En esta nota encontrarás algunas recomendaciones para poder disfrutar de las fiestas sin caer en los excesos, manteniendo los hábitos saludables.

1) Cocinar lo justo para esa noche. Muchas veces por la emoción de fin de año y de recibir a los seres queridos se cocina en grandes cantidades, quedando comida que se repite al día siguiente. Lo ideal es retomar las comidas frescas y saludables.

2) No omitir comidas, decir "a la noche tengo el evento así que voy a almorzar una ensaladita y paso de largo hasta la cena" es el error que se comete con mayor frecuencia a la hora de asistir a una fiesta. Por una parte se predisponen deliberadamente a consumir comidas en excesos en el evento y por otra se privan de nutrientes, someten al cuerpo a un ayuno prolongado innecesario, creando alteraciones en el organismo y al omitir comidas llegan con un apetito superior a la cena comiendo quizás mucho más de lo que se habían propuesto.

3) Evitar el picoteo, principalmente los que se encargan de la comida y pasan gran parte del día en la cocina. Esto se encuentra relacionado con el punto anterior ya que si omiten una comida, por ejemplo la merienda, van a tener hambre y el picoteo será mayor y sin control.

4) Reemplazar las bebidas comerciales por bebidas caseras, por ejemplo una limonada, aguas saborizadas naturales o simplemente agua. Mantener una buena hidratación durante todo el día.

5) Sumar opciones saludables a la mesa. Esto no quiere decir que van a cambiar la comida de toda la familia, sino ofrecer una alternativa más saludable. Basta sólo con preparar una ensalada fresca, sin tantos aderezos, reemplazar las salsas comerciales por unas caseras, buscar técnicas de cocción saludable y sabrosa como por ejemplo a la bolsa, asado, al horno, etc. evitando las frituras.

Como se planteó al principio, lo importante es no abandonar hábitos saludables que se hayan adquirido hasta el momento, si todo el año acompañaron las comidas con agua o limonada y disfrutan de esa bebida no hay razón para cambiarlo en Navidad o Año Nuevo. Se debe poner en práctica la alimentación consciente, aprender a elegir los alimentos evitando los ultraprocesados, que predominen alimentos naturales y las comidas caseras sobre todo los postres, no fijarse tanto en las calorías sino en la calidad de los alimentos que colocaran en la mesa.

Por último es recomendable correr el foco de la comida, que no sea la protagonista de las fiestas, el punto de disfrute lo podemos encontrar en compartir con los seres queridos.