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Cómo prevenir intoxicaciones alimentarias en las Fiestas de Fin de Año

Hay una serie de cuidados que debemos tener en cuenta para evitar un posible malestar causado por diversos microorganismos.

Jueves, 26 de diciembre de 2019 20:16

Vómitos, diarrea, fiebre, deshidratación, sudores, escalofríos, dolor de cabeza y estómago son solo algunos de los síntomas que uno puede experimentar por sufrir intoxicación alimentaria. Preparar comida implica enfocarse en diversas responsabilidades, no solo en si tendrá buen sabor. Chequear la calidad de los ingredientes frescos y envasados implica ver en qué condiciones se encuentran, el aroma, textura, fecha de elaboración, frescura y hasta la higiene de los utensilios que se van a usar.

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Vómitos, diarrea, fiebre, deshidratación, sudores, escalofríos, dolor de cabeza y estómago son solo algunos de los síntomas que uno puede experimentar por sufrir intoxicación alimentaria. Preparar comida implica enfocarse en diversas responsabilidades, no solo en si tendrá buen sabor. Chequear la calidad de los ingredientes frescos y envasados implica ver en qué condiciones se encuentran, el aroma, textura, fecha de elaboración, frescura y hasta la higiene de los utensilios que se van a usar.

A veces un descuido puede derivar en un problema de salud como la salmonella (afecta el aparato intestinal) o escherichia coli (puede producir desde diarrea hasta insuficiencia renal). Estas dos enfermedades bacterianas e infecciosas generadas por la ingesta de alimentos o agua contaminada afectan a cualquier persona, aunque los más vulnerables son los nenes, las mujeres embarazadas y los adultos mayores de 65 años.

La mayoría de los casos de intoxicación alimentaria se dan a raíz de bacterias, parásitos o virus que se encuentran en el alimento en mal estado. Por eso, es importante llevar a cabo buenas prácticas de manufactura y control en el vencimiento de las comidas, según cuenta a Con Bienestar Teresa Cóccaro, Licenciada en Nutrición (M.N. 5705).

 

Cómo prevenir las intoxicaciones alimentarias:

1. Mantener bien refrigeradas las carnes crudas (blancas y rojas). Se recomienda descongelarlas de a poco en la heladera ya que apurar el proceso con calor permite que proliferen bacterias.

2. No enjuagar la carne cruda de ave antes de cocinarla porque puede salpicar gérmenes alrededor de la pileta, de los utensilios de cocina o de todo lo que se encuentre cerca.

3. Los alimentos refrigerados no deben estar más de una hora fuera de la heladera porque pierden la cadena de frío.

4. Antes de consumir, enjuagar con agua potable los alimentos con cáscara (frutas, verduras o huevos) ya que pueden contener tierra, suciedad, bacterias o pesticidas.

5. No hay que confiarse de un alimento que venció hace tan solo días. Lo mejor es no arriesgarse y descartarlo ya que cumplió su ciclo vital.

6. Separar las carnes crudas de otros alimentos, eso incluye las tablas de cortar, platos o cuchillos que hayan tenido contacto (lo ideal es tener una tabla para carnes y otras verduras). Tampoco es aconsejable reutilizar pan rallado, harina o adobos que tuvieron contacto con productos crudos.

7. Alejarse de las masas crudas. Uno se tienta y quiere probar la mezcla de la torta para ver cómo quedó. Esta preparación contiene huevos sin cocinar y podría derivar en una infección por salmonella u otras enfermedades bacterianas.

8. Lavarse las manos y limpiar los utensilios a medida que se avanza en la receta porque durante la manipulación de alimentos, puede transferirse un sinfín de bacterias. La probabilidad de generar contaminación cruzada se reduce cuando se inculcan buenos hábitos de higiene.

9. Recalentar muchas veces puede echar a perder una comida en su totalidad. Preferentemente, calcular las porciones y no calentar más de una vez lo que se va a comer. Una recomendación: la comida de textura crujiente queda mucho mejor cuando se recalienta en el horno, mientras que la de consistencia más suave o blanda con darle un golpecito de calor en el microondas estará bien.

 

Fuente: TN