Con gran convocatoria y emoción la parroquia San Pedro y San Pablo asistió el fin de semana al pesebre viviente que bajo el lema "María, Esperanza Nuestra" se realizó el sábado en la sede de avenida Almirante Brown y Zegada y ayer en la capilla de Fátima.
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Con gran convocatoria y emoción la parroquia San Pedro y San Pablo asistió el fin de semana al pesebre viviente que bajo el lema "María, Esperanza Nuestra" se realizó el sábado en la sede de avenida Almirante Brown y Zegada y ayer en la capilla de Fátima.
Estuvo a cargo de integrantes de la Pastoral Juvenil de la parroquia, monaguillos, niños y adolescentes de catequesis e hijos de miembros de la comunidad que aún no están en catequesis pero participan.
El párroco Miguel David Aciar fue uno de los relatores y luego de la recreación del nacimiento del Niño Jesús se encargó de explicar una escena especial y final relacionada con las advocaciones de la Virgen (del Valle, de Río Blanco y de Fátima) y el Año Jubilar Mariano.
Hubo un especial agradecimiento a todos los participantes y sus familias, que recibieron cálidos aplausos.
Vale recordar que mañana, a las 20, se oficiará la misa de acción de gracias por fin de año en la sede parroquial y el miércoles, también a las 20, se honrará a Santa María Madre de Dios.