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Acercando la música a las cotidianas realidades

Martes, 31 de diciembre de 2019 01:04

Hace casi cuatro años que escribo la columna de "Música por el mundo" para este matutino, y hoy quiero contar esta experiencia que se concreta cada lunes. La verdad es que cuando la jefa de la sección Cultura y Espectáculos, María Eugenia Montero, me propuso escribir desde Europa para El Tribuno de Jujuy, había pensado en algo muy distinto, como era escribir reportes culturales y críticas musicales de espectáculos que presenciaba. Es difícil evaluar lo logrado, pero si siento que me fui acercando al gran público a través de lo que conocía.

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Hace casi cuatro años que escribo la columna de "Música por el mundo" para este matutino, y hoy quiero contar esta experiencia que se concreta cada lunes. La verdad es que cuando la jefa de la sección Cultura y Espectáculos, María Eugenia Montero, me propuso escribir desde Europa para El Tribuno de Jujuy, había pensado en algo muy distinto, como era escribir reportes culturales y críticas musicales de espectáculos que presenciaba. Es difícil evaluar lo logrado, pero si siento que me fui acercando al gran público a través de lo que conocía.

Precisamente las historias de esta columna tratan de acercar al público jujeño, a través de las palabras y las imágenes y música transformadas en tinta, las experiencias enriquecedoras que experimento en mis visitas a los teatros, museos y acontecimientos musicales-culturales.

Nada permanece igual y fui cambiando. A veces escribiendo sobre óperas, mi primer amor, y de lo que mejor puedo escribir, pues siempre admiré la voz humana y porque soy cantante de formación clásica.

Otras veces escribí sobre mis conciertos, desde mi punto de vista interpretativo.

En este tiempo mi carrera de cantante se ha expandido en Europa y, soy el único cantante profesional jujeño que hace carrera internacional. Me regocija llevar siempre a mi provincia conmigo.

Como es el anuario de mi querido diario El Tribuno de Jujuy, puedo decir que el 2019 es un año muy importante para mí, pues hice mi debut en Londres, capital internacional de la música y donde trabajé con orquestas y con uno de los mejores pianistas del mundo, Nigel Foster.

También fundé el ensemble de música barroca "El Parnaso Hyspano", con sede en Colonia, Alemania y Londres, donde recluté cantantes líricos para cantar las maravillosas obras del barroco sudamericano, muchas de ellas escritas en guaraní, quichua, chiquitano y moche.

Lo único que espero es poder seguir disfrutando de hacer música, de cantar y mejorar cada vez mi calidad de artista, pues tener la música como trabajo nos demanda a los artistas no sólo laburar bien, sino también llegar al público. En cada concierto aprendo y conozco gente maravillosa.

En lo personal, prefiero cantar barroco latinoamericano, sobretodo en quichua (idioma que se hablaba en parte en mi casa), moche o guaraní, el idioma que aprendí con la comunidad ava guaraní de mi amado San Pedro de Jujuy y de quienes estoy tan orgulloso. Recuerdo cuando nos reuníamos con la comunidad ava guaraní y la mburuvicha emocionada hasta las lágrimas traducía los textos de las arias con orquesta que sus antepasados interpretaban y cantaban.

Transmitir los conocimientos que me ha dado mi formación musical y mi carrera, pero también la vida y el intercambio con mis compañeros, me da el incentivo para escribir e informar a mi lector que sabe mucho más de lo que cree de música clásica. Ese es el motivo de mi columna semanal. No se trata de que la música clásica o llamada culta sea diferente de la música popular, pues mucha de la música clásica ya la conocemos sin haber asistido a la ópera o la filarmónica por las películas de directores famosísimos pero también por los dibujos animados que veíamos por Canal 7 de Jujuy, en especial las así llamadas por Warner Bros., "Melodías tontas", algunas películas de Disney y también algunas series infantiles como "El Chavo", cuyo tema de entrada es la "Marcha Turca" de Beethoven (sí, el autor de la "Oda a la Alegría", parte coral de la Novena Sinfonía que fue mi debut con orquesta en Londres).

Por otro lado, la música en el renacimiento y el barroco, cuyo amor descubrí gracias a una beca en Suiza, mucha nació como música popular en tabernas o en la calle y hablan de temas picarescos o de sexo, como una cumbia villera en la actualidad, lo que no quiere decir que la cumbia villera en el futuro llegue a ser un clásico (o quizás sí?).

Para mí, cantar este repertorio es estar cerca de San Pedro de Jujuy. Lo que me sorprendió es que quizás gusten más y generen más interés en Europa que en el propio Jujuy, donde las canté en el Festival de Música Barroca que fundé "Xuxuy Barroco" y que ojalá vuelva a repetirse, con artistas jujeños, como ya lo hice.

Pero no es sólo cantar música barroca u ópera, la vida de un cantante, también lo es poder apreciar y poder abarcar otros géneros dándole un toque personal.

Es por eso, que como jujeño que soy, disfruto cantando folclore del norte argentino, cuyas canciones elijo cuidadosamente. Sobre todo la obra del Gustavo "Cuchi" Leguizamón, cuyas canciones escapan del folklore tradicional adentrándose en armonías atrevidas y que logré presentar en los escenarios jazzísticos de Holanda y Alemania, donde estrené algunas obras con músicos de una sensibilidad asombrosa, pues para un europeo interpretar los ritmos del norte argentino es todo un desafío, pues su música no es tan rica en colores indígenas, dulzura y ritmos cruzados.

Con todo esto, querido lector de mi columna, espero que con esta confesión a título personal sepas entenderme mejor y te invito a escribir en mi blog todas tus inquietudes.