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La guerra que comenzó con un grafiti en la pared

Martes, 31 de diciembre de 2019 01:04

Tras siete años y medio de combates y bombardeos, Siria está en ruinas.

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Tras siete años y medio de combates y bombardeos, Siria está en ruinas.

Sufre el conflicto más cruento de los que estallaron con las revueltas y revoluciones incluidas en el concepto de "primaveras árabes". Al menos 465.000 sirios han muerto, más de un millón han resultado heridos y 12 millones han huido forzosamente de sus casas.

"Si el conflicto no termina pronto, éste podría ser el fin de Siria tal como la conocemos", sentenció António Guterres cuando acababa su mandato como alto comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), a finales del 2015.

Tras Túnez, Egipto y el inicio de la rebelión en Libia, en marzo del 2011 estallaron las protestas contra el presidente sirio, Bashar el Asad, cabeza del régimen del partido Baaz, en la ciudad de Deraa (sur). Se iniciaron tras el arresto y tortura de unos adolescentes que pintaron en la pared de su escuela:

A partir de alli se formaron grupos opositores armados y empezaron las deserciones de militares sirios que se unían a los rebeldes, aglutinados en el Ejército Sirio Libre (ESL). El país se sumió en la guerra, los bombardeos de las fuerzas sirias se multiplicaron y en el 2012, los combates llegaron a Damasco, la capital, y a la segunda ciudad del país, Alepo.

"Hasta el 2012, la mayoría pensaba que el final del régimen estaba cerca, pero entonces Asad consiguió ayuda de sus aliados. Primero de Irán y de (el movimiento chií libanés) Hizbulá, que mandó a su milicia a luchar con Asad y le aportó avances que lo salvaron y le dieron mucha motivación".

Luego entran en escena los yihadistas que aumentaron y las fuerzas seculares del ESL perdieron terreno. Aparecieron grupos como el yihadista Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, y el Estado Islámico (EI), que lanzó una fuerte ofensiva en Irak en junio del 2014, y luego en la zona de Siria cercana a la frontera iraquí. El EI proclamó un califato en el área que controla en Irak y Siria cuya capital de facto es la ciudad siria de Raqqa.

A todo esto las potencias mundiales como Estados Unidos y Rusia apoyaban a distintos bandos. El Kremlim con el régimen del presidente sirio. Estados Unidos, con los rebeldes.