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"Nosotros estamos para enseñarles, no para juzgarlos"

Jueves, 05 de diciembre de 2019 01:03

Francisco Mamaní, docente de séptimo grado de internos alojados en la Unidad Penal Nº 7, habló sobre el propósito que ellos tienen para con los internos y el compromiso que asumen estando ahí.

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Francisco Mamaní, docente de séptimo grado de internos alojados en la Unidad Penal Nº 7, habló sobre el propósito que ellos tienen para con los internos y el compromiso que asumen estando ahí.

En ese sentido, mencionó, en diálogo con El Tribuno de Jujuy que "lamentablemente no todos tenemos la misma vida, a ellos les tocó vivir algo feo de chicos. Nosotros estamos para enseñarles, no para juzgarlos y prepararlos de la mejor forma haciendo todo lo posible para que ellos repiensen su camino y vuelvan a encauzarse en lo que nosotros creemos que es lo mejor cuando estén en libertad".

"Nuestro principal objetivo es reinsertarlos en la sociedad asumiendo un compromiso con ellos, por eso algunas veces nos cruzamos con los del Servicio Penitenciario porque tienen otra forma de ver las cosas", añadió.

Un 40 por ciento de las personas que están privadas de su libertad deja sus estudios de niños por su historia familiar, explicó.

Por su parte, Vilma Toconás, docente también del establecimiento, sostuvo que "el hecho de que los alumnos que van a la primaria tengan entre 20 y 65 años da cuenta de que nunca pudieron estudiar durante su infancia, la mayoría de los muchachos cuentan que ellos nunca pudieron terminar la escolaridad porque desde chicos tuvieron que trabajar para ayudar a sus padres. Tienen vidas muy duras y eso fue lo que les impidió estudiar de chicos. Hay casos de personas que son alfabetos funcionales, es decir que saben leer y escribir solamente lo básico".

Contención afuera

Francisco Mamaní también afirmó que "si no hay una contención cuando salen del penal es muy probable que vuelvan a lo mismo, lamentablemente si afuera no hay nadie que los contenga, ese círculo vicioso continúa y vuelven al mismo ámbito que estaban antes que ingresaran en la mayoría de los casos".

"Es posible que cambien su mirada con respecto a la vida pero solamente lo lograrán con una contención afuera. Ahí adentro lamentablemente la preparación que les dan a muchos del Servicio Penitenciario es despersonalizarlos o que sean sumisos", agregó.

Asimismo, remarcó que muchas veces no contamos con "el apoyo necesario desde el penal, por eso nosotros mismos tenemos que rebuscarnos para conseguir útiles o la ropa. Si nosotros solamente iríamos por el sueldo no seríamos demasiado útiles para ellos, por eso hay que tener un compromiso. Muchos se van enseguida, pero los que creemos en este cambio, seguimos, insistimos y nos cruzamos con autoridades porque tenemos que andar de un lado al otro para que se concreten todas las ideas que tenemos".

Clases dentro de la cárcel

Al principio cualquiera que se imagina "la palabra cárcel le da un poco de miedo, en el caso mío me tocó trabajar prácticamente en todas las unidades tanto federales como provinciales. En la Unidad Nº 2 de Menores me costó un poco más porque hay que armarse de paciencia ya que muchos están consumidos por el tema droga", señaló.

Siguió diciendo que "con las personas adultas cuesta en el sentido de que el cuerpo a veces no lo tienen preparado porque dejaron desde hace mucho, hay que luchar con eso, de que pueden hacerlo y que tienen la capacidad pero no la descubren". Hace 16 años que Mamaní trabaja en la educación en contextos de encierro, "hoy tengo la suerte de que muchos exalumnos que tuve en la cárcel hoy los veo por la calle y me saludan. Algunos son canillitas, albañiles o trabajan vendiendo comidas, siempre nos saludan con respeto en la calle. Ellos saben bien que nosotros intentamos hacer algo por ellos", indicó.