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19 de Marzo,  Jujuy, Argentina
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Un recorrido por los caminos de la Puna

En cinco lugares, llenos de encanto, cuya belleza reside en la simplicidad y el respeto por el pasado y la tranquilidad.

Domingo, 17 de febrero de 2019 00:00

La Puna es dueña de espectaculares paisajes, inmaculadas salinas, estepas, planicies altiplánicas, lagunas rodeadas por montañas y hasta oasis que matizan con su diversidad biológica la monotonía propia del desierto de altura.

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La Puna es dueña de espectaculares paisajes, inmaculadas salinas, estepas, planicies altiplánicas, lagunas rodeadas por montañas y hasta oasis que matizan con su diversidad biológica la monotonía propia del desierto de altura.

Entre sus atractivos excepcionales vale nombrar la Reserva de Biósfera Laguna de Pozuelos; la incomparable y desafiante Cuesta de Lipán; las imponentes Salinas Grandes.

El circuito se compone de numerosos parajes rústicos, cuya belleza reside en la simplicidad, el respeto por el pasado y la tranquilidad.

La Puna, en la provincia de Jujuy, propone imperdibles postales para renovar energías, degustar sabores regionales, participar de festividades locales y adquirir coloridas artesanías.

Hermosas salinas, extensas lagunas custodiadas por altos picos cordilleranos y verdes oasis que matizan los imponentes relieves desérticos componen esta deslumbrante región en el extremo noroeste del país, al límite con Chile y Bolivia. Se trata de una tierra que remonta al viajero hasta los tiempos precolombinos para descubrir los rasgos de un pasado que se mantiene muy presente en un conjunto de pequeños poblados. Áreas tranquilas y pintorescas, donde abundan las casas en barro, piedra y paja, y donde las costumbres milenarias siguen siendo respetadas.

Susques, la joya puneña

MAJESTUOSA SUSQUES/ LA FELIGRESÍA DE LA PUNA OFRENDA SU FE A LOS SANTOS QUE LOS ACOMPAÑAN SIEMPRE.

Destacado como uno de los pueblos más antiguos de la Puna, Susques es el imperdible del circuito.

Con unas pocas cuadras, demasiada serenidad y una antiquísima iglesia realizada íntegramente en piedra, adobe y ambientada con pinturas cuzqueñas, este poblado se ha instituido casi como un monumento de la región. Se encuentra en una vasta hoyada, a 3.700msnm, en la confluencia de los ríos Pastos Chicos y Susques al formar el río de las Burras, en el extremo norte de la Sierra de los Cobres. Quienes lleguen hasta aquí encontrarán hospedaje y comedor dispuestos para la estadía tranquila y confortable del visitante. Susques es, además, paso obligado en el viaje a Chile por el Paso Internacional de Jama. Se ubica en el taco del zapato dibujado por el territorio provincial, en el cruce de ruta nacional 52 y ruta provincial 74.

Cochinoca, mágica y misteriosa

Olvidado por el ferrocarril y vacía sus minas de oro, Cochinoca fue quedándose sin población, pero no sin atractivos. Cautiva aún desde su emplazamiento la capilla de Santa Bárbara, típica edificación religiosa del noroeste, encomendada a la Protectora de los rayos y las tormentas que cada tanto se desatan con furia en la zona. Se lo encuentra en un desvío del camino, sobre RP 71, al oeste de Abra Pampa. Leyendas, magia y misterio dominan la agreste geografía de Abra Pampa, categorizada como la "Siberia Argentina". Punto de partida hacia las más interesantes excursiones por la región y de encantadora apariencia, esta localidad jujeña se arroga la calificación como Capital de la Puna.

Es interesante observar en este lugar el mercado-feria con el típico colorido del altiplano, así como pueden visitarse establecimientos donde se domestican llamas y se las cría a los efectos de la comercialización de su lana.

Al noroeste de su territorio se aprecia el cerro Totay, de 4.366 msnm. Abra Pampa se ubica sobre la RN 9, entre La Quiaca y las Salinas Grandes.

Rinconada, silente y solitaria

ANTIGUA RINCONADA/ UN PUEBLO HISTÓRICO LLENO DE CULTURA Y COSTUMBRES ANCESTRALES QUE SIGUEN VIVAS.

Calles empedradas, casas de adobe y techos de paja dibujan la postal representativa del somnoliento pueblito de Rinconada. Silencio y soledad es lo que develan hoy sus calles, y por allí, se permite el fugarse al pasado descubriendo bajo el pueblo los socavones de las viejas minas. Casi ignorando su presente desolado, frente a la plaza, Rinconada conserva en sus rasgos altivos en el antiguo cabildo, así como conserva el nombre de "Confín Aurífero de la Patria", aunque todo ello haya quedado en el olvido.

Santa Catalina, pueblo minero

Cofre de virtudes y tradiciones, Santa Catalina transfiere la atención del paisaje recio y silencioso, al particular encanto de su antigua iglesia, que guarda el arte de la imaginería colonial. Tradicional pueblo minero, de costumbres sencillas y gran cordialidad, en el territorio de Santa Catalina puede admirarse la colección del Museo Regional Epifanio Saravia, si es de reconocimiento cultural que se trata; y puede contemplarse el Río Catalina, si la pasión por la naturaleza es lo que impulsa la visita. Con una ubicación casi lindante con Bolivia, constituye el Punto Extremo Norte de Argentina. e alza al noroeste de La Quiaca, por Ruta Provincial 76.

Yavi, el pórtico del país

LA RELIGIOSIDAD EN YAVI/ SE CONCENTRA EN LA IGLESIA QUE OFRECE VESTIGIOS DE UNA HISTORIA RICA EN VIVENCIAS DE UN PASADO ÚNICO.

Como verde mancha en la aridez de la Puna, Yavi conserva la particularidad de poseer pintorescas casitas de adobe, con techos de caña, barro y paja, pensados para soportar las heladas noches puneñas. 

La desolación de esta escena rústica se profundiza ante la escasa población que resiste en el pueblo. 

No obstante, su atractivo se alimenta de esto.

Hacia el norte y hacia el sur del poblado, los yacimientos arqueológicos recuerdan el remoto pasado de esta tierra habitada desde hace más de dos mil años por anitguas civilizaciones.

En Yavi es interesante visitar la Capilla de San Francisco, la Casa del Marqués, la Laguna Colorada, Yavi Viejo y el Museo de Antigales.

Se sitúa al este de La Quiaca.

Para acceder a esta singular población se debe transitar la ruta provincial 5, que recorre el trayecto del tradicional camino al Alto Perú y se encuentra pavimentada y en perfectas condiciones.

Al llegar al pueblo, llama la atención la tranquila aridez de su emplazamiento. 

Yavi se encuentra surcada por el río del mismo nombre y en sus orillas crecen sauces que dan un verde intenso que contrasta con el paisaje desértico.

Una de las mejores maneras de apreciar esta pequeña ciudad es caminar por sus anchas calles y contemplar las casas de adobe y paja, los materiales más comunes en las construcciones del lugar.

Desde el exterior, la iglesia Nuestra Señora Del Milagro es un edificio interesante. 

Se destaca el notable juego volumétrico obtenido por la combinación de cuerpos yuxtapuestos en la nave principal. Pero su más notable valor se encuentra en el interior, donde se encuentra una estructura de muros de adobe que sostiene troncos rústicos ensamblados, sobre los que descansa un cañizo que soporta las tejas.

De inmediato percibimos la excepcional riqueza de todo el equipamiento. 

Ya en la entrada los herrajes de la puerta anticipan la ornamentación de la estructura de madera, cuyas vigas y puntales incluyen tallas enriquecidas con cabecitas de querubines.

Unos pasos más al interior aparece el púlpito tallado de madera y cubierto de oro a la hoja, que resplandece por todo el salón. Todo se mantiene cromáticamente uniforme por el dorado, las cornisas, las columnas y los nichos con las imágenes que añaden algo de relieve al conjunto.
 

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