"Carnaval del Cerro" es un encuentro de copleros, erquencheros, anateros y acordeonistas que se realiza en la comunidad de Zanja, tenencia de la familia Martínez. De ello habló con El Tribuno Julio Herrera, quien señaló que "siempre se venía haciendo esta festividad cultural, que es la señalada de las cabras, donde participan los familiares, gente de las comunidades, y esta vez quisimos hacerlo un poco más abierto porque a mucha gente le gusta lo que es el canto de las coplas". Será el 23 de febrero y adelantó: "Me llamó la atención que muchos jóvenes, de muchos pueblos, me confirmaron ya que se llegarán a coplear. Para llegar a Zanja hay que ir hasta la Garganta del Diablo o por el camino de Punta Corral, para lo que estamos señalizando el camino y que puedan llegar tranquilos. Hay salidas en caravana, en horas de la mañana, desde el Puente camino al Pucará, y el asunto es llegar y compartir un día de fiesta de Carnaval".
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"Carnaval del Cerro" es un encuentro de copleros, erquencheros, anateros y acordeonistas que se realiza en la comunidad de Zanja, tenencia de la familia Martínez. De ello habló con El Tribuno Julio Herrera, quien señaló que "siempre se venía haciendo esta festividad cultural, que es la señalada de las cabras, donde participan los familiares, gente de las comunidades, y esta vez quisimos hacerlo un poco más abierto porque a mucha gente le gusta lo que es el canto de las coplas". Será el 23 de febrero y adelantó: "Me llamó la atención que muchos jóvenes, de muchos pueblos, me confirmaron ya que se llegarán a coplear. Para llegar a Zanja hay que ir hasta la Garganta del Diablo o por el camino de Punta Corral, para lo que estamos señalizando el camino y que puedan llegar tranquilos. Hay salidas en caravana, en horas de la mañana, desde el Puente camino al Pucará, y el asunto es llegar y compartir un día de fiesta de Carnaval".
Además, dijo que "son dos horas caminando muy lento, y hay que llevar caja, ganas de cantar y de compartir, aunque para los que no tengan les vamos a prestar cajas. Se van a contar historias de los Carnavales, aquellas de las que uno va aprendiendo. Así vamos conociendo los juegos que se hacían como con la musura, que es el hongo que nace de la chacra y la chala, que era antiguamente la pintura del Carnaval".
"Yendo a algunos carnavales, vi cómo la gente tiraba frutas a una piedra para partirlas. Cuando entré a preguntar, me dijeron que era para la Pachamama. Cuando regreso, le pregunto a la gente de Alfarcito, y me dicen que antiguamente la abuela lo hacía. Tenemos que volver a eso, y esas cosas vamos a compartir, alegrándonos con las cajas, los versos, el sonido de los erquenchos y compartir la señalada", afirmó.
Explicó que "cada familia tiene una cantidad de cabritos, que cuando nacen son orejanos. Orejanos quiere decir que están puritos, y la señalada es marcarles las orejas, de acuerdo a las familias, porque unas tienen una V, otras W, y se lo hace con un cortecito pequeño. Los visitantes ayudan al dueño agarrando a los animales, y la paga que le hacen es convidándole un vaso de chicha. Al final, se entrega las orejas a la Pacha, enterrándolas en una apacheta". Indicó que, "en el caso de mis tíos, siempre llevamos un poco de hormiga, porque el secreto es que esa hacienda se multiplique. Es la creencia de los pueblos, y comienza desde diciembre hasta próximo la Semana Santa, cuando dejamos el canto alegre para coplear con la tonada de Pascua. Charlando con mis tíos, vimos que los años van pasando y cada vez se van quedando más solitos, así que les dije de hacer esta invitación abierta, y dio resultado".
Herrera informó que "si alguien tiene algún problema para llegar, tenemos el contacto del teléfono 3884159069 para que se le envíe un croquis. Hay vehículos que van a estar saliendo desde la Plaza hasta la Garganta del Diablo, desde donde hay una hora de camino. El evento lo terminamos a la tarde para que la gente pueda regresar. Los músicos vamos a acompañar con quenillas, como la Pata de Cabra de tres agujeros, o la más grande, para que las coplas se motiven más, y el erquencho tiene que sonar". De yapa, habló de "don Isidro Martínez, que toca el bandoneón. En su juventud solía salir a tocar al pueblo, pero con los años ya se quedó en el cerro".