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La cumbre entre Trump y Kim Jong-un terminó en fracaso

Corea del Norte pidió el levantamiento de todas las sanciones a cambio de desmantelar la producción nuclear.Pese al optimismo de los países, Estados Unidos se negó al pedido norcoreano y dio por finalizado el encuentro.

Viernes, 01 de marzo de 2019 01:00

La cumbre entre Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un, centrada en la desnuclearización, terminó abruptamente ayer en Hanói sin un acuerdo porque según el presidente estadounidense Pyongyang quería el levantamiento de todas las sanciones.

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La cumbre entre Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un, centrada en la desnuclearización, terminó abruptamente ayer en Hanói sin un acuerdo porque según el presidente estadounidense Pyongyang quería el levantamiento de todas las sanciones.

El objetivo de la cumbre era concretar los resultados de su primera reunión histórica de junio en Singapur, pero Kim y Trump no lograron acordar la declaración conjunta inicialmente prevista.

"A veces hay que irse, y esta es una de esas veces", declaró a la prensa un Trump inusualmente pesimista al término de la reunión. "Básicamente ellos querían el levantamiento de todas las sanciones y nosotros no podíamos hacerlo".

En una inhabitual rueda de prensa en Hanói, el canciller norcoreano Ri Yong Ho aseguró que Pyongyang hizo una "oferta realista" en la cumbre y que Corea del Norte buscaba un levantamiento de sanciones parcial, y no total.

Pyongyang ofreció "desmantelar permanente y completamente todas las plantas de producción nuclear" de su complejo de Yongbyon si Washington retira las sanciones "que obstaculizan la economía civil y el sustento de nuestro pueblo", sostuvo.

Con todo, el presidente estadounidense había insistido en que era "optimista de que los avances" logrados antes y durante la cumbre les dejaban "en posición de obtener un muy buen resultado" en el futuro. "Prefiero hacerlo bien que hacerlo rápido".

Trump dijo que Kim prometió no reanudar las pruebas de misiles balísticos o nucleares, pero precisó que por ahora no está prevista una tercera cumbre con el líder norcoreano, a pesar de la "cordialidad" que, según él, existe entre ambos.

"Simplemente nos caemos bien. Existe una cordialidad entre nosotros y espero que dure", afirmó el republicano.

El resultado de Hanói se quedó muy lejos de las expectativas previas a la reunión, tras una primera cumbre que según sus críticos fue formal y vaga en contenido.

"Es un fracaso importante", tuiteó Joe Cirincione, presidente de Ploughshares Fund, una fundación por la paz. Mostró el límite de las cumbres, agregó, "sin tiempo o personal suficiente" para trabajar en un acuerdo.

Los dos líderes abandonaron el hotel de Hanói donde se celebró la cumbre horas más tarde.

Un “Desenlace desafortunado” 

En el inicio de esta segunda jornada de conversaciones, Trump había dicho que no tenía prisa por alcanzar un acuerdo sobre el programa nuclear de Corea del Norte. Partió de Vietnam sin él.
Seúl lamentó un “desenlace desafortunado” pero señaló “avances importantes”.
En una llamada telefónica al presidente surcoreano Moon Jae-in poco después de que terminara el encuentro, Trump “lamentó” no haber llegado a un acuerdo con Kim, dijo la oficina presidencial de Corea del Sur.
La primera cumbre Trump-Kim en Singapur, hace 8 meses, concluyó con una vaga declaración sobre “la desnuclearización de la península norcoreana”, pero sin compromisos concretos.
Desde junio el desacuerdo entre los dos líderes sobre el significado de dicha declaración había conducido a un estancamiento.
Kim aseguró ayer estar dispuesto a eliminar sus armas nucleares. “Si no lo estuviera, no estaría aquí”, respondió a un periodista cuando le preguntó al respecto.
Corea del Norte es objeto de numerosas sanciones debido a su programa nuclear, motivo también de un pico de tensiones en 2017, antes de lograrse una distensión.
Kim Jong Un había prometido en la capital vietnamita “lograr un gran resultado”.
Entre las cuestiones que había sobre la mesa de negociación estaba la apertura de una oficina de intereses, lo que representaría un primer paso en la normalización de relaciones.
Al ser preguntado al respecto, Kim respondió: “Creo que es algo a lo que valdría la pena dar la bienvenida”.
El mandatario estadounidense trabaja bajo presión en la cuestión del programa nuclear norcoreano, en la que sus predecesores fracasaron. Lograr avances diplomáticos le permitiría desviar la atención de lo que ocurre en Washington, donde su exabogado Michael Cohen pronunció un explosivo testimonio ante el Congreso.