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Los crematorios no son espacios inofensivos

Jueves, 14 de marzo de 2019 01:01

POR PROF. DR. RAÚL A. MONTENEGRO

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POR PROF. DR. RAÚL A. MONTENEGRO

BIÓLOGO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

Las empresas deben entender que la Evaluación de Impacto Ambiental debe ser previa a cualquier decisión de hacer una obra, no al revés. En el caso del crematorio que pretende instalarse en Los Paños sus impulsores eligieron el lugar, ilegalmente iniciaron la obra destruyendo la arboleda existente y quisieron hacer creer que un crematorio es inofensivo. Peor aún, descalificaron a los vecinos que, justificadamente, ajustándose a derecho y con muy buena base técnica, no quieren que un crematorio dañe su salud y afecte irreversiblemente su calidad de vida.

En el caso de Los Paños pareciera que la decisión empresarial de instalar un crematorio, que debe ajustar su funcionamiento a la Ley Nacional de Residuos Peligrosos 24.051 porque sus descargas son peligrosas, estuviera por encima de la ley, de la buena ciencia y de la salud de las personas que recibirían sus descargas tóxicas. Como profesor de Ecología en la Maestría de Gestión Ambiental Metropolitana de la Universidad de Buenos Aires he venido mostrando a mis alumnos muchos Estudios de Impacto Ambiental mal hechos en Argentina. Ahora debo agregar a ese listado el presentado para el crematorio de Los Paños.

Veamos. La empresa no describe ni calcula las descargas de metales pesados, compuestos orgánicos persistentes y otras sustancias de riesgo para la salud y el ambiente. No aclara qué combustible usará. No evaluó el ambiente donde pretenden instalar el crematorio ni hicieron una línea base que permita detectar su mal funcionamiento. No analizaron las condiciones meteorológicas que podrían dispersar sus gases y partículas tóxicas. No incluye sistema de monitoreo. No mencionan los olores, ni la vulnerabilidad ambiental del lugar. Y en el colmo de la irresponsabilidad técnica consideran como "accesorios opcionales" los filtros de gases y sustancias tóxicas. El estudio presentado por la empresa al Gobierno y su matriz de impacto ambiental son una ficción irresponsable, no un estudio. Carece de datos, es incompleto, se contradice y está plagado de errores inconcebibles.

Debe quedar claro que la cremación no es inofensiva. Cualquiera sea la tecnología utilizada, descarga al ambiente dioxinas, furanos, cloruro de hidrógeno, mercurio, cadmio, plomo, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y partículas de distinto diámetro. Según Iván Alvarez Comunas, del Gabinete de Salud Laboral del UGT, de Asturias (España), los crematorios producen descargas de "dioxinas, furanos, hexaclorobenceno e incluso bifenilos policlorados".

Según la Asociación Americana de Cremación, la liberación de dioxinas y furanos aumenta con la temperatura empleada en las cámaras de combustión. La responsabilidad de los crematorios en la emisión de dioxinas es de tal magnitud e importancia que el Convenio de Estocolmo para eliminar los más importantes Contaminantes Orgánicos Persistentes (Cops) los incluye entre las fuentes a controlar. En Alemania la normativa de 1997 fija para los crematorios límites de emisión de dioxinas para determinada temperatura. Cabe señalar que el Programa de Naciones Unidas para el Ambiente (Pnuma) reconoce a los crematorios como una "fuente importante" de mercurio.

En Estados Unidos los crematorios son responsables del 14% de todas las descargas de mercurio, ubicándose así como la tercera fuente más importante. El mercurio afecta el sistema nervioso y renal.

Según el estudio realizado por el equipo de Louise Parker de la Universidad de Newcastle en Gran Bretaña las mujeres embarazadas que viven en proximidades de crematorios muestran "un aumento en el riesgo de padecer de anencefalia y otras anomalías congénitas". Los investigadores trabajaron con un universo de 245.000 nacimientos registrados al noroeste de Gran Bretaña entre 1956 y 1993.

La conclusión es obvia. Los crematorios no son inofensivos y pueden dañar la salud de las personas expuestas a sus descargas contaminantes.

Las vecinas y vecinos de Los Paños tienen porqué estar preocupados pues la cuestionable localización dispuesta por la empresa y la inaceptable minimización de los riesgos en un Estudio de Impacto Ambiental mal hecho delatan amenazas reales para su salud. La Justicia y el Gobierno tienen ahora la palabra.