Por Martín Barrandeguy, licenciado en Relaciones Internacionales
inicia sesión o regístrate.
Por Martín Barrandeguy, licenciado en Relaciones Internacionales
El sistema bipolar que supimos conseguir gran parte del siglo pasado, tuvo un fuerte componente estratégico militar, ello implicó en los hechos de que lo importante fuera la pertenencia a alguno de los dos bloques hegemónicos (occidente o el comunismo), sin importar mucho toda otra cuestión.
Superada esta etapa y desaparecido uno de los actores hegemónicos a fines de la década de los 80, el eje que cobró importancia fue el económico, lo que trajo una mayor libertad asociativa sin tener en cuenta las ideologías.-
Eso permitió, a partir de los 90, el desarrollo en el mundo de países y regiones sin depender de las alianzas político estratégicas.
Ahora bien, como es este fenómeno y que características tiene: En términos de cifras Asia es admirable.
Vive en ese continente el 61 % de la población del mundo.
Sus economías concentran el 42,6 % del PBI mundial.
Muchas de estas economías crecen a un ritmo del 5% anual o más, por lo que sus clases media y alta se van acrecentando constantemente.
Valoran y disfrutan de la educación y la cultura y están aumentando sus necesidades de consumo de muchos productos occidentales gracias a la apertura y a la masiva globalización.
La mayoría de los países asiáticos se han situado entre los 30 primeros países exportadores e importadores del mundo.
Argentina Produce el 25 % de los productos que importa Asia, podemos exportarlo nosotros, pero se lo compran a otros (sería interesante preguntarse por qué)?
Las relaciones comerciales entre Asia y Latinoamérica han estado marcadas principalmente por la asimetría, en la forma del intercambio de recursos naturales y alimentos desde los países latinoamericanos por bienes manufacturados e intensivos en capital desde Asia
¿Que hizo y hace el resto del mundo con Asia?
A principios de este siglo el presidente norteamericano George Bush dijo, este es el siglo de Asia, muchas de las grandes empresas norteamericanas ya han abierto sucursales en la poco poblada costa oeste para atender a esa nueva masiva clientela.
No es de despreciar el comercio con otras áreas, pero muchas de estas ya alcanzaron su techo, es difícil venderles más a Europa o a Estados Unidos, en cambio, el gigante asiático, recién se está desperezándose. Por darles un torpe ejemplo, la fiesta del quesillo en San Antonio, supongamos (austeramente) que se le consiga vender un queso o quesillo al año solo al 0,5 % de la población que vive en Asia, ello implicaría 35 millones de unidades.
Por supuesto, y seria fruto de otro artículo es si San Antonio está preparado para ello y como se lo hace.
Las empresas del mundo desarrollado abren sucursales, producen y realizan negocios y ganan dinero “Frenesí es la palabra para describir lo que está sucediendo en Asia, dijo el director de una firma de inversión de riesgo británica que tiene sus ojos puestos allí”.
¿Qué se hace aquí y que se debería hacer?
Lo que nosotros producimos en nuestro querido NOA son los productos que China y Asia necesitarán cada vez más en el futuro, amen de ello podemos realizar emprendimientos conjuntos en las áreas que se nos ocurra, fabricar productos según las necesidades de los importadores asiáticos, conseguir más inversiones para la región.
Deberíamos conocer más sobre Asia, debemos organizarnos y formarnos para crear una cultura empresarial innovadora y exportadora que salga por los puertos de Chile en el Pacifico al Extremo Oriente. Ya se lo está empezó a hacer. Es difícil, tedioso, complicado y de largo aliento, pero los beneficios son inmejorables.