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Francia pide al Vaticano que quite inmunidad a un cura acusado de abuso

Se trata del nuncio Luigi Ventura, embajador de la Santa sede en ese país, que fue denunciado por dos jóvenes.Por su inmunidad, los diplomáticos no tienen la obligación de comparecer ante la Justicia.

Sabado, 02 de marzo de 2019 01:01

Francia instó ayer al Vaticano a asumir "responsabilidades" tras las acusaciones de agresión sexual contra su representante en Francia, sugiriendo que su inmunidad diplomática debería ser levantada.

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Francia instó ayer al Vaticano a asumir "responsabilidades" tras las acusaciones de agresión sexual contra su representante en Francia, sugiriendo que su inmunidad diplomática debería ser levantada.

"Espero que la Santa Sede asuma sus responsabilidades", declaró la ministra francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau, en respuesta a una pregunta de la cadena CNews sobre si la inmunidad diplomática del nuncio apostólico, Luigi Ventura, embajador del Vaticano en Francia, debería ser levantada.

Dos denuncias fueron presentadas en Francia contra este prelado italiano de 74 años por agresión sexual.

La primera fue presentada el mes pasado por un empleado de la alcaldía de París, de unos 30 años, que afirmara haber sufrido tocamientos sexuales por parte de Ventura durante una ceremonia en el ayuntamiento el 17 de enero.

Unos días después, un antiguo empleado del ayuntamiento París presentó una denuncia afirmando que fue víctima de una agresión similar durante la misma ceremonia, pero un año antes, en 2018.

"Si los hechos se confirman, serían hechos particularmente graves porque cuando uno es una autoridad religiosa, se supone que uno es una autoridad moral, por lo tanto es un factor agravante", señaló Loiseau.

"En este momento, [Ventura] cuenta con la inmunidad diplomática pero la Santa Sede está evidentemente al corriente de las graves acusaciones contra el nuncio apostólico y no tengo ninguna duda de que la Santa Sede tomará la buena decisión", añadió la ministra, que de esta manera insinuó que Francia pedía al Vaticano el levantamiento de la inmunidad.

"Lo importante es que se conozca la verdad", agregó Loiseau.

"Cero tolerancia"

En el diario francés Libération del jueves, tres hombres -entre ellos los dos que lo denunciaron formalmente -, reclaman que el Vaticano levante la inmunidad diplomática del nuncio para que la investigación pueda continuar.

"Estamos en la imposibilidad de hacer valer nuestros derechos", afirman en una carta abierta en el rotativo, en la que piden al presidente francés Emmanuel Macron que interceda.

"En momentos en que el Vaticano pretender mostrar cero tolerancia frente a los delitos sexuales cometidos por sus miembros, sería inconcebible que Ventura pueda apelar a su inmunidad diplomática", declaran.

Por su inmunidad, los diplomáticos no tienen la obligación de comparecer ante las jurisdicciones francesas en materia penal, civil y administrativa, explica el ministerio francés de Relaciones Exteriores en su web.

Esta inmunidad solo puede ser levantada por el país al que representa el embajador, en este caso el Vaticano.

El Estado francés puede únicamente declarar persona non grata a un representante extranjero, que en ese caso sería devuelto a su país.

Luigi Ventura ejerce como representante diplomático de la Santa Sede en Francia desde 2009. Antes, fue cura en la nunciatura de Brasil, Bolivia y Reino Unido, tras lo cual fue nombrado secretario de Estado en Roma.

Francisco, acorralado 

El papa Francisco probablemente esperaba que la cumbre sin precedentes que se realizó la semana pasada en Roma con obispos y figuras de la Iglesia marcara un punto de inflexión en su papado respecto a la cuestión de los abusos sexuales. El mundo vería que el Vaticano finalmente se hacía cargo de un tema que ha causado mucho daño a la Iglesia en los últimos 20 años.
Esas esperanzas han sufrido un golpe devastador con la noticia de que el cardenal George Pell, que hasta hace poco era el número tres del Vaticano, se enfrenta a una pena de prisión por el abuso sexual de dos menores en los años noventa.
La condena penal al cardenal australiano impactará en la Iglesia a nivel mundial. 
Es probable que este tema aumente aún más la hemorragia de parroquianos desilusionados que abandonan las iglesias católicas. A la vez, envía el potente mensaje a la élite eclesiástica de que nadie es tan poderoso como para quedar impune.