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Conmovedor. "Otávio" raciona su comida por temor a volver a pasar hambre

Conocé la conmovedora historia de "Otávio", un perrito que tras ser abandonado y pasar días de hambre, fue rescatado por una mujer quien ahora cuida de el. Sin embargo aún le quedaron secuelas de su trágico pasado.

Jueves, 28 de marzo de 2019 13:02

“Está bien si comes todo”, le dice su dueña intentando demostrarle que jamás volverán a hacerle daño.

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“Está bien si comes todo”, le dice su dueña intentando demostrarle que jamás volverán a hacerle daño.

Vivir en el abandono y la miseria jamás será fácil. Habrá que hacer de todo para buscar abrigo y alimento y así poder sobrevivir. Y si para los humanos es complicado, imaginen para los animales, que no pueden hablar y pedir lo que necesiten.

Bien sabe de esto Otávio, un perrito que ahora es extremadamente feliz, pero que tuvo un pasado de abusos que hasta hoy ha dejado huellas en su vida.

Otávio conoció la felicidad y lo que era una verdadera familia cuando Joice Lamas y su esposo lo llevaron a casa.

Resulta que el animal vivía con una familia que adoptaba un montón de perros y luego los descuidaba y maltrataba. Pero afortunadamente un equipo de rescate fue por ellos y les dio una nueva oportunidad, llevándolos a un refugio y cuidándolos hasta que fueran adoptados.

“Desde el primer momento que lo vimos, nunca hemos estado separados“, contó Lamas.

Y aunque en un principio era un perro totalmente tímido y negado al contacto humano seguramente por el trato que había recibido en el pasado, con el tiempo ha comprendido que está a salvo y ya no se estremece cuando quieren acariciarlo. Es más, ahora adora acurrucarse.

Sin embargo, hay algunos comportamientos que demuestran que aún arrastra algunas profundas cicatrices de su antigua vida, como la forma en la que come.

De acuerdo a su dueña, cada vez que le sirve comida, Otávio siempre come la mitad. Si bien no se sabe con seguridad por qué lo hace, su familia intuye que tiene que ver con los años que pasó descuidado. 

Probablemente le servían comida de vez en cuando, así que solía guardar un poco para otros días o tal vez la reservaba para darle algo a los otros perros hambrientos con los que vivía.

“Es triste”, dijo Lamas. “Siempre le digo: ‘Está bien si comes todo’“.

Lo bueno es que ahora jamás le faltará alimento, ni amor, ni cuidados. Por fin encontró una familia que lo ama como se merece y terminar de sanar sus heridas de seguro solo será cuestión de tiempo.

Fuente: Upsocl.com