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Macri apunta a Cristina y mira de reojo a Lavagna

La ausencia de resultados económicos obliga al Presidente a profundizar la grieta que él mismo se propuso saldar.La posibilidad de que aparezca una tercera fuerza competitiva desvela al laboratorio político de Durán Barba.
Miércoles, 06 de marzo de 2019 01:00

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Sacudido por la falta de resultados en materia económica, Mauricio Macri apuesta por estas horas a profundizar la confrontación con Cristina Kirchner como único salvavidas para buscar su reelección. El Presidente sabe que el surgimiento de una tercera fuerza competitiva, cosa que aún no termina de vislumbrarse, podría terminar abruptamente con sus planes de continuar otros cuatro años en el sillón de Rivadavia.

En ese contexto, la figura de Roberto Lavagna, quien cuenta con el visto bueno del círculo rojo pero aún no consiguió que se bajen de la pelea ni Sergio Massa ni Juan Manuel Urtubey, aparece como la opción peronista no kirchnerista con mayores posibilidades de proyección. Pese a su buena imagen, el exministro de Economía tiene un problema en el que deberá trabajar mucho si quiere llegar a la presidencia: su falta de conocimiento entre el electorado joven, que representa una porción para nada despreciable en el padrón general.

Una alta fuente de Alternativa Federal señaló ayer a El Tribuno que el candidato de ese espacio "va a ser el que mejor mida en las encuestas", abriéndole la posibilidad a un eventual abandono de las candidaturas de Massa, Urtubey y Pichetto, quienes no terminan de despegar en los sondeos de opinión. ¿Sería una locura pensar en una fórmula Lavagna - Urtubey y en una postulación de Massa a la gobernación bonaerense? Hoy por hoy, a cinco meses de las primarias, nada está descartado en el escenario político nacional. Una hipótesis que podría reforzar la bajada de Massa a Buenos Aires sería la ausencia de un candidato fuerte en esa populosa provincia, clave para definir el resultado de las presidenciales. Por ahora, el exjefe de Gabinete de Cristina sigue afirmando que su lugar es la jefatura de Estado, más allá de que mida más de 15 por ciento en ninguna encuesta difundida hasta el momento. Cristina aún no confirmó si será candidata a o no, pero en los pasillos de la Casa Rosada lo dan por descontado. "Nosotros trabajamos pensando en que la expresidenta se va a postular, sería muy raro que eso no ocurra con un piso del treinta por ciento", le dijo ayer a este diario un cercano colaborador de Macri que pidió reserva de su identidad. En el labotario del macrismo, el asesor Jaime Durán Barba y el jefe de Gabinete Marcos Peña saben que deben correr el eje económico de la campaña, y por eso se pondrá el foco en la "corrupción del Gobierno anterior" y en la normalización de las estadísticas. Esos dos temas, claro está, le pegan donde más le duele a Cristina, que no abandona su táctica de permanecer en silencio mientras se tramitan todas las causas judiciales en su contra. Aún sin hablar, la exmandataria hace campaña con la pésima marcha de la economía: mientras peor está el país mayores son las chances electorales de Cristina, quien pretende evitar que la acusen de poner "palos en la rueda". La expresidenta apuesta a que la sociedad compare cómo estaba en 2015 y cómo está hoy, aunque eso no tenga impacto en casi el setenta por ciento de la población que no la apoya. Mañana habrá una importante demostración de fuerza en el Congreso Nacional del PJ, donde sus principales dirigentes buscarán mostrar una señal de unidad en varios distritos entre el kirchnerismo y el PJ tradicional. Hay que aclarar que ni los delegados de Urtubey ni los del cordobés Juan Schiaretti estarán presentes en Buenos Aires. El que sí formará parte del encuentro será el presidente del peronismo jujeño, Rubén Rivarola, quien viene pregonando la "unidad" de todo el espectro justicialista.

Este año empezó con características similares al anterior: el dólar cotiza por encima de los 40 pesos, la inflación de los primeros dos meses acumularía casi el seis por ciento y la ventas en comercios y supermercados continúan por el piso. Si bien los pronósticos de los economistas marcan que a fin de mes podría comenzar una lenta recuperación, otra eventual devaluación de la moneda echaría todo rápidamente por la borda. La mala gestión económica de Cambiemos vino sustentándose en una mirada positiva de la sociedad hacia el futuro, pero ahora la situación ya no es la misma. Según una reciente encuesta de Managment & Fitt, el pesimismo por el rumbo de la economía volvió a aumentar a fines de febrero: la gente cree que en el futuro será peor que ahora en materia de empleo, de ingresos y de inflación. El cambio en las expectativas es algo que la Casa Rosada aún no pudo revertir, pero confía en que la suba del 46% en la Asignación por Hijo y el impacto de las paritarias en los salarios modifique parcialmente el panorama.