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La soberanía

Lunes, 15 de abril de 2019 01:02

La soberanía de los estados no es otra cosa que un concepto que corresponde a una situación de superioridad de los estados mismos, en los que se refiere a la sociedad humana que ellos controlan y dirigen, y no se refiere a una posición de superioridad de los estados respecto a los otros estados de la comunidad internacional.

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La soberanía de los estados no es otra cosa que un concepto que corresponde a una situación de superioridad de los estados mismos, en los que se refiere a la sociedad humana que ellos controlan y dirigen, y no se refiere a una posición de superioridad de los estados respecto a los otros estados de la comunidad internacional.

La soberanía se manifiesta en un doble sentido:

A- hacia el exterior del estado por una auténtica libertad de decisión para el ejercicio de su actividad en las Relaciones Internacionales. Es lo que se ha calificado como autonomía del estado, en el sentido de que ella no permite la injerencia de otros estados en estas materias.

B- se manifiesta también hacia el interior del estado en tanto que el estado soberano posee la plenitud de jurisdicción para reglamentar todo lo referente al territorio, el gobierno y la población, el estado se reserva una serie de actos, que solo él puede ejercerlos, por ejemplo la administración de Justicia, la confección y entrega de documentos.

Evolución histórica

La soberanía fue conocida en Grecia con otro nombre, así la hegemonía aristotélica manifiesta la independencia del poder público con el nombre de "autarquía" la esencia del poder se halla en bastarse a sí mismo.

En la edad media, por un lado, las luchas entre el clero y el imperio, y por otro las que mantenían los señores feudales con los monarcas, hicieron que el bastarse a sí mismos de los griegos, no sirviera ya, para caracterizar la esencia de la sociedad política perfecta (en el orden temporal) que se concebía, empezándose a pensar en un poder fuerte. Surgiendo Bodín con un concepto nuevo acerca de ese poder dándole el nombre de soberano. Esta noción de poder soberano o soberanía, introducida en la filosofía política por Jean Bodín en 1577, tenía carácter absoluto, pues reflejaba a la monarquía de derecho divino: residía en la persona del soberano; era incontrastable (sin limitación alguna) era indivisible. La noción de la propiedad (dominium) y la de la soberanía (imperium) se confundían en un solo titular, que era el monarca.

En Francia desde que al decaer el feudalismo empezó a afirmarse la monarquía, se daba el nombre de soberano a la autoridad suprema que en el orden político o en cualquier otro regia sin admitir otro superior. En la segunda mitad del siglo XV Luís XI comienza a centralizar el poder en su persona, acción continuada y profundizada por Luís XIV siglo XVII (al cual se le atribuye la frase "el estado soy yo"). Bodín refleja esta situación, expresando que la soberanía es "el poder absoluto sobre los ciudadanos y súbditos, el cual incluso se haya por encima de la ley".

En el siglo XVII con la paz de Westfalia en 1648 se crea el concepto de estado-nación, instituyendo a esta estructura como depositaria de la soberanía.

Ya estando en esta posición el concepto de soberanía, se produce un vuelco hacia el otro extremo surgiendo en el siglo XVIII las tesis pactistas o contractualistas que frente al poder minoritario supremo y absoluto proclamaron el poder mayoritario del pueblo.

Juan Jacobo Rousseau ("El contrato social", 1762) sostiene que la soberanía, aún cuando implicaba un poder absoluto y supremo, pertenecía completamente al pueblo y era inalienable, es decir no podía ser transferida por éste a otro órgano del estado. Este concepto, sufre luego limitaciones y correcciones impuestas por la teoría del espíritu de las leyes de Montesquieu que separa y divide el poder para amparar las libertades y garantías públicas.

En el siglo XIX, con la consecuencia de la transformación de las monarquías de absolutas a constitucionales, y la existencia de estados confederados y federales, se afirma que la soberanía admite restricciones y cuando trasciende al exterior su ejercicio debe ser coordinado con la soberanía de los demás estados.

En la actualidad el concepto de soberanía es el que ha evolucionado, ahora es un concepto relativo, no absoluto, es un haz de competencias, por lo tanto divisible, y ningún estado deja de serlo aunque hoy no tenga alguna de ellas sino que se las