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24 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Ofertas bajo el signo de la crisis...

Lunes, 15 de abril de 2019 10:00
ADRIÁN MENDIETA “SOY PERONISTA, DE ABAJO Y DEL INTERIOR. SOY CANDIDATO A GOBERNADOR"

 

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Entre las notas salientes de la semana imposible de soslayar fue el cruce entre el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y el asesor ecuatoriano de Mauricio Macri, Jaime Durán Barba. Es sabido que el hombre del pelo pintado no quiere a los radicales, y desde antes del 2015, alienta la pureza racial de los "pro de paladar negro" y apunta a usar a los radicales para que aporten su estructura territorial y alguno que otro brillante orador para apuntalar al gobierno. Remedando al Rey de España cuando harto de su locuacidad persistente e infecunda mandó a callar al entonces presidente venezolano Hugo Chávez Frías, el GM le sugirió al ecuatoriano "que cierre la boca o bien, que se presente como candidato" pensando que así, en la arena política, podría llegar a comprender mejor la situación nacional, y la idiosincrasia de los argentinos en medio de una crisis terminal. En otras declaraciones el gobernador de Jujuy aumentó la presión sobre el asesor presidencial: "habría que darle una brújula" afirmó. Naturalmente, Durán Barba no acusó recibo de estos dichos -al menos no que se sepa- pero el episodio sirvió para que el GM diera otra vuelta de tuerca al distanciamiento que marca con la Casa Rosada desde hace unas semanas. Ya persuadido de que esa sociedad se está volviendo cada día más aciaga, el gobernador después de la separación de las elecciones locales, asesta otro golpe cada día a la situación económica y social derivada de las políticas del "modelo amarillo". Como no puede embestir al Presidente, el asesor ecuatoriano le brindó una oportunidad ideal de pegar una piña sin romper aquella amistad. Asesores del GM aplauden esa actitud, que aunque no modifique un ápice de la realidad, como dicen los barrabravas, "garpa" para la tribuna. El viejo refrán criollo aconseja "pegarle al chancho para que aparezca el dueño". El dueño aparecerá este miércoles revoleando salvavidas para que la clase media y sobre todo la baja puedan sacar la cabeza del agua, por lo menos hasta después del ballotage. Si se llega al ballotage. Ese sería uno de los flacos resultados de la reunión de los radicales notables con la mesa chica del PRO, en la jefatura de gabinete nacional días pasados.

Aprovechando el envión, el GM repitió en el mismo escenario del 2015, el lanzamiento de campaña para la próxima elección. Con una cuidada escenografía, volvió a la carga contra el Gobierno nacional, mostrándose un radical admirador del Estado frente a los liberales exégetas de lo privado, hasta recordar sus permanentes reclamos por los tarifazos descontrolados e inclusive confesar que hubiese echado "a patadas" a alguno de los integrantes del mejor equipo económico de toda la historia argentina. Aceptó sin embargo que sus posiciones tienen la gran carga de inocuidad que el sistema político federal de la Argentina reserva a los gobernadores. A partir de allí, refundó los pilares de su proyecto: obras de la gestión, proyectos en marcha, la paz lograda y la revalorización de la vida institucional.Estas últimas, sin duda son piezas de valor que Jujuy le reconocerá siempre al GM, pero hoy suenan como vacías de peso para ser ejes de una campaña electoral. La paz (obviamente obtenida tras la desarticulación de la organización Tupac Amaru y la prisión de su líder Milagro Amalia Ángela Sala de Noro) y la institucionalidad normal de Jujuy (con el funcionamiento de los tres poderes y de la prensa sin graves interferencias ni amenazas permanentes) son realidad pero ya no le pertenecen al gobierno. Los jujeños que le dieron el mandato de lograrlas, se apropiaron legítimamente de ellas y hoy les cae antiguo y hasta de mal gusto que se sigan vendiendo como prenda de carrera electoral. Estas observaciones y la absoluta falta de reconocimiento de algún error, omisión o siquiera un descuido en una gestión de casi cuatro años, convirtieron el lanzamiento de la campaña en un mensaje dedicado a convencer a los propios y una arenga para validar a sus fanáticos, pero quizás no haya sido la mejor comunicación para todos los demás, a pesar de la cada día más brillante y vibrante oratoria del GM. De todos modos, esto recién comienza y seguramente sus asesores ya tendrán listos los próximos pasos desde aquí al 9 de junio.

La oposición más fuerte en Jujuy, obviamente, viene desde el justicialismo. Pero, en las condiciones en que se encuentra hoy, y de continuar así, es probable que se convierta en una de las más poderosas razones de la tranquilidad preelectoral del oficialismo. El Frente Justicialista armó su trinchera, en torno a la figura del intendente de El Carmen, Adrián Mendieta, hombre de aceitadas relaciones con la liga nacional de intendentes y que supo unificar criterios con la conducción del PJ local a cargo del diputado provincial Rubén Armando Rivarola. "Somos los de abajo, y del interior, y de una generación diferente" no se cansa de repetir Mendieta, y de afirmar que "no me bajaré, no negociaré y no me rendiré" en la búsqueda de la gobernación de Jujuy. Rivarola lo firmó al pie: "Se terminaron los grandes apellidos", definió en obvia alusión a los que tradicionalmente impusieron a cualquier armado electoral, la "alcurnia política" heredada. "Esto no quiere decir que no esté abierto al diálogo, pero a esta altura, y después de los acuerdos logrados y de las palabras empeñadas, no estoy dispuesto a tirar por la borda lo que se consiguió con tanto sacrificio", dijo a su estado mayor el intendente carmense y rechazó de plano las versiones que lo pintaban traficando candidaturas. "No es así, y menos con los que aprietan amenazando que se van por fuera del Partido Justicialista. Eso es debilitarnos, no tener conciencia de que sólo la unidad del peronismo nos da garantías de ofrecer a gente una alternativa diferente a este modelo contrario al pueblo y sobre todo a los trabajadores más humildes". Mendieta se considera un hombre capaz de concitar consensos, de no repetir el pasado y ofrecer participación a quienes lo requieran. En el Frente Justicialista (Rubén Rivarola, los Moisés, Luis Cabana, José Luis Martiarena, entre otros referentes principales) confían además que la cantidad de adhesiones de partidos recibidas, y el crecimiento de la militancia que observan en los últimos días, le darán al PJ las herramientas para disputar la gobernación con grandes posibilidades.

Contrariando esa posición, referentes del sector que lleva al senador Guillermo Snopek como referente (Juan Cardozo, Javier Hinojo, Jorge Vázquez, Débora Juárez, Matías Domínguez, entre otros) conformaron el Frente Unidos por Jujuy, con la intención aún no oficializada de llevar al senador como aspirante a la gobernación. Otro frente de "Unidad Jujeña" con referentes kirchneristas, como La Cámpora, el partido de la Victoria, Movimiento Evita, Barrios de Pie, Forja, entre otros, también con raíces justicialistas, se ofrece como alternativa opositora. Todos estos frentes opositores tendrán una pelea extra: quién podrá usufructuar legal y legítimamente, la historia, los símbolos, la marcha, las banderas del Partido y la propia imagen de Perón y Eva Perón, símbolos inexcusables del Movimiento Nacional Justicialista. El tema, además, será la capacidad de llegar sincera y genuinamente al corazón de la multitud peronista que -según sostienen- sigue siendo mayoría abrumadora en Jujuy, que espera en silenciosa latencia una convocatoria creíble.

Generando algunas alertas amarillas y anaranjadas en los tableros de los operadores radicales y peronistas, la figura diferente de don Julio Ferreyra, sigue causando resquemores. Se puede medir esos temores, por confesiones off the record y por reacciones de algunos de los nudos de trolls que muy a la jujeña esparcieron "fake news" atacando al exjefe del Registro Civil y asegurando que se bajó, que se enfermó, que se quedó sin compañero de fórmula. Las especies duran lo que un suspiro en una canasta y el viento del Frente Unir Jujuy, los borra de un soplo. Sin grandes estructuras, sin ademanes grandilocuentes y con sencillísimas propuestas de normalidad, el sector suma y sigue. Quizás no ganen la apuesta máxima de la gobernación, afirman observadores afilados, pero un buen premio al esfuerzo puede ser causar un desbarajuste enorme en la política local: robarle diputados a la izquierda, al PJ y hasta hacerle perder la mayoría legislativa al oficialismo. Todos temen.

En tanto, sigue la danza de encuestas y números. Cada quien tiene sondeos que le levantan el ánimo y voltean a los opositores. Y todos sin excepción, muestran decenas de adhesiones de partidos y agrupaciones, de los cuales, salvo un puñado, no podrían llenar un ascensor con su militancia. Pero esto es así. El cartón pintado de la política que dentro de diez días caerá bajo el peso de las presencias finales en las fórmulas y las listas.