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25 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Malvinas: la hora de partir

La historia de cuatro soldados, que con la juventud en sus rostros acudieron a la guerra y defendieron la patria.
Martes, 02 de abril de 2019 01:02

Con dolor en sus ojos, Rosendo Jurado, Miguel Gerónimo Morales, Horacio Banega y Oscar Chorolque contaron a El Tribuno de Jujuy sus historias, el momento de partir a la guerra, sus días en las Malvinas y la suerte de volver a casa. Es impactante escuchar sus relatos. Sus expresiones aún reflejan el coraje, el frío, el hambre y la tristeza de lo que les tocó vivir.

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Con dolor en sus ojos, Rosendo Jurado, Miguel Gerónimo Morales, Horacio Banega y Oscar Chorolque contaron a El Tribuno de Jujuy sus historias, el momento de partir a la guerra, sus días en las Malvinas y la suerte de volver a casa. Es impactante escuchar sus relatos. Sus expresiones aún reflejan el coraje, el frío, el hambre y la tristeza de lo que les tocó vivir.

"Nosotros no solamente recordamos este día, los veteranos de guerra lo vivimos los 365 días del año, por respeto a nuestros 469 verdaderos héroes que descansan en este momento en las Islas Malvinas", inicia su relato Miguel.

Este excombatiente tenía 26 años al momento de partir a la guerra, prestaba sus servicios en la escuela de artillería "Campo de Mayo".

"Era todo un misterio, los medios internacionales hablaban de la guerra, los medios nacionales no decían nada", recuerda. Miguel quien fue enviado a Comodoro Rivadavia, donde recibió la noticia de que tenía que ir a combatir a Malvinas. "¿Qué vamos a hacer acá?", se preguntó y en ese momento le recomendaron que aproveche para comunicarse y despedirse de su familia.

"Cuando llegamos hacía frío, nevaba. Cuando pisé las islas, recién tomé conciencia de qué lejos estaba de mi Jujuy", relata Miguel y recuerda que en ese momento "lo único que hice fue pedirle a Dios que me dejara regresar con vida, para poder criar a mi hijo".

Rosendo es enfermero, antes de llegar a la guerra le habían cambiado el destino tres veces. Hasta que llegó el día en que recibió la noticia que debía embarcar. Él cumplió servicio en el buque hospital "Bahía Paraíso", un buque oceanográfico dedicado exclusivamente a las campañas antárticas.

"Empezamos viaje y a las horas de embarcar nos llega la noticia de que habían hundido el crucero Belgrano", cuenta Rosendo y recuerda su primer trabajo en la misión. "Llegamos 48 horas después, pero aún así pudimos rescatar 80 sobrevivientes y 20 cadáveres". "Fue muy duro, todavía es duro. Pasan los años y sigue doliendo", dice Rosendo.

La batalla más dura, la de Monte Longdon

“Era 1 de abril, yo estaba esperando el avión para volver a casa”, empieza su relato. “Ese día no pudimos salir, por la cantidad de nieve que había, así que nos tuvimos que quedar un día más”, agrega. Al otro día, mientras él y sus compañeros esperaban para regresar, dieron el alerta roja, “ese 2 de abril nos hicieron volver al batallón, éramos 35 soldados. Nos dieron 15 minutos para ponernos la ropa de combate y partimos al aeropuerto. Allí nos esperaba un avión de la Armada, sin asientos, para partir”, recuerda. Con destino incierto, Horacio subió al avión. “Cinco minutos antes de aterrizar nos comunicaron que íbamos a un combate verdadero”, relata.

Ya en territorio, Horacio fue enviado al monte “Dos hermanas”, allí se desarrolló una de las batallas más importantes, más conocida como la batalla de “Monte Longdon”. “Ahí permanecí los 74 días de combate”, relata.

Con lágrimas en los ojos, Horacio recuerda la cruenta noche de aquel 13 de junio. Ahí, donde la soledad y el frío hacían estragos, con cansancio en el alma, los soldados argentinos esperaban ansiosos la llegada de los ingleses. Esa noche, fue sin dudas la noche más larga que le tocó vivir. El bombardeo de los ingleses empezó a las 00 y duró hasta el otro día, a las 14. Según información oficial, Inglaterra doblaba en número a los soldados argentinos. Fueron horas intensas y largas. En ese lugar el cielo se iluminaba con el fuego de las bengalas y las bombas y los soldados ofrecían resistencia. 

Sin rendirse en territorio, Horacio y sus compañeros llegaron hasta Monte Blanco. 

“Cuando llegamos, ya había 14 mil soldados argentinos prisioneros, si no nos rendíamos iban a matar a todos”, cuenta y recuerda que “entramos con las armas en la nuca y finalmente las entregamos”.

“Las banderas inglesas flameaban”

Oscar Chorolque fue Sargento del Ejército, prestaba sus servicios en el Regimiento 7 de la ciudad de La Plata. Tenía 25 años cuando fue a la guerra con 12 soldados a cargo. 

“Embarcamos en un avión que no tenía butacas”, inicia su relato. Desde El Palomar hasta las islas, Chorolque recuerda que sólo llevaba su armamento. “Llegamos a las 7 de la tarde a Malvinas, hacía frío y llovía muy fuerte. Hicimos base al costado de la pista, nos quedamos a dormir ahí hasta el otro día que nos mandaron al lugar de combate”, agrega en su relato. 

Con dolor en su rostro, Oscar Chorolque tiene en su cabeza la imagen latente de las banderas inglesas flameando en las casas de los “kelpers”, cuando esos soldados argentinos tenían que atravesar Puerto Argentino, para llegar al campo de batalla.

El tiempo

Los soldados actualmente invierten su tiempo en contar sus historias. 

En cada fecha que recuerda a los héroes de Malvinas, Rosendo, Miguel, Horacio y Oscar recorren escuelas, museos y todos los lugares donde son invitados a hablar de su experiencia en la guerra de Malvinas.

A 37 años de la guerra, sus relatos y experiencias mantienen viva la historia argentina. Sólo palabras de agradecimiento para aquellos jóvenes que con miedo, frío, hambre y corazón, defendieron con heroísmo la patria argentina. 


 

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