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25 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Los banqueros quieren que Macri se baje de la reelección

Domingo, 21 de abril de 2019 01:00

Con profundas contradicciones ideológicas y comunicacionales, Mauricio Macri jugó esta semana su última carta para tratar de revertir la catastrófica caída de su imagen. Sin embargo, las medidas anunciadas por el Gobierno comenzaron con el pie izquierdo: se derrumbaron las acciones argentinas en Wall Street, el riesgo país tocó su techo, hay muchas dudas respecto de los alcances reales del programa. En ese contexto, la inestabilidad de Macri no es sólo económica, sino fundamentalmente política hasta el punto de condicionar su búsqueda de la reelección. 
El Tribuno pudo confirmar ayer que hay muchos banqueros que están tratando de convencer a Macri para que se baje de la carrera electoral, y si es posible en el corto plazo. ¿La razón? Un eventual triunfo de Cristina pulverizaría los títulos que tienen las entidades financieras y eso incendiaría aún más la coyuntura económica. Si Macri no se presenta, las chances de Cristina caerían abruptamente y eso llevaría tranquilidad a los alarmados empresarios del país. 
En el interior de Cambiemos todavía se sigue discutiendo quién debería ser el candidato a presidente, a pesar de que Macri y sus funcionarios aseguren que el tema ya está cerrado. María Eugenia Vidal suma nueve puntos más que Macri y Horacio Rodríguez Larreta, más allá de su desconocimiento en el interior del país, tiene una imagen negativa mucho menor que la del presidente. “El candidato es Macri, pero hoy todos los escenarios están abiertos”, se limitaron a decir desde el Gobierno. 
Días atrás, Isonomía -una encuestadora muy cercana al jefe de Gabinete Marcos Peña- exhibió un sondeo donde Cristina ganaba por nueve puntos, lo que despertó algunas dudas. Trascendió que el Gobierno podría estar mostrando números más favorables a la expresidente de los que realmente son con el objetivo de “asustar” al electorado y aumentar el apoyo a Macri, el candidato que más chances tiene de llegar a un balotaje contra ella. 
La sola apuesta a polarizar todo el escenario político con Cristina Kirchner se está convirtiendo en un salvavidas de plomo para el Gobierno, ya que eso aumenta la inestabilidad de la economía debilitando la posición oficialista. “Macri está al tanto de que confrontar con la expresidente agrava la incertidumbre del país, pero al menos nos deja una chance de ganar por la alta imagen negativa de ella. Si dejamos crecer una tercera opción como Roberto Lavagna o Sergio Massa la cosa puede ser aún peor para Mauricio”, reflexionó a este diario un diputado muy cercano al presidente. 

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Con profundas contradicciones ideológicas y comunicacionales, Mauricio Macri jugó esta semana su última carta para tratar de revertir la catastrófica caída de su imagen. Sin embargo, las medidas anunciadas por el Gobierno comenzaron con el pie izquierdo: se derrumbaron las acciones argentinas en Wall Street, el riesgo país tocó su techo, hay muchas dudas respecto de los alcances reales del programa. En ese contexto, la inestabilidad de Macri no es sólo económica, sino fundamentalmente política hasta el punto de condicionar su búsqueda de la reelección. 
El Tribuno pudo confirmar ayer que hay muchos banqueros que están tratando de convencer a Macri para que se baje de la carrera electoral, y si es posible en el corto plazo. ¿La razón? Un eventual triunfo de Cristina pulverizaría los títulos que tienen las entidades financieras y eso incendiaría aún más la coyuntura económica. Si Macri no se presenta, las chances de Cristina caerían abruptamente y eso llevaría tranquilidad a los alarmados empresarios del país. 
En el interior de Cambiemos todavía se sigue discutiendo quién debería ser el candidato a presidente, a pesar de que Macri y sus funcionarios aseguren que el tema ya está cerrado. María Eugenia Vidal suma nueve puntos más que Macri y Horacio Rodríguez Larreta, más allá de su desconocimiento en el interior del país, tiene una imagen negativa mucho menor que la del presidente. “El candidato es Macri, pero hoy todos los escenarios están abiertos”, se limitaron a decir desde el Gobierno. 
Días atrás, Isonomía -una encuestadora muy cercana al jefe de Gabinete Marcos Peña- exhibió un sondeo donde Cristina ganaba por nueve puntos, lo que despertó algunas dudas. Trascendió que el Gobierno podría estar mostrando números más favorables a la expresidente de los que realmente son con el objetivo de “asustar” al electorado y aumentar el apoyo a Macri, el candidato que más chances tiene de llegar a un balotaje contra ella. 
La sola apuesta a polarizar todo el escenario político con Cristina Kirchner se está convirtiendo en un salvavidas de plomo para el Gobierno, ya que eso aumenta la inestabilidad de la economía debilitando la posición oficialista. “Macri está al tanto de que confrontar con la expresidente agrava la incertidumbre del país, pero al menos nos deja una chance de ganar por la alta imagen negativa de ella. Si dejamos crecer una tercera opción como Roberto Lavagna o Sergio Massa la cosa puede ser aún peor para Mauricio”, reflexionó a este diario un diputado muy cercano al presidente. 

Los anuncios

¿Conseguirá el presidente moderar la inflación con un acuerdo de precios que incluye sólo 64 artículos? Los economistas son muy escépticos de que eso vaya a suceder, ya que no está garantizado el abastecimiento y los empresarios podrían subir aún más los precios de todo el resto de los productos que quedaron fuera del convenio.
“Macri quiere detener un cáncer económico con una aspirina”, afirmó a El Tribuno el encuestador Gustavo González. 
La pata más fuerte del anuncio tiene que ver con el congelamiento de las tarifas de luz, gas y transporte público hasta fin de año. Es evidente que tras un aumento del 3.600 por ciento las boletas pasaron a ser impagables, pero aún se desconoce qué impacto real tendrá esta medida sobre todo en el interior del país, ya que son las provincias las que se hacen cargo de la distribución del gas y la energía. Salta -gobernada por un peronista- ya anunció que no podrá congelar sus tarifas y Jujuy, Mendoza y Buenos Aires -conducidas por Cambiemos- confirmaron que sí lo harán. El resto de las provincias aún no emitieron señales al respecto. Resulta obvio que la medida no tuvo el consenso total con los mandatarios provinciales, quienes también están en campaña. La situación no es muy diferente en relación al objetivo oficial de colocar tres cortes de carne a $149, que hoy superan largamente los $250. Las carnicerías ya anunciaron que no podrán hacer frente a ese precio y que, de hacerlo, la carne que ofrecerán será “hueso y grasa”. En la provincia, el secretario general del gremio confirmó que ninguno de los frigoríficos que abastecen a Jujuy entró en el acuerdo con el Gobierno. Otra vez, el federalismo parece haber quedado sólo en los discursos. Llama la atención que ninguna de las medidas esté destinada a recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y jubilados. No se anunció un bono de emergencia, tampoco descuentos en los medicamentos para los adultos mayores y ni se le puso un tope al precio de los combustibles, que afectan toda la cadena de valores. Tan pobre fue el anuncio del jueves que el jefe de Estado no fue parte de él. Los argentinos esperaban algún mensaje de Macri sobre cómo se aplicarían las medidas y cuáles son los planes para cuando finalicen. Nada de eso ocurrió. En un video lamentable en el que ni siquiera se lo escucha bien al mandatario, Jaime Durán Barba quiso mostrar a un Macri preocupado y que está al lado de la gente que sufre. Pese a eso, el resultado fue el opuesto: la imagen sólo mostró frivolidad y un presidente que anunciaba medidas en las que no cree y que siempre se negó a aplicar. Macri sabe que tiene un margen de acción muy escaso tras pedirle 57 mil millones de dólares al polémico Fondo Monetario Internacional, con quien se comprometió a tener déficit cero este año. No puede intervenir en el dólar antes de los $51, no puede aumentar el gasto público ni tampoco construir grandes obras públicas. De hecho, todo parece indicar que éste será el último “gran anuncio” económico antes de las elecciones.