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29 de Marzo,  Jujuy, Argentina
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Jujuy merece jugar la Liga A1

Atrás quedaron la clasificación y las mini vacaciones en su Córdoba natal. El técnico de la Fundación Jujuy Vóley, Miguel Juárez, ya está de nuevo en la provincia y habló de todo un poco con El Tribuno. No dramatizó el hecho de no haber sido parte de la competencia más importante del país en el 2018 por cuestiones económicas, pero considera que por el esfuerzo realizado por todos, deben decir presente.
Lunes, 22 de abril de 2019 14:00

-¿A medida que pasan los días, más se valora el hecho de haber vuelto a lograr el ascenso?

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-¿A medida que pasan los días, más se valora el hecho de haber vuelto a lograr el ascenso?

-Fue impresionante. La gente de Jujuy tiene que estar agradecida por el trabajo que hizo la Fundación, por los chicos de la provincia que formaron este grupo y surgieron de la cantera del club, de Española y de San Pedro. Pasan los días y recién cae la ficha de lo conseguido.

-Y aunque no fueron campeones esta vez de la Liga A2, consiguieron el boleto por segundo año.

-No pudimos alcanzar el bicampeonato para hacer algo histórico en esta categoría, pero obtuvimos la clasificación por ser subcampeones. Se trabajó bastante bien. Fueron meses intensos, largos y siempre es complicado formar grupos que tiren para el mismo lado. Fue algo mágico.

-Y la gente también tuvo un rol protagónico...

-Para la gente sólo tengo palabras de agradecimiento. El año pasado en Luján se llenó siempre y en la final no entraba nadie más. Cuando pasamos a la Federación de Básquet decíamos "qué lindo estadio", pero la pregunta era si lo podríamos colmar. Ya desde el primer partido fueron 1.300 personas, luego 1.800 y semifinal como final calculamos 2.500.

-Encima el vóley no es un deporte tan popular como el fútbol, el básquet, el boxeo o el automovilismo.

-La gente apoya porque es un deporte que te apasiona. Por ejemplo, hacés un viaje largo, perdés, te bajoneas, pero al otro día ya estás entrenando de nuevo para tener la revancha. Quien va a la cancha y nos acompañó también lo entendió así. Cuando nos fuimos 10 días a la Mesopotamia, de 9 puntos trajimos 5 y luego nos hicimos fuerte en casa. El jujeño ya lo adoptó entre los más populares.

-¿Y por qué creés que fue creciendo esa afinidad con los espectadores?

-Lo hecho el año pasado sirvió para sumar. Se creció mucho. Fui invitado a un torneo en Alto Comedero y me sorprendió la cantidad de gente que hacía vóley al aire libre. La gente de prensa de la Fundación también colaboró para que la energía sea positiva, algo que necesita porque en el cierre de la Liga ya extraña a la familia. En mi caso personal, perdí a mi mamá y necesitaba buena onda.

-¿Sentiste el cariño de los jujeños en ese momento tan difícil de tu vida?

-Tremendo. Estaba viendo el partido en mi pueblo y vi las muestras de afectos de todo. Entonces, me dije "no puedo dejar en banda a la Fundación". Fue un golpe duro, pero mi mamá me enseñó cómo era la vida, donde hay que caerse, ensuciarse, levantarse, limpiarse y seguir. El "Profe" Portal, las mamás de los chicos del club, los jugadores, dirigentes. El presidente Paul Muro fue al velorio.

-Y en la vida se siembra lo que se cosecha...

-Jujuy me dio mucho y yo entregué y entrego lo máximo. Abri mi corazón a Lucas Pizzaro, a Hugo Flores, al "Flaco" Muro en su momento, a "Pandi", a Marcelo Giménez. Le dí todo y Jujuy me respondió el doble. Soy un agradecido de estar en la Fundación.

-¿Precisamente cómo llegaste a Fundación Jujuy Vóley?

-Somos de Lamadrid, un pueblito del interior de Córdoba. Mi madre decidió que mi hermana estudiara en Tucumán y yo en Capital. Empiezo a jugar en la Universidad Nacional de Córdoba, donde conozco a Luis Mendieta, Campos y Lucas Pizzarro, grandes jugadores de vóley. Siempre me hablaban del "Flaco" Muro, que era su formador y otras virtudes. Pasó el tiempo y nos cruzamos con el "Flaco" en diferentes torneos. Le conté que era amigo de Lucas y comenzó también una amistad. Después Lucas me convocó para la primera liga en el 2016. Perdimos en octavos de final. Luego falleció Carlos, quien me dijo algo que me marcó: Jujuy Vóley es una gran familia. Al año siguiente me llamó y salimos campeones. Para esta temporada nuevamente me convocaron.

-Pero me imagino que el desafío era más importante ahora.

-Pensaba cómo íbamos a hacer para repetir lo del 2018. Cómo preparo a los jugadores y a mi cabeza. Y me entusiasmo la idea. Analizamos cuántos jugadores cambiamos, eligiendo a Rodríguez, a Grané, a Camacho. Ascender los veces de manera consecutiva no lo hace cualquiera. Antes, aunque suene feo, decían que jugar contra Jujuy era sumar tres puntos fáciles.

-El técnico de Salta Vóley antes que arrancara la competencia había dejado en claro que ellos pelearían el descenso y que Jujuy Vóley el ascenso. Es decir, en el ambiente ya se hablaba que era casualidad el presente del equipo.

-En la fase regular empezamos los cuatro equipos que la temporada anterior jugamos las semifinales: San Martín, Policial, Paracá y nosotros. Fue complicado, pero avanzamos luego apareció el hambre de gloria y las ganas. El grupo hizo la diferencia en el mano a mano y la final con Ateneo de Catamarca se no escapó por poco.

-No jugar el año pasado la Liga A1 debido al tema económico embargó mucha tristeza. ¿La ilusión es ahora sí estar presente?

-La ilusión está. Tengo 38 años, estoy creciendo y sigo aprendiendo como entrenador día a día. La A1 es lo máximo, después de dirigir las selecciones. El tema económico no nos dejó en el 2018. No sé si los jugadores o yo, pero la gente de Jujuy merece estar en la Liga A1. El apoyo del club, del Gobierno de la Provincia, de la prensa, de todos en realidad se sintió. Es muy fácil decirle a la Feba tengo equis cantidad de dinero y quiero jugar la liga. Lo difícil es hacer lo que hizo Fundación. Jugar, entrenar, viajar, caerse, levantarse, salir campeón y luego volver a ascender. Y lo habíamos logrado e igual se mantuvo la motivación. Y la gente que nos acompañó siempre debe estar esperando ver a un Bolívar, a un Upcn, a un Obras.

-Pero además tiene que ser diferente a la hora de tocar puertas, porque ya tienen la "chapa" de haber ascendido dos veces...

-Es diferente. Además, aparte de ganar, hicimos eventos solidarios en fundaciones, merenderos, colegios, colonias de vacaciones. Sabemos que un pibe más en la cancha de vóley, es un pibe menos en la calle. La gente y Fundación merecen jugar la Liga A1.

-La A1 es otra historia.

-Ni qué hablar. Son jugadores que miramos por televisión a nivel de Luciano De Checo o Conte. La verdad que sería una buena caricia por parte de todos, de la gente del Gobierno, de las empresas, de las gestiones que pueda hacer la Fundación. Será más que positivo para seguir incentivando a los chicos.

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