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23 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Construir desde el error un camino hacia el futuro

El objetivo es "cambiar", dejar atrás un pasado tormentoso en la búsqueda de un futuro con posibilidades.La decisión de los internos de la Comunidad Terapéutica de Adicciones les permite sentirse libres.
Domingo, 07 de abril de 2019 01:00

Facundo "el Pollo"; Joel "el Flaco" y Matías "Matute" son el ejemplo a seguir. Ellos ya salieron de la Comunidad Terapéutica de Adicciones, después de un año de tratamiento pero el compromiso continúa, cada domingo regresan para estar con sus compañeros.

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Facundo "el Pollo"; Joel "el Flaco" y Matías "Matute" son el ejemplo a seguir. Ellos ya salieron de la Comunidad Terapéutica de Adicciones, después de un año de tratamiento pero el compromiso continúa, cada domingo regresan para estar con sus compañeros.

El cambio de actitud, las nuevas experiencias, el reencuentro con la familia y los amigos se convierten en cada encuentro en el testimonio vivo de que fuera de esas cuatro paredes la vida continúa y además les ofrece una nueva oportunidad.

El proyecto encabezado por la licenciada María Inés Codecido ya dio sus primeros frutos, hoy tres internos del Servicio Penitenciario de Jujuy que cumplían condena y que pasaron a ser "pacientes" porque debían curar su adicción son la muestra de "que se puede".

Hoy es imperiosa la necesidad de que el Sedronar cumpla con el convenio firmado hace un año, que prometía a los "recuperados" una inmediata salida labora, como operadores terapéuticos, que les permitiría desarrollar acciones en su comunidad, en su círculo más íntimo.

La burocracia frena y traba proyectos de vida, que pone en riesgo a personas que necesitan continuar fuera de la comunidad con los proyectos que un día les prometieron y que de hecho permitiría que puedan construir su propio futuro, reinsertarse en la sociedad sin correr los riesgos de volver a caer por falta de recursos económicos.

En la comunidad se respira paz, cada día está perfectamente organizado: yoga, deportes, elaborar los alimentos que van a consumir "en comunidad", con cubiertos de plásticos, que no sólo no desaparecen ni se convierten en "facas", con los guardias penitenciarios, que no son más celadores, hoy son los "operadores" con quienes conviven en armonía.

Con dedicación elaboraron los estantes de las celdas donde pueden guardar sus pertenencias, pronto si todo sale de acuerdo a lo previsto comenzarán con las clases de computación. Mientras tanto sin olvidar el pasado se centran en construir un futuro.

Jairo: “No solicité en enero la condicional por miedo”

LOS FUNDADORES / SON LOS SEIS PACIENTES CON MAYOR TIEMPO EN LA COMUNIDAD.

Jairo tiene 36 años, de los cuales 12 estuvo preso y aún le faltan 11 meses para obtener la libertad por haber cumplido la condena.
“Cuando uno está preso lo que más quiere es la libertad, uno lucha por eso, pero yo que tenía la posibilidad de solicitar la condicional en enero, decidí que era mejor quedarme aquí en la comunidad, no me siento preparado para salir a la calle”, afirma este paciente que está desde septiembre del año pasado.
“Quiero salir bien de este lugar, pienso en la calle y me asusto”, refiere Jairo que además recuerda que en la Comunidad hay grupos y que a la mañana se plantean objetivos y a la noche hablan sobre si cumplieron con los objetivos que se impusieron.
afirma que su objetivo es terminar sus estudios secundarios y convertirse en operador.
Jairo tiene tres niños que lo esperan en Orán (Salta) y después de haber cumplido 4 condenas no quiere repetir la experiencia de salir y cometer nuevamente un error que lo traiga de nuevo.
“Desde chico vengo lidiando con este tema de las rejas, aquí los que hoy son jefes me conocen desde chico, me conozco todos los pabellones de la 1, la 2 (de menores) y no quiero volver más, necesito salir preparado a la calle” confiesa arrepentido a la vez que afirma que “no es posible que los jefes estén pronto a retirarse y yo siga aquí”, constituyéndose en uno de los relatos más fuertes de los escuchados en una ronda de amigos.
A María Inés Codecido la secundan la licenciada Karina Solana, Manuel Fernández, trabajador social, Melisa Conde, profesora de Yoga y 10 operadores que cada día apuestan a la vida.

"Nunca es tarde”, el programa de radio

Jujuy FM, 101.7 del grupo El Tribuno de Jujuy, fue una de las empresas privadas que se sumó al proyecto de “una nueva vida” para internos penitenciarios.
El ambicioso proyecto se inició hace un año y el programa se emite los días sábados y está diagramado por los mismos “pacientes” que con esfuerzo, ilusión y mucho optimismo desarrollan lo que en definitiva es “su proyecto”.
“Los sospechosos de siempre”, Laura y Oscar aceptamos el convite y desarrollamos una “clínica” informal pero por sobre todo emotiva, desestructurada. “Palabras que no son palabras” es un segmento que asombra y sorprende. Porque con desenfado y sinceridad, despojándose de prejuicios o preconceptos cuentan cómo en las cárceles se maneja un dialecto que les es propio y que posibilita que se puedan comunicar en clave o al menos para desorientar a los guardias que tienen la misión de cuidarlos.
“Nunca es tarde”, el lema justo para transmitir compromiso.