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Un emprendimiento netamente familiar

Domingo, 12 de mayo de 2019 01:04

"Comenzamos como una sola familia, diseñamos casi los siete (cinco hijos) y hemos encontrado una línea de juego, todos diseñamos en ese mismo estilo muy marcado. Hemos logrado una identidad. Vemos cuatro cosas al día", comentó Elvira mientras cebaba un mate que endulzaba con miel en su sencilla cocina.

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"Comenzamos como una sola familia, diseñamos casi los siete (cinco hijos) y hemos encontrado una línea de juego, todos diseñamos en ese mismo estilo muy marcado. Hemos logrado una identidad. Vemos cuatro cosas al día", comentó Elvira mientras cebaba un mate que endulzaba con miel en su sencilla cocina.

Su casa parece definida por la marca "Challa Huasi" o casa de adobe, por su aire de "campo" que anticipa un taller oscuro con mesones, cientos de herramientas e insumos para crear las maravillosas producciones.

Comenzó en 2001 cuando no se podía conseguir trabajo y trabajaban con un espacio de arte y decoración, ya que fabricaban entre toda la familia productos en metal y líneas de diseño de decoración con varios materiales, y vislumbraron este emprendimiento cuando se inspiraron en una nota sobre "emporios familiares" centradas en el concepto de "diseño lento" al estilo artesanal.

"Empecé a soñar y dije ‘se puede si se está moviendo en el mundo’. Nos sentamos y comenzamos a diseñar, y lo primero fue la línea de cubiertos utilitarios. Luego busqué un despachante de aduanas que nos hiciera todas las posiciones arancelarias para poder exportar", recordó.

Explicó que empezaron con la idea de no sólo hacer artesanías, sino adicionarle una carga emotiva, que se sepa de qué se trata. El primer éxito fue en un Encuentro Empresarial del Plata con cinco países en Bolivia, lo que la motivó a seguir avanzando y fue a Buenos Aires.

Con el transcurso del tiempo, y tras aprender muchas técnicas formándose cada uno, actualmente los hijos formaron sus familias y siguen produciendo en sus propios talleres con el mismo diseño.

Habían aprendido la técnica que les enseñó el artesano radicado en Jujuy, Edgardo Nicolás, quien les dio las bases de cómo curtir el metal, calar, pulir y soldar e instándoles a crecer a través del diseño y así lo hicieron.

"Mucho es autodidacta porque nunca hicimos cursos de joyería, la idea era hacer los diseños, mejorarlos, hacerlos más anatómicos", dijo y explicó que lograron contar con doce bancos joyeros, y un local en Humahuaca.

Actualmente forma parte de un grupo de seis diseñadores que trabaja en un programa de la Cámara Argentina de Comercio, con la idea de armar un catálogo para poder acceder al mercado europeo, con una identidad jujeña. Comercializan por su fampagede Facebook e Instagram, Challa Huasi.