Las últimas tres elecciones del Partido Justicialista en la provincia significaron un golpe muy fuerte de humildad y realidad, donde quedó demostrado que las viejas figuras ya no podían sumar más votos por la imagen y que la sociedad pedía un cambio de 180° en los candidatos. El mensaje parece haber sido escuchado en estas elecciones.
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Las últimas tres elecciones del Partido Justicialista en la provincia significaron un golpe muy fuerte de humildad y realidad, donde quedó demostrado que las viejas figuras ya no podían sumar más votos por la imagen y que la sociedad pedía un cambio de 180° en los candidatos. El mensaje parece haber sido escuchado en estas elecciones.
El PJ apostó a un cambio generacional y de nombres para estas elecciones, apostando a recuperar los votos perdidos en las últimas elecciones y captar el voto bronca de la sociedad por diferentes motivos. Para ello, jugó fuerte con los denominados “Sub 40” que venían pidiendo cancha hace años en el partido.
El primer cambio se dio cuando los “llamados a ser el recambio por nombre e historia”, bajo el mando de Guillermo Snopek, decidieron bajarse del Partido Justicialista y salir por afuera, producto de sus propios egos y la poca visión política de armar un frente grande nucleando a los viejos peronistas, los nuevos y los que alguna vez se fueron del mismo por diferentes motivos. Esta baja del senador nacional, junto a su pequeño grupo que querían encabezar cuantas listas había, permitió que el partido se abra para otros “Sub 40” que siempre estuvieron un escalón debajo de Snopek y sus amigos y sin posibilidad de apostar un lugar expectante de nada.
La primera sorpresa estuvo en capital, donde se decidió darle lugar a “Dingui” Martín Palmieri para que compita frente al histórico intendente radical “Chuli” Jorge y se busque un mejor resultado que en las últimas elecciones que significaron perdidas constantes de votos. Está jugada, riesgosa por donde se la mire, podría significar un cambio y un camino de recuperación en San Salvador de Jujuy, ya que este candidato aún no conoció su techo y en caso de conseguir una buena elección el próximo 9 de junio, sin dudas que quedaría en un lugar expectante dentro del PJ.
En Palpalá, la historia también se dio de la misma manera, ya que Rubén Eduardo Rivarola se muestra con grandes chances de poder ganar la intendencia de esa ciudad, donde el PJ entendió el mensaje de renovación, y después de 16 años de Alberto Ortiz casi sin chances para ningún joven, se dio la aparición fuerte de Rivarola, quien formó una lista de concejales con personas nuevas y fuerte trabajo territorial para mandar el mensaje a la sociedad de un joven peronismo y con ganas de trabajar.
En Perico, la historia no está representada por un “Sub 40”, pero se da la posibilidad de que el candidato del PJ pueda aportar nuevas ideas y un cambio de rumbo en este lugar. Walter Cardozo en esa ciudad puede llegar a la intendencia por primera vez, después de quedar las últimas dos elecciones en la puerta, ya que Ficoseco decidió irse con el oficialismo, siendo muy criticado por la sociedad, dando la posibilidad al actual concejal de tener una estructura fuerte que lo respalde y pueda captar el voto peronista enojado que perdió el actual intendente.
En Monterrico, Nilson Ortega parte con grandes chances de volver a ganar esa localidad y recuperar una intendencia para el Partido Justicialista. Si bien el actual diputado viene trabajando hace años en política, su imagen no es la de un candidato gastado y sin chances de aportar nada nuevo, por eso se podría integrarlo en esta nueva camada que aún puede aportar cosas al peronismo.
En La Mendieta, la aparición de “Nacho” Pinto, un joven de 27 años que decidió entrar a jugar fuerte en el Partido Justicialista y postularse como candidato a intendente, muestra que el trabajo y la construcción en ese lugar llevó a que el candidato más joven y con más ideas encabece la difícil tarea de ganar. La jugada fue muy bien vista por los habitantes de ese lugar y ya hubo comentarios positivos.
En estos lugares, los principales candidatos nombrados tienen chances de poder aspirar a realizar una gran elección, y por qué no también a ganar en alguna localidad, puesto que se entendió el mensaje de la sociedad, se analizó y se decidió apostar por un nuevo grupo de jóvenes con ganas de trabajar, sin un techo político y con la posibilidad de encabezar el rumbo del nuevo Partido Justicialista.
Los viejos históricos del partido también entendieron las quejas y los planteos de los jujeños, por eso muchos decidieron apoyar desde una posición de consejeros para los candidatos y acompañar en el armado desde afuera para contribuir a un recambio y dejar de lado los egoísmos por un lugar en las listas.
La suerte está echada para el Partido Justicialista y las elecciones cada vez más cerca, pero sin dudas, cuáles sean los resultados, una nueva historia con personas nuevas empieza a formarse de aquí al futuro.