Nadie quiso faltar ayer a la fiesta del cumpleaños número 50 de la parroquia San Pedro y San Pablo del barrio San Pedrito. Por la mañana los más pequeños y sus papis compartieron una divertidísima kermés, mientras que por la noche la emotividad afloró en la misa de acción de gracias por todo el camino transcurrido y la torta de las Bodas de Oro. Concluyendo con la belleza de la música en el concierto final.
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Nadie quiso faltar ayer a la fiesta del cumpleaños número 50 de la parroquia San Pedro y San Pablo del barrio San Pedrito. Por la mañana los más pequeños y sus papis compartieron una divertidísima kermés, mientras que por la noche la emotividad afloró en la misa de acción de gracias por todo el camino transcurrido y la torta de las Bodas de Oro. Concluyendo con la belleza de la música en el concierto final.
La cita familiar de la mañana se concretó en el campito ubicado detrás de las aulas de catequesis de calle Pachi Gorriti y Zárate. Las comunidades de las capillas Señor de la Cruz y Virgen de Fátima, junto a la sede parroquial organizaron distintos juegos recreativos, revalorizando el trabajo en equipo, la agilidad y el entusiasmo. Todo fue presidido por las imágenes peregrinas y contó con la animación del párroco Miguel David Aciar Díaz.
ANIMACIÓN / HUBO BAILES PEGADIZOS PARA EJERCITAR LA MEMORIA Y LA FRATERNIDAD CON LOS HERMANOS.
Hasta el mediodía los chicos se olvidaron del celular. Y se dedicaron a llevar agua en baldecitos, soplar vasitos descartables en una particular carrera, soplar un globo dentro de un vaso para transportarlo y hacer el "piedra, papel o tijera" para obtener el paso en un camino marcado por aros ula ula, entre muchos otros.
Además, todos recibieron la invitación de dejar su mensaje en el cofre del tiempo que se tiene previsto que sea abierto en el año 2069, cuando la parroquia cumpla su centenario. Tan cierta fue la propuesta que se ofrecían lapiceras con cartucho de tinta para que no se borren las palabras con el paso del tiempo y aclaraban que era un papel especial.
Tras un buen momento con pegadizos cantos y coreografías que incentivaron los valores y la fraternidad con los hermanos, chicos y grandes se unieron en un concurso de baile que concluyó con regalitos para los más divertidos.
También hubo un compartir de bebidas, pan y dulces.
Por la noche la santa misa oficiada por el padre Miguel David emocionó a quienes fueron y son parte de la tarea de los últimos 50 años. Mientras que la torta y la música fueron el broche dorado.