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El contenido social en la poesía de Domingo Zerpa

Al cumplirse hoy dos décadas de su fallecimiento vale recordar la vida y obra del destacado poeta jujeño.

Lunes, 20 de mayo de 2019 01:01

Por Jorgre E. Albarracín

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Por Jorgre E. Albarracín

Para hablar del contenido social en la poesía de Domingo Zerpa, debemos realizar algunas consideraciones previas para aproximarnos a un concepto de poesía social, que relacione la literatura con la problemática regional o territorial, referido a lo económico, político, social y cultural de sus habitantes, por ejemplo: la poesía social en el NOA, y donde el poeta abreva su mirada y eleva el sustento de su imaginación al mundo con ese color local, y realiza en el campo de la creación una protesta metafórica que lo sostiene, hasta conformar un cúmulo de sentimientos y vivencias que atañen al hombre de su época. El poeta con su creación trata a ese hombre, de redimirlo o de redimirse, a través de un canto esencial y liberador. Dice el estudioso y sociólogo Carlos Altamirano en su tarea introductoria para "Poesía social del siglo XX": "Existe una poesía en la cual los acontecimientos colectivos, los conflictos sociales o sus efectos han sido transformados, deliberadamente, en material poético".

 

El trabajo de Zerpa, a pesar de haber vivido muchos años lejos de su tierra natal, estuvo inspirado siempre en Abra Pampa.

 

Al aceptar este enfoque compartimos con Altamirano de no hablar de una "poesía no social. Toda poesía es social en la medida en que sus instrumentos (el lenguaje y la práctica de escribir) son sociales y donde cualquier texto poético nos remite a relaciones y experiencias sociales". Por lo tanto, la poesía que queremos compartir en esta breve mirada, busca desarrollar una poética que descubra los rasgos de las problemáticas existentes en la historia económica y social de Jujuy, en los inicios del siglo XX y que llega hasta la época de la Guerra de las Malvinas: 1982, dando fin a la última dictadura militar. Comprendemos que la llegada de la democracia alfonsinista inicia, desde lo político, una serie de posibilidades que tendrán efecto en lo económico y social, por lo que los conflictos señalados para el período que nos preocupa irán sufriendo alteraciones que también modifican las temáticas y las formas, que darán lugar al surgimiento de una nueva poesía social a considerar.

Poeta puneño

Realizadas estas consideraciones previas podemos ver en Domingo Zerpa, un hombre del interior de la provincia de Jujuy, que nació en la primera década del siglo XX, en el ámbito puneño de Abra Pampa, la "Siberia Argentina", por su determinación geográfica de tierra inhóspita con limitadísimos recursos para el desarrollo humano. Nuestro poeta nace en el pequeño poblado de Runtuyoc, diez kilómetros al norte de Abra Pampa, un 20 de diciembre de 1909. Fueron sus padres Liboria Ramos y Mariano Zerpa. La escuela primaria la cursó en establecimientos de la Puna y la Quebrada; luego se trasladó a San Salvador de Jujuy y en el Colegio Nacional Nº 1 "Teodoro Sánchez de Bustamante" se graduó de bachiller. El nivel superior lo realizó en el Instituto Nacional del Profesorado "Valentín Gómez" de Buenos Aires, con destacados profesores de la época. Ejerció la docencia entre 1935 y 1965.

Agrego aquí una consideración, ya realizada en la Introducción a las Obras Completas del autor (Obras Completas: Domingo Zerpa - EdIUnju - Talleres Gráfico Milor - 2011 - Salta - Rep. Argentina), donde expresé: "Sobre la tarea inicial de Zerpa, tenía 22 años cuando fue premiado su poema más indicativo: "Juira Juira!", y por lo tanto el logro de una tarea intelectual muy temprana, pero donde se pone de relieve la conciencia social del poeta, que busca retratar al ser humano adherido a su condición de marginado con los sufrimientos, miserias y agonías, reflejadas en vivencias, creencias y costumbres de la gente de su entorno más directo. Se debe agregar como importante al bagaje del poeta, el aprovechamiento de lecturas de autores de la literatura española clásica, de los románticos del siglo XIX y de los modernistas. Entre estos últimos, seguro que no estuvieron ausentes: José Martí, Rubén Darío, Leopoldo Lugones, los Machado. Este conocimiento adquirido en su paso por la secundaria del Colegio Nacional y de las inquietudes personales del autor por una literatura de buenos escritores, servirán de sustento a su obra inicial. Por sobre todo Zerpa fue uno de esos seres que tenía dentro de sí el talento y el instinto del hombre poeta, presto a manifestar ese caudal que traía de su bella tierra puneña; tierra dibujada para los pintores y embrujada de propuestas mágicas para los poetas. Zerpa era un poeta y un recitador de sus versos, tenía una voz con una sonoridad, que parecía de una cascada cristalina que se entregaba con su pureza y cautivaba al más desprevenido oidor. Es de imaginar que al escribir sus versos este decidor de la Puna los largaba al viento y los recogía pulidos para el canto de las calandrias y de los zorzales".

De la condición natural de Zerpa para cantar su poesía es importante señalar la vena social en la temática del autor y que ya está presente en su primer "Puya Puyas", demostrando tempranamente una conciencia social, que parte del conocimiento de su pueblo puneño y tocando los sones más elevado de un canto como lo es "Juira Juira" y ese momento donde hace referencia al: "Pobre paria! ...de mis llanos son sonrojos, / lejos siempre de los seres más queridos; / con la imagen de sus hijos en los ojos / y la voz de su mujer en los oídos". Y le da una connotación casi mística cuando dice: "...que se extingue poco a poco en las colinas, / mientras queda sólo el eco del que pasa / con la eterna voz del Inca: juira juira! juira juira!" (Puya Puyas: 1º Edición 1932 - Flor blanca de la Puna).

Poeta popular

Dice Andrés Fidalgo, en "Panorama de la Literatura Jujeña", "...pese a la sencillez de la forma, sus creaciones no están exentas de imágenes o figuras que exteriorizan dominio de la materia poética. Es lo que se entiende por "poeta popular" en el mejor sentido. Incluye "Invierno" y "Para qué quiero la vida". Y en "Invierno", Zerpa habla de la migración campesina hacia las tierras de los valles y selvas del este y dice: "Hasta que se acerque / de nuevo el verano, / la caja y el erque / se ausentan del llano. // Y se ausentan todos / de diversos modos / para los conchavos / La Puna / se queda / como una / moneda / de cinco centavos". Luego Fidalgo menciona a Álvaro Yunque que lo incluyó en "Poetas sociales de la Argentina" con dos poemas, "La senda y el acuyico" y "Por un par de botas". De "La senda y el acullico", extracto dos estrofas de cuatro versos cada una, donde el poeta dice: "Voy a las selvas chaqueñas / en busca del palo santo; / los ríos están crecidos... / volveré quién sabe cuándo. // La senda que es un ovillo / se sigue desovillando, / y el acullico, de dulce, / se va haciendo más amargo". Y en esta misma consonancia en "Por un par de botas" dice: "La culpa la tienen / las cañas de abajo / que en lugar de azúcar / desbocan guarapo".

En 1968, el Centro Editor de América Latina publica: "Los poetas sociales" con selección de Carlos Giordano y en la justificación del trabajo nombra a Escritores del Grupo Boedo, tal es el caso de Álvaro Yunque y Cesar Tiempo y habla de una "poesía realista, tendiente por cualquiera de las vías factibles a la transformación de las estructuras capitalistas" y cita a Luis Franco, José Pedroni y Domingo Zerpa, juntos, según considera Giordano a Raúl González Tuñón, el poeta más valioso de la literatura social y política en la Argentina a través de una obra que desde 1930 se continúa en la actualidad. En esta misma antología y en su segunda parte, cita entre otros poetas a Manuel J. Castilla, Mario Jorge De Lellis y Raúl Galán. De Domingo Zerpa elige "Los arriendos", de este poema menciono: "Apenas me pude / reponer del susto, / cuando me gritaron: / - Coya mala traza, / paga los arriendos / si no quieres verte / más pobre que el diablo / que perdió las astas! // Los hombres de botas, / sin oír mis ruegos, / en cuatro minutos / quemaron mi casa... / Señor tata cura, / deme unos remedios / para estos guascazos / que tengo en la cara".

Dentro de su poesía que corresponde al período posterior a la Guerra de las Malvinas, consideramos "Tranco a Tranco". En esta publicación y de acuerdo a la temática desarrollada extraigo algunos fragmentos del poema "El tajo", publicado en 1990, en la Revista Taller de "Capricornio" donde el poeta escribe de puño y letra y levanta su voz, se abre a la Patria Latinoamericana y en un grito de sombras y de luces, menciona a artistas y poetas todos unidos, desde México a la Antártida y dice: "Esta América nuestra, la del maíz y el cóndor / y el tajo en la garganta, / hechura de los yanquis- / ahí nomás, entre Colombia y Nicaragua... // Esta América nuestra, toda unida; / sinceramente pura, sin metáforas, / como en los tiempos.