Con la alegría y el empuje que le dio a Micaela Chauque el premio Gardel que consiguió este año por su disco "Jallalla", se presentó el jueves en el teatro Mitre. Sin dudas, la gala fue especial.
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Con la alegría y el empuje que le dio a Micaela Chauque el premio Gardel que consiguió este año por su disco "Jallalla", se presentó el jueves en el teatro Mitre. Sin dudas, la gala fue especial.
Ella estaba saliendo de una gripe, pero la felicidad la desbordaba, y entonces, ante una platea muy atenta recorrió su disco anterior, el nuevo, algún homenaje, etc.
Comenzó con interpretaciones instrumentales (que fueron su origen), incluso alguno, acompañado por la danza de Martín Esquivel como bailarín invitado.
Después de un rato recién llegaron las interpretaciones cantadas que engalanan "Jallalla" y desde hace un tiempo los escenarios donde se presenta. Y a partir de ahí se fueron mechando, una instrumental donde se luce con los vientos con los que se hizo conocida, y con los que trascendió las fronteras hasta llegar a Europa; y una cantada con una voz que descubrió como su "nuevo instrumento", y que está trabajando con mucha dedicación.
SONANDO / CON SU TALENTO EN LOS VIENTOS, RECORRIÓ EL COLISEO.
Y con un tono especial presentó "Romance de viento y quena", una de las más antiguas de su repertorio. "Fue el primer videoclip que hice, filmado en Humahuaca, y está incluido en este disco", comentó. "La quena es el instrumento que nos representa en toda la región de los Andes. Nace de lo profundo de la memoria transformándose en los vientos. Doblemente cuando se suman también la copla y la voz", expresó la artista sobre las tablas del coliseo jujeño.
"Ahora, una canción que nos lleva a los antigales", dijo antes de hacer "Testigos mudos del tiempo".
También incluyó una versión bellísima de la "Zamba de Lozano", que ejecutó, cantó y danzó simultáneamente junto a Martín Esquivel nuevamente.
En una segunda parte del espectáculo, con Micaela vestida de negro, el público vivió la profundidad de un sentido homenaje al maestro de la quena. Con la quena y en la voz coplas sentidas, se bajó del escenario, recorrió las plateas, se acercó íntimamente al público, y volvió a subir con un gesto en sus brazos, ofrendando el instrumento en este gran homenaje.
Y el ritmo volvió a subir, con una chacarera de la que también participó bailando Esquivel, esta vez en pareja con Valeria Farfán.
La noche también tuvo a Pucho González invitado al escenario, con quien Micaela hizo la zamba "Mamitai" de Nora Tregini; y "Gracias a la vida". Siguió la interpretación de otro tema que Micaela explicó que no entró en el disco "porque nació después", y se titula "Flor de la Quebrada". Llegando al final, también la acompañó como invitado Walter "Corcho" Zapana de Coroico, con el güiro.