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Todo apunta que el crimen fue provocado por celos

Según los informes el imputado tiene la personalidad de celopatía y ese era el motivo de la crisis conyugal. La víctima fue asesinada de 35 puñaladas en el cuello, rostro y pecho además de varios golpes en el cuerpo.
Jueves, 23 de mayo de 2019 01:03

Jesús Pantaleón "Lucas" Moreno llegó a la sala de audiencias del segundo piso del Palacio de Tribunales donde aguardó en silencio la llegada de su abogado Rogelio Llanes.

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Jesús Pantaleón "Lucas" Moreno llegó a la sala de audiencias del segundo piso del Palacio de Tribunales donde aguardó en silencio la llegada de su abogado Rogelio Llanes.

Ningún familiar del imputado presenció la primera audiencia, donde 9 testigos declararon ante el Tribunal en lo Criminal Nº 2 que preside la jueza Cecilia Sadir.

Con lo que se ventiló en la primera audiencia no cabe ninguna duda sobre la autoría de Moreno en el crimen de Zoe Nazarena Quispe, puesto que todos los testigos presenciales ubicaron en la escena al imputado.

El médico forense Guillermo Roble Ávalos fue quien realizó la autopsia al cuerpo de la víctima y detalló un total de 35 puñaladas que halló en la zona del cuello, rostro y pecho de la víctima, además de varios hematomas en distintas partes de su cuerpo.

Del imputado se supo que no trabajaba, que convivió por dos años -hasta el momento del crimen- con Zoe Quispe en una habitación de la vivienda de los padres de la víctima.

Los estudios psiquiátricos y psicológicos que le realizaron a Jesús Pantaleón Moreno dieron cuenta que no tiene una patología psíquica que le impidan comprender el acto, desarrolla manifestaciones de agresividad y celopatía.

Además se determinaron actitudes neuróticas y escasa toleracia a frustración, además de contar con aspecto narcisista y egoísta.

Estos datos son claves para tratar de develar qué fue lo que motivó a Moreno atacar con tanta saña a su pareja.

Tanto los padres de la víctima, Florencio Quispe y Antonia Mamaní y su hermana Marta Mamaní describieron a Moreno como una persona agresiva y muy celosa.

Pero la hermana de Zoe Nazarena Quispe aclaró un poco más la situación, tras las pertinentes preguntas del fiscal de Cámara (habilitado) Alejandro Maldonado.

Tanto Moreno como los familiares directos de Zoe Quispe sabían que ella se prostituía y a pesar de ésto, el trabajo de la víctima era el principal motivo de las discusiones de la pareja.

Marta Mamaní le dijo al Tribunal que Moreno se enojaba cuando su hermana se "mensajeaba" con supuestos clientes, pero cuando necesitaban dinero, en lugar de salir él a buscar trabajo, aceptaba que Zoe Quispe fuera quien trajera el dinero.

Moreno durante los dos años que convivió en casa de la familia Quispe se hacía llamar Lucas, según la declaración de la madre de la víctima pasaba la mayor parte del día en su habitación, no era de entablar diálogos y de vez en cuando hacía malabares en las esquinas de la ciudad de Palpalá, para recaudar dinero. Su suegro le había intentado enseñar el oficio de zapatero, pero nunca lo quiso aprender, según lo que se ventiló en la audiencia.

La mañana del 10 de septiembre, "Lucas" Moreno alertó a su suegro para que llamase urgente una ambulancia, porque Zoe Quispe estaba sangrando, pero cuando el progenitor intentó ver a su hija, Moreno se lo impidió.

La mujer trans de 36 años murió desangrada antes que llegara el personal del Same, la hallaron sentada al lado de una ventana y abrazando la espalda de su asesino con notorios signos de defensa y sus manos, codos y antebrazos.

La próxima audiencia será el miércoles de la semana que viene a partir de las 8.30 con la declaración de otros 10 testigos.