Ariel Mercado es odontólogo, vive en San Pedro y tiene 54 años. En el año 1994 le diagnosticaron una enfermedad renal y a medida que la misma avanzó fue golpeándolo cada vez más y tuvo que dejar de trabajar y hacer deporte.
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Ariel Mercado es odontólogo, vive en San Pedro y tiene 54 años. En el año 1994 le diagnosticaron una enfermedad renal y a medida que la misma avanzó fue golpeándolo cada vez más y tuvo que dejar de trabajar y hacer deporte.
Por miedo a la diálisis no le dio la importancia que merecía al principio, pero cuando ya "no podía hacer nada" tomó conciencia. Luego, recibió un trasplante de riñón por medio de su hermano menor y hoy en día es un deportista destacado que participa en mundiales para trasplantados.
En el año 2011 entró en diálisis por una insuficiencia renal y desde ese momento cambió todo. "Uno cuando entra en ese estado siente que diálisis es mala palabra pero en realidad es lo que salvó mi vida. Son casi 5 horas, tres veces por semana, eso te ayuda pero te deja sin fuerzas para correr, hacer deporte o ir a trabajar", mencionó Mercado en diálogo con El Tribuno de Jujuy.
Antes de entrar en ese cuadro "yo hacía ejercicios y tuve que dejar eso. Me empecé a interiorizar más en lo que es un trasplante de órganos", dijo. Al tiempo entró en lista de espera por un riñón y luego del análisis de compatibilidad, los médicos abrieron la posibilidad para que su hermano Hernán pueda realizarle el trasplante.
La operación se llevó a cabo en el 2014, después de tres años de diálisis, y resultó de forma exitosa. "Tras lograr el trasplante fue un cambio absoluto en mi vida, en mis valores, en todo. Me hizo reflexionar muchas cosas y saber que mi hermano lo hizo fue fabuloso para todos, en especial para mi familia", aseguró.
Contó los cambios que hubo tras la cirugía en su familia: "Todos empezaron a conocer sobre el tema, la enfermedad y el trasplante nos unieron a todos. Fue impresionante. Y desde allí todos pregonan en redes sociales o cualquier charla sobre la donación de órganos y los diferentes tabúes que hay detrás de esto. Todo el tiempo hablan sobre eso. Lo que sucedió con la Ley Justina fue muy bueno, aumentaron mucho los trasplantes y significó un gran avance para el país".
"Cuando me trasplantaron sentí que era Superman, quería hacer de todo y realmente logré volver a mi vida de antes. Volví a correr, a hacer deporte e ingresé en los juegos nacionales para trasplantados y clasifiqué para competir en mundiales. Representé al país, fue todo increíble, antes no tenía ninguna posibilidad y ahora voy por mi tercer mundial", indicó.
Tras su experiencia entendió que el destino de toda persona trasplantada es concientizar a la sociedad sobre la donación de órganos, "a todos los que trabajan conmigo y a mis pacientes les hablo sobre el tema, siempre las charlas se orientan hacia ahí. Y me hacen preguntas".
En ese sentido manifestó que "hay que superar ese dolor cuando un familiar muere y salvarles la vida a unas diez personas. La gente que dona órganos de un familiar se gana el cielo, es darle la oportunidad a otro de que viva como me pasó a mí. Hay que superar un gran dolor cuando se trata de donantes cadavéricos, pero cuando ocurre se reconforta el alma y disminuye el dolor de la pérdida que sufrieron".
Hernán, su hermano, lleva una vida normal, sus hábitos alimenticios cambiaron, ahora come más saludable que antes, pero todo lo demás lo realiza como siempre lo hizo. "Nos daba miedo al principio pero después nos dimos cuenta de que todo es igual que antes, es más, ahora nos sentimos mejor porque mi hermano es feliz", afirmó Hernán Mercado.
Además de agradecerle por lo que hizo por él, Ariel, que es fanático de River, contó que Hernán es fanático de Boca. "Tengo un riñón de Boca", finalizó diciendo entre risas.