Muchos intendentes de la provincia asumieron con la promesa de tratar de cambiar el pasado y sacar a esas localidades de los supuestos pozos en los que se encontraban. Cuatro años después muchas están peor que antes.
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Muchos intendentes de la provincia asumieron con la promesa de tratar de cambiar el pasado y sacar a esas localidades de los supuestos pozos en los que se encontraban. Cuatro años después muchas están peor que antes.
El intendente de Monterrico, Carlos Ibarra, no tuvo problemas en volver a presentase para un nuevo mandato en esa ciudad, pero su principal problema es la pobre gestión que arrastra en estos cuatro años y se presenta como un obstáculo difícil de superar.
El problema es que el intendente se pasó todo este tiempo hablando más de lo que gestionó y los monterriqueños empezaron a mostrar su fastidio con el correr del tiempo.
El actual intendente casi no muestra obras propias y tampoco mostró un plan concreto para recuperar Monterrico de la supuesta anarquía y problemas económicos que arrastraba. Aún más, la denuncia de acomodos familiares y nuevos empleados fueron las principales noticias de este lugar.
Al frente aparece el diputado y candidato a intendente del Frente Justicialista, Nilson Ortega, quién ya tuvo en sus manos el municipio durante varios años y aparece con grandes chances de recuperar la misma.