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Cuyaya ganó y se acerca a la punta

El “bandeño” quedó como único escolta del puntero Zapla después de imponerse a un complicado “león” en un atractivo duelo.  
Martes, 11 de junio de 2019 01:00

Cuyaya con la experiencia y el olfato goleador de Bruno Solorza, despachó ayer a Ciudad de Nieva 2 a 1 y quedó como único escolta del Apertura liguista. Se jugó en “La Tablada” y fue controlado por Víctor Terán. 
El “bandeño” tiene un delantero de peso pesado, cada vez que le dan un espacio, factura. Solorza a los nueve minutos con sombrerito incluido, definió suave ante la salida de Mirayes y puso el 1 a 0. 
Con la ventaja se paró mejor que su rival que sintió el impacto de un gol tempranero. 
Salto tuvo el segundo, pero con lo justo alcanzó a tapar el “1” de Nieva. La respuesta del “león” llegó en los pies de Álvarez García que guapeó por el costado izquierdo y remató cerca por encima del horizontal. 
Después, una mala salida de Machaca, casi roba Lizondo pero no alcanzó a poner la bocha dentro del arco. 
Cuando se iban al descanso, Carlos Rodríguez presionó la salida de Nieva, y casi tuvo un buen premio, ya que robó el balón y ejecutó cruzado muy cerca del parante izquierdo. 
En el complemento Atlético Cuyaya salió “dormido” y fue bien aprovechado por Nieva que comenzó llevándolo contra su campo. En la mitad de la cancha Rodríguez no podía contener solo y los desbordes por las bandas fueron una constante. Sin embargo, a los 10 minutos con un tiro libre de Ortega que el arquero Machaca dejó un rebote corto apareció Lisandro Chaile de cabeza para definir. 
Nieva intentó desnivelar en el marcador, aprovechando el envión anímico que provocó la igualdad, pero le faltó una pausa para tener mayor claridad de tres cuartos de cancha hacia adelante. 
Cuyaya otra vez apeló a una pelota que pueda salvar Bruno Solorza y así fue que a los 31, Torres puso un centro preciso a la cabeza del delantero “bandeño” que no perdonó. 
Después, todo se hizo trabado, se jugó mucho en la mitad de la cancha, Cuyaya apostó al contragolpe sabiendo de la desesperación de Nieva por alcanzar el empate. 
Sin embargo, ninguno de los dos llegó a inquietar a los arqueros. 
 

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Cuyaya con la experiencia y el olfato goleador de Bruno Solorza, despachó ayer a Ciudad de Nieva 2 a 1 y quedó como único escolta del Apertura liguista. Se jugó en “La Tablada” y fue controlado por Víctor Terán. 
El “bandeño” tiene un delantero de peso pesado, cada vez que le dan un espacio, factura. Solorza a los nueve minutos con sombrerito incluido, definió suave ante la salida de Mirayes y puso el 1 a 0. 
Con la ventaja se paró mejor que su rival que sintió el impacto de un gol tempranero. 
Salto tuvo el segundo, pero con lo justo alcanzó a tapar el “1” de Nieva. La respuesta del “león” llegó en los pies de Álvarez García que guapeó por el costado izquierdo y remató cerca por encima del horizontal. 
Después, una mala salida de Machaca, casi roba Lizondo pero no alcanzó a poner la bocha dentro del arco. 
Cuando se iban al descanso, Carlos Rodríguez presionó la salida de Nieva, y casi tuvo un buen premio, ya que robó el balón y ejecutó cruzado muy cerca del parante izquierdo. 
En el complemento Atlético Cuyaya salió “dormido” y fue bien aprovechado por Nieva que comenzó llevándolo contra su campo. En la mitad de la cancha Rodríguez no podía contener solo y los desbordes por las bandas fueron una constante. Sin embargo, a los 10 minutos con un tiro libre de Ortega que el arquero Machaca dejó un rebote corto apareció Lisandro Chaile de cabeza para definir. 
Nieva intentó desnivelar en el marcador, aprovechando el envión anímico que provocó la igualdad, pero le faltó una pausa para tener mayor claridad de tres cuartos de cancha hacia adelante. 
Cuyaya otra vez apeló a una pelota que pueda salvar Bruno Solorza y así fue que a los 31, Torres puso un centro preciso a la cabeza del delantero “bandeño” que no perdonó. 
Después, todo se hizo trabado, se jugó mucho en la mitad de la cancha, Cuyaya apostó al contragolpe sabiendo de la desesperación de Nieva por alcanzar el empate. 
Sin embargo, ninguno de los dos llegó a inquietar a los arqueros. 
 

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