Que un desahogo absoluto. Un grito de guerra después de pequeños instantes de desolación. Vanina Correa protagonizó una de esas escenas que se recordarán siempre en la historia del seleccionado femenino de fútbol. Y le permitió a la Argentina mantener su arco en cero en un momento crucial del duelo ante Inglaterra en el Mundial de Francia 2019, con un fantástico manotazo para detener el penal que ejecutó la delantera Nikita Parris.
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Que un desahogo absoluto. Un grito de guerra después de pequeños instantes de desolación. Vanina Correa protagonizó una de esas escenas que se recordarán siempre en la historia del seleccionado femenino de fútbol. Y le permitió a la Argentina mantener su arco en cero en un momento crucial del duelo ante Inglaterra en el Mundial de Francia 2019, con un fantástico manotazo para detener el penal que ejecutó la delantera Nikita Parris.
A los 25 minutos de la primera parte, la árbitra china Qin Liang no dudó ni un segundo al sancionar la falta de Ruth Bravo, quien barrió en el área a Alex Greenwood. Pero lo que parecía ser un duro golpe terminó siendo un festejo general de todo el equipo: Correa se tiró hacia su izquierda, adivinó el remate de Parris y estiró su brazo izquierdo para desviar con la palma de su mano la pelota, que tocó el palo y salió desviada.
Fuente: La Nación