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"Mi arte es un árbol que va creciendo"

Gustavo Simes es un joven cordobés que convive con la condición del espectro autista y presentó su 2º libro.
Martes, 18 de junio de 2019 01:02

Ayer culminó la 15º Feria del Libro que se realizó en nuestra ciudad, entre tantas propuestas hubo una que llenó el corazón de esperanza y amor. El sábado por la tarde se realizó una charla en una de las carpas que hubo en el predio, fue la de Gustavo Emanuel Simes, un cordobés de 25 años que convive con la condición del espectro autista.

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Ayer culminó la 15º Feria del Libro que se realizó en nuestra ciudad, entre tantas propuestas hubo una que llenó el corazón de esperanza y amor. El sábado por la tarde se realizó una charla en una de las carpas que hubo en el predio, fue la de Gustavo Emanuel Simes, un cordobés de 25 años que convive con la condición del espectro autista.

El joven realizó una serie de comics titulado "Tierra de Paz" que consta de dos volúmenes. Estuvo acompañado de su madre Graciela Oviedo y el dueño y responsable de la editorial para la cual escribe y caricaturiza, Ariel Yammal.

Muchas personas se hicieron presentes en la charla que brindó y escucharon atentamente al escritor, quien comentó cómo incursionó en la escritura de comics. "Siempre he querido escribir historias, he ido a talleres de dibujos, he comenzado a asistir a un taller de escritura, cada día trató de mejorar lo que hago", comentó tímidamente.

A su vez Yammal dijo que "Gustavo sí que ha mejorado en lo que hace. Esta historia surgió hace un par de años, un día me entró una llamada de una persona a la que yo no conocía y me dijo soy Gustavo Simes y quisiera conocerte, no sé cómo consiguió mi teléfono, luego nos juntamos a conversar y me mostró los proyectos de trabajos que venía realizando y le dije que la propuesta me gustó. Le propuse un desafío ya que a su trabajo le faltaba un poco más de producción, le dije que cuando esté listo, me llame nuevamente".

El joven cordobés recuerda esta historia con una gran sonrisa en su rostro y todos lo escucharon maravillados por cómo con tenacidad logró superarse día a día. "Así fue como nació "Tierra de Paz 1", fue un trabajo en el que día a día iba poniendo más empeño. Esta pequeña historieta la presenté en mi pueblo, en Villa Giardino, donde me fue bien, toqué la guitarra y hablé sobre mis personajes", dijo.

Gustavo agregó emocionado que "se nota mucho el cambio de una historia a otra. Si tendría que decir algo sobre mi arte, diría que es un árbol que recién está brotando y va creciendo lentamente, que se está desarrollando. Y lo bueno es que mi estilo se va notando, la forma de los ojos, las líneas".

SELFIE/ GUSTAVO JUNTO A UNA LECTORA EN LA FERIA DEL LIBRO DE SAN SALVADOR DE JUJUY.

Yammal señaló que el joven es muy modesto y que en la primera presentación le fue muy bien, "a mí me gusta formularle desafíos, cosa que se supere a sí mismo, es una relación de dualidad entre editor-dibujante, quienes lo ayudaron mucho son su mamá y la psicopedagoga quienes lo ayudan todos los días"

“Nunca bajen los brazos”

Graciela Oviedo es la madre de Gustavo Simes, como toda mamá acompaña en todo momento a su hijo.

Comentó que “cuando descubrimos que Gustavo tiene autismo nos costó mucho la aceptación del otro. Pero como familia siempre hay que alentar a nuestros hijos y nunca bajar los brazos y trabajar para que sean felices”, dijo Graciela. Aseguró que a su hijo Gustavo quien lo ayudó mucho fue su psicopedagoga y desde que lograron publicar sus comics, es totalmente feliz. 

“Les digo a los familiares de personas con autismo que los ayuden, no bajen los brazos, que son seres lindos. A veces sentimos que todo esto nos supera, que busquen ayuda, jamás se cansen de golpear puertas. No abandonen a sus hijos, muchas veces no encontramos respuestas y nos desanimamos, pero que acepten a su hijo con mucho amor”, finalizó emocionada. 

Sin lugar a dudas, en nuestro país historias como la de Gustavo Simes debe haber muchas y es para celebrar que una editorial les abra las puertas a personas con la condición del espectro autista, que muchas veces por falta de conocimiento existen esas “barreras invisibles” que por el solo hecho de estar catalogada como una discapacidad hace que muchas personas miren a esas otras personas de una manera distinta y prejuiciosa, en lugar de ser amables.