En una jornada calurosa y bajo un intenso sol, se celebró ayer en el barrio Malvinas la misa de Corpus Christi encabezada por el obispo Cesar Daniel Fernández, seguido de la procesión con el Santísimo Sacramento.
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En una jornada calurosa y bajo un intenso sol, se celebró ayer en el barrio Malvinas la misa de Corpus Christi encabezada por el obispo Cesar Daniel Fernández, seguido de la procesión con el Santísimo Sacramento.
Cientos de fieles celebraron ayer la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi), conmemorando la institución de la Eucaristía, que es el centro de la liturgia y del culto de la Iglesia católica.
En la homilía, el obispo se refirió a la importancia de defender la vida. "Vivimos, muchas veces, una cultura de la muerte, que nos amenaza de tantas formas", dijo Fernández y agregó que "hace falta que los cristianos seamos capaces de vivir y transmitir esta vida en abundancia y que la hagamos llegar a todos".
"Los obispos hablamos de fortalecer la conciencia y el respeto del cuidado de la vida", dijo y explicó que "cuando hablamos del don de la vida, hablamos del regalo sagrado de Dios a los hombres. Nos referimos a la vida del hombre en todas sus etapas, desde la concepción en el seno materno hasta su muerte natural y en todas sus dimensiones".
Finalmente, monseñor Fernández reflexionó que "estamos convencidos de que no podemos construir una nación que nos incluya a todos si no prevalece en el proyecto de país el derecho primario de toda persona, sin excepción" y agregó que "hay que cuidar el derecho a la vida desde la concepción, protegiendo la vida de la mamá embarazada y potenciando el vínculo madre-hijo, a fin de cuidar la calidad de la vida hasta la muerte natural".