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Uso racional de antibióticos

Lunes, 24 de junio de 2019 01:03

Por Dr Mario Fiad, senador nacional por Jujuy, UCR. Estamos atentos a muchos peligros para nuestra salud, y sin embargo, no estamos siendo conscientes de la amenaza silenciosa que constituye la resistencia antimicrobiana.

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Por Dr Mario Fiad, senador nacional por Jujuy, UCR. Estamos atentos a muchos peligros para nuestra salud, y sin embargo, no estamos siendo conscientes de la amenaza silenciosa que constituye la resistencia antimicrobiana.

Pareciera que aquellas problemáticas de salud que no se abordan con innovaciones tecnológicas, con tratamientos de alta complejidad o medicamentos de alto costo, no concitan la atención de la sociedad y tales amenazas que son ciertas, van inadvertidamente creciendo entre nosotros.

La resistencia antimicrobiana significa la pérdida progresiva de la capacidad de los antibióticos para actuar con eficacia. Y esto se debe sencillamente a que abusamos de su consumo o los consumimos de manera inapropiada.

El 21 de junio ha sido propuesto como el Día del Uso Racional de los Antibióticos a través de la Resolución Conjunta 834/2015 de los Ministerios de Salud y Agroindustria, con el objeto de sensibilizar a la población y concientizar sobre las consecuencias que tiene el uso abusivo de los antibióticos.

Tomar medicamentos sin necesidad, automedicarnos, no tomarlos en la dosis, cantidades o por el periodo indicado por el médico, son todas conductas que van, de manera paulatina, disminuyendo las posibilidades de acción que los antibióticos tienen sobre los microorganismos.

La Organización Mundial de la Salud ya ha encendido las señales de alarma sobre el tema y se calcula que, si los Estados no actúan de manera oportuna para el año 2050 la resistencia antimicrobiana será una de las primeras causas de muerte en el mundo.

De esta manera, los antibióticos, que fueron los principales aliados por su capacidad de enfrentar enfermedades consideradas como verdaderos flagelos por su mortalidad, irán perdiendo su capacidad con el consecuente impacto en la salud pública.

Con tal motivo, los organismos internacionales, han instado a los países a elaborar planes y a adoptar medidas para enfrentar la resistencia antimicrobiana bajo el concepto de “Una Salud” con una visión integral: salud humana, animal y ambiental.

Nuestro país está realizando una enorme tarea de construcción de consensos y de coordinación de acciones planificadas en el marco de una estrategia para abordar el tema, pero la acción estatal tiene un límite que es la voluntad individual de los ciudadanos y su compromiso con la salud pública.

Habitualmente sucede que la salud resulta una preocupación prioritaria cuando su afectación nos es propia o cercana, cuando nosotros tenemos el problema; pero cuando hablamos de pensar la salud en términos de salud pública y consecuentemente en clave de acciones de cooperación, conductas y aportes que como miembros de esta sociedad debemos realizar, los compromisos se debilitan.

Las políticas en materia sanitaria requieren necesariamente de la participación responsable de la sociedad. Necesitan del compromiso de quienes desde su esfera de acción individual, generan conductas con la conciencia de integrar una sociedad con una perspectiva solidaria que se orienta a una mirada que trasciende las preocupaciones individuales, para tener como objetivo innegociable el bien común.

Repensemos a la salud desde una ética ciudadana que no la conciba sólo como un derecho humano fundamental, sino también como la necesaria construcción de un estado de bienestar colectivo para el que necesitamos comenzar por actitudes tan básicas como el uso apropiado de los antibióticos.

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