Por Ángela de Ponce
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Por Ángela de Ponce
Entre las calles Bahía Blanca y Valladares del barrio Coronel Arias, existe una gran arboleda, cientos de árboles plantados y cuidados por algunos vecinos, en un exzanjón que fuera rellenado por la empresa Roggio hace más de diez años.
Esta bella arboleda se compone por toda especie de árboles, lapachos, álamos, yuchanes, ceibos, carnavales, moreras, tipas, uñas de vaca, inti pirá, algarrobos, crespones, eucaliptus, entre otros; caminerías, veredas y un cerco de postes de cemento para evitar el ingreso de vehículos. La arboleda fue bendecida por Dios, ya que se cubrió de un verde césped que está cortado y limpio, con una buena iluminación que colocó la empresa Ejesa. Esta arboleda es muy visitada por personas que la admiran y agradecen a quienes la realizaron. En tiempos de floración los árboles se visten de hermosos colores y los miles de pájaros que allí habitan cantan desde el amanecer, anidan y vuelan en toda la arboleda. Tenemos tucanes, caranchos, horneros, gorriones, tordos, canarios, palomas, mirlos, búhos, carpinteros, machilos, loros, cotorras y tantos otros. Manos anónimas rompieron los carteles que fueron colocados, personas que querían ocupar el lugar rellenado no aceptan los árboles y los dañan, pero se aplica aquello de "donde falte un árbol, plante dos". Esta magnífica arboleda es el tercer pulmón de quienes vivimos en la zona, se mantiene muy limpia, un jardinero corta el césped, contratado por los vecinos.