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La vihuela en la música antigua

Lunes, 03 de junio de 2019 10:59

 

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Muchas veces nuestro lector músico habrá escuchado la palabra vihuela y la habrá asociado o identificado con la guitarra moderna.

 En nuestro Norte grande la guitarra y el charango son instrumentos muy importantes, sonidos que nos identifican y que muestran por el mundo lo que somos.

 La música folclórica argentina y latinoamericana no pueden prescindir de estos instrumentos, tan dentro de nuestro ser.

 El folclore nació de un mestizaje, mezcla de las culturas que poblaron y pueblan nuestro suelo. Diversos instrumentos, ritmos, todos de cada cultura, un aporte que sólo ha enriquecido el arte y lo seguirá haciendo.

 Instrumentos de viento, autóctonos de nuestros pueblos originarios e instrumentos de cuerdas pulsadas, como la guitarra que vino de España, y antes de ella, durante la colonia, la vihuela.

 Pero, ¿es la vihuela sinónimo de guitarra? Pues sí y no. La vihuela originaria no es una guitarra pero puede decirse que es su “abuela” o quizás la abuela del charango.

 La vihuela llegó junto con los colonos españoles, que la conocían desde el siglo XVI.

 ¿Cómo es la vihuela? Es un instrumento de cuerda pulsada, parecida a la guitarra pero a diferencia de ésta, con 6 o 7 cuerdas dobles. Durante el Renacimiento español fue muy utilizada, no sólo en España sino también en menor medida, en Portugal y en Italia.

 Mientras que otros países europeos entre los siglos XIV y XVIII utilizaban el laúd (también un instrumento de cuerda pulsada pero introducida por los árabes) España se dedicó a la producción de obras para vihuela. Quizás porque el laúd era el instrumento utilizado por los moros y luego de la reunificación de la península sería mejor hacer “borrón y cuenta nueva“, inaugurando una nueva era, con música en el nuevo idioma nacional, el castellano y un instrumento exclusivo de la Península y castizo desde su nacimiento: la vihuela.

 Era más bien usada en la corte real y su sonido es muy similar al del laúd pero su forma es similar a  una guitarra, en forma de ocho y las cuerdas eran de tripa. A veces su fondo era plano, otras veces abombado y esto nos acercaría al charango moderno.

Con el apogeo de España la cultura aumentó en importancia. Los Habsburgos amaban la música y dado que Carlos I de España fue Carlos V de Alemania, llevó este instrumento a sus territorios en Europa y de Ultramar.

Es así que se dedicaron los compositores a escribir música para vihuela. Surgió un interés en la corte que hoy se conocen siete grandes vihuelistas, cuyas obras son también estudiadas y ejecutadas por los guitarristas.

 Cada uno de estos compositores tenían su estilo, muy diferentes entre sí, aunque para el mismo instrumento y vivieron más o menos en el mismo tiempo y en la península.

 Recordemos que con el Renacimiento España comienza una gran producción artística y arquitectónica.

 La poesía en la corte va a ser muy importante. Muchos vihuelistas pusieron en música obras de escritores del Humanismo español como Garcilaso de la Vega o Jorge Manrique.

 Pero también textos en latín de autores clásicos de Virgilio, Horacio o sonetos de escritores italianos del renacimiento como Petrarca.

 No sólo obras de grandes poetas pero también canciones de la calle, la mayoría de ellas de doble sentido y algunas hasta picantes (como nuestras coplas de carnaval) se pusieron en música para la vihuela.

 Son los villancicos. No son canciones de Navidad sino se refiere a los „villanos“ que era como se llamaba a los habitantes de las villas o personas simples.

 La vihuela como instrumento vivo ha sido reincorporado gracias a los trabajos de investigación de los músicos durante los años ´60 y ´70. SE han reconstruido muchas según los modelos que se conservan en los museos, en especial de América Latina. Mucho ha evolucionado la técnica de tocar este instrumento y de construirlo. Pero en general, se puede decir que este interés contribuye a difundir y hacer conocer el repertorio que durante mucho tiempo estuvo dormido y ahora se hace accesible al gran público.

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