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Un tratamiento prolonga la vida de mujeres con cáncer de mama avanzado

Combina una terapia dirigida con tratamiento hormonal. Ya se utiliza en primera línea en pacientes con metástasis del tipo de tumor más frecuente.

Martes, 04 de junio de 2019 21:37

Durante cinco días, la ciudad de Chicago, en Estados Unidos, se convierte en el epicentro de las novedades en el tratamiento del cáncer. Más de 30.000 oncólogos de todo el mundo asisten a la reunión de la Sociedad Americana de Oncología (ASCO, por sus siglas en inglés), en la que se presentan unos 2.400 estudios. Uno de esos trabajos confirmó lo que muchos de los especialistas intuían en base a su experiencia en el consultorio: el uso de una terapia dirigida (ribociclib) en combinación con terapia hormonal prolonga la vida de mujeres con cáncer de mama metastásico del tipo más frecuente.

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Durante cinco días, la ciudad de Chicago, en Estados Unidos, se convierte en el epicentro de las novedades en el tratamiento del cáncer. Más de 30.000 oncólogos de todo el mundo asisten a la reunión de la Sociedad Americana de Oncología (ASCO, por sus siglas en inglés), en la que se presentan unos 2.400 estudios. Uno de esos trabajos confirmó lo que muchos de los especialistas intuían en base a su experiencia en el consultorio: el uso de una terapia dirigida (ribociclib) en combinación con terapia hormonal prolonga la vida de mujeres con cáncer de mama metastásico del tipo más frecuente.

Con un volumen de 21.000 casos nuevos por año, el cáncer de mama es el de mayor magnitud en Argentina, según las estimaciones de incidencia del Observatorio Global de Cáncer de la Organización Mundial de la Salud. En una de cada tres mujeres (incluidas aquellas diagnosticadas en forma temprana), en algún momento las células cancerosas migran a otras partes del cuerpo (huesos, hígado, pulmón, cerebro y tejidos blandos), provocando metástasis (enfermedad avanzada).

El ribociclib forma parte de un conjunto de drogas llamadas inhibidores selectivos de quinasas dependientes de ciclinas que, al bloquear la acción de una proteína (la CDK4/6), logran detener el ciclo celular e impiden que las células tumorales se dividan y proliferen.

La administración de un inhibidor de ciclinas en combinación con terapia de hormonal (que bloquea o disminuye la producción de estrógenos) cambió en los últimos años el paradigma de tratamiento de las mujeres con cáncer de mama avanzado hormonodependiente (RE+/HER2-), el tipo más frecuente, que se da en dos tercios de los casos.

Estudios previos ya habían mostrado que esa combinación ampliaba la supervivencia libre de progresión de la enfermedad en comparación con terapia hormonal sola. Ahora, el estudio MONALEESA-7 -cuyos resultados fueron presentados en ASCO y está previsto que se publiquen hoy en la edición de The New England Journal of Medicine- confirmó que ribociclib también aumenta la sobrevida global.

Del ensayo -patrocinado por la compañía farmacéutica Novartis- participaron 672 mujeres menores de 59 años (siete de Argentina): una mitad recibió terapia hormonal y ribociclib, y la otra terapia hormonal y placebo (una sustancia inerte a nivel farmacológico). Los resultados mostraron que el 70% de las mujeres que tomaron la terapia de combinación continuaban con vida después de 42 meses, en comparación con el 46% de las que habían recibido solo terapia hormonal, lo que representa una reducción relativa del riesgo de muerte del 29%.

“Es genial ver que estamos extendiendo la vida de alguien, no solo la cantidad de tiempo que su enfermedad está controlada”, dijo Sara Hurvitz, autora principal del estudio y directora del Programa de Investigación Clínica del Cáncer de Mama en el Centro Integral del Cáncer Jonsson de la UCLA . “Muy pocos ensayos muestran una mejora en la supervivencia general. Eso es lo que es tan fenomenal acerca de los datos”, añadió. El equipo que integra se encuentra evaluando en la actualidad estos medicamentos en mujeres con cáncer de mama en etapa temprana.

“Utilizar un inhibidor de CDK4/6 con hormonoterapia en primera línea se transformó en un estándar de cuidado en las pacientes pos y premenopáusicas, pero es la primera vez que se demuestra una ventaja tan importante en la sobrevida”, sostuvo ante la consulta de Clarín desde Chicago Valeria Cáceres, jefa del departamento de Oncología del Instituto Angel H. Roffo.

Existen tres inhibidores de ciclinas: el ribociclib, el palbociclib (ambos disponibles en Argentina) y el abemaciclib (cuya aprobación local se espera para fin de año), de uso extendido en todo el mundo. “Estas terapias duplicaron el tiempo que las pacientes pueden vivir sin que su enfermedad progrese y demoraron cerca de un año el inicio de la quimioterapia con respecto a la hormonoterapia sola”, añadió la médica argentina.

“Otro aspecto muy importante de este conjunto de drogas y del ribociclib en particular es que son drogas orales que se usan con hormonoterapia, que es un tratamiento muy poco tóxico, muy llevadero, que ha desplazado a la quimioterapia incluso en pacientes que tienen riesgo por tener metástasis peligrosas (como las localizaciones hepáticas, óseas múltiples, o localizaciones multiviscerales). Entonces, han simplificado el tratamiento, haciéndolo más inocuo, con prolongación de la vida y muy buena calidad de vida”, destacó también desde Estados Unidos Santiago Bella, vicepresidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC). 

Cáceres y Bella coinciden en que los contundentes resultados vinculados a la mejora en la sobrevida afianzan la indicación de estas terapias. “Siempre que hay beneficio en la sobrevida, prácticamente la discusión sobre la utilidad de la droga se hace imposible”, afirmó el médico.

 

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