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Tratado Mercosur Unión Europea

Lunes, 15 de julio de 2019 01:00

La famosa frase vivir con lo nuestro del proteccionismo implica a menudo vivir con productos de baja calidad, mal hechos, con fallas y defectos muchas veces graves que no se toleran en otros mercados más exigentes, es también acostumbrarse a no ser exigentes y conformarnos con lo que hay.

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La famosa frase vivir con lo nuestro del proteccionismo implica a menudo vivir con productos de baja calidad, mal hechos, con fallas y defectos muchas veces graves que no se toleran en otros mercados más exigentes, es también acostumbrarse a no ser exigentes y conformarnos con lo que hay.

 Una buena industria y economía debe competir para mejorar y paradójicamente debe mejorarse constantemente con innovaciones, proyectos, nuevos materiales para ser competitiva.

Ahí entramos en la famosa pregunta, ¿hay que proteger la industria nacional?, por supuesto que sí, pero no indefinidamente. Fijar las condiciones y los tiempos bajo los cuales funcionará esa protección.

Que puede hacer el estado para favorecer las exportaciones, muchas cosas, entre ellas: Tener una estrategia nacional exportadora, la apertura de mercados, la facilitación del comercio, aprovechar las oportunidades de la globalización, incrementar la inversión Extranjera Directa (IED), incorporar progreso técnico, eliminar la volatilidad y acelerar las tasas de aumento del consumo a medida que las inversiones y las exportaciones vayan reforzando la capacidad competitiva y de ahorro y expandir la masa salarial a partir del crecimiento del empleo y la incorporación de programas especiales para reducir la pobreza.

Tomando datos de la Organización Mundial de Comercio, en 1948, cuando no hacía tanto habíamos ingresado al modelo de sustitución de importaciones, las exportaciones argentinas representaban el 2,8% de las exportaciones del mundo.

En 2017, en tanto, las exportaciones argentinas, detrás de la muralla proteccionista, representaron el 0,3% de las exportaciones mundiales. Si, como lo lograron otros países, hubiésemos mantenido nuestra participación del 2,8% en las exportaciones mundiales, en 2017 deberíamos haber exportado USD 496.000 millones en vez de los USD 58.400 millones que exportamos.

¿Cuánta riqueza y cuántos puestos de trabajo dejaron de crearse por exportar USD 437.600 millones menos de lo que podríamos haber exportado?

Japón en 1948, y tres años después de que explotaran en su territorio dos bombas atómicas exportaba el 0,4 % de las exportaciones mundiales, hoy exporta casi el 9 % de las exportaciones mundiales, nosotros, hoy, lo que exportaba Japón en 1948.

Se podrá discutir si sufrimos bombas atómicas o las creamos, creo es más positivo pensar que se puede hacer y hacerlo con lo que hay, de lo que estoy seguro es que encerrándonos nos va a ir peor.

Finalmente, y gracias a Ernesto Bustamante un gran y sabio amigo, les comparto un discurso proteccionista, es falso, pero instructivo enviado a la Cámara de Diputados, por parte de los fabricantes de lámparas, focos y velas, revelando una situación injusta de competencia del exterior.

Una petición

De: los fabricantes de focos, lámparas, velas y similares.

A: la Cámara de Diputados.

Están, ustedes, señores diputados en lo correcto cuando se muestran preocupados por el bienestar de los fabricantes y reservan a los productores nacionales los mercados nacionales. Por esto, ofrecemos a ustedes, ahora, una oportunidad de aplicar sus ideas a un caso particular.

Manifestamos a ustedes que nuestra industria nacional está enfrentando los terribles embates de una desleal competencia proveniente de un productor extranjero que inunda nuestro país con su mercancía barata en extremo. Esta situación, desde luego, impide el desarrollo de la industria nacional por la que ustedes muestran tantísima preocupación.

Ese rival del exterior es el sol, que nos ataca sin misericordia, muy posiblemente siguiendo las consignas de los países del norte que no sufren esa invasión de la misma manera, como es el caso de Inglaterra, cubierta de niebla la mayor parte del tiempo. Esta situación de emergencia nacional nos mueve a hacer una petición urgente.

Solicitamos a ustedes sea aprobada una ley nacional, mediante la cual sean tapiadas y tapadas todas las ventanas de todas las casas y edificios, así como todo resquicio y ranura por la que pueda entrar la luz de ese competidor.

De esta manera impediremos la entrada de luz y energía proveniente del exterior, que es lo mismo que ustedes ya han hecho en los casos en los que otros competidores han querido entrar dentro de nuestras fronteras con mercancías de precios más bajos que los nacionales. No nos pueden abandonar en esta tarea.

Además, gracias a esa ley, sin duda veremos enormes impactos de beneficio a nuestra industria nacional, pues se elevará la demanda de electricidad, de focos, de velas, de lámparas, de baterías, por no mencionar de los materiales que son insumos de esos productos, como cables, fósforos, cera, vidrio, todo género de metales.

Beneficios estos que sin duda llegarán hasta nuestras actividades agrícolas y ganaderas, por no mencionar al sector de la construcción, gran responsable del tapado de ventas y tragaluces.

No dudamos que surjan enemigos de nuestra propuesta, pero para enfrentarlos contamos con ustedes y con los argumentos que ustedes han usado ya para encarar a otros competidores que han hecho lo mismo que el sol, querer entrar dentro de nuestras fronteras con mercancías a precios reducidos.

Apelamos a lo que ustedes siempre han querido hacer, que es proteger a la industria nacional de la competencia exterior, promoviendo medidas y leyes que defiendan lo nacional. No es éste un caso diferente.

No pueden ustedes negarse a nuestra petición, pues eso mismo es lo que han hecho siempre, cuando se preocupan por negar la entrada de bienes baratos que provienen del exterior. Cuanto más baratas son esas mercancías más perturbados han estado ustedes con la intención de negar su entrada a nuestro país.

Les rogamos ser consistentes con sus decisiones anteriores que han protegido a la industria nacional. Sí, cuando compramos algo en el extranjero y eso nos sale más barato que producirlo aquí, debemos reconocer que esa diferencia de precio es algo gratuito, que podemos aprovechar.

Pero lo que solicitamos a ustedes es ser consistentes; si ya han prohibido la entrada de bienes baratos para proteger a nuestra industria, no pueden hacer otra cosa que también prohibir la entrada de nuestro enemigo, el sol.

Frederic Bastiat (1801-1850)