Por Riad Quintar (H)
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Por Riad Quintar (H)
Luego de varios días seguidos de paro del transporte público en la provincia, dirigentes de la UTA, seguramente en un ataque de bronca e impotencia por la situación de no llegar a un acuerdo, lanzaron que durante la mañana de ayer iban a cortar todos los puentes de la ciudad para dar un contundente mensaje al Gobierno y a los empresarios del transporte, sin dimensionar las consecuencias que estas palabras iban a traer durante todo el día.
Sin dudas que fue una irresponsabilidad y un momento sacado de contexto, ya que después de este anuncio la UTA no volvió a hablar del tema y dejó a toda la ciudad con la angustia de no saber qué iba a suceder. Incluso, hasta la tarde, antes que se normalizara el servicio, muchos ciudadanos aún creían que podían haber cortes de puentes.
Asimismo, el silencio de la UTA desde que se anunció la posible medida hasta el mediodía de ayer no trajo tranquilidad o paz a nadie, puesto que nunca volvieron a confirmar o dar de baja definitivamente esta amenaza. Lo que sí quedó en claro es que este tipo de palabras y actitudes, directamente de choque, no suman en nada a la ya complicada situación y paciencia de todos los involucrados.
Lejos de dar marcha atrás con esta posible medida, el lunes los dirigentes de la UTA siguieron tirando leña al fuego, bajo la amenaza de "si quieren guerra, van a tener guerra", dando a entender que los cortes de puentes se harían y que el conflicto del transporte público iba a seguir, por lo menos un día más.
Ayer las redes sociales explotaron de mensajes preguntando por los cortes de puentes en la ciudad y si estaban dejando pasar a los automovilistas, puesto que nunca nadie desde la UTA dijo que esto había sido un exabrupto y solo palabras que se las llevó el viento. Por el contrario, tal vez esperando forzar una nueva reunión o realmente tener chances de hacerlo, se jugó con la desesperación de los jujeños y no hubo hasta ahora un comunicado para aclarar el tema, incluso pidiendo disculpas por esos dichos.
La realidad muestra que durante el paro todas las partes involucradas estuvieron en una situación límite y poco tolerante, por lo que los dichos y las acciones se multiplicaron y la falta de aclaración o confirmación de la medida puso a una ciudad entera en situación de alerta y angustia