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Con la memoria encendida

Viernes, 19 de julio de 2019 01:03

El libro de Juan Guillermo Gonza rescata los testimonios del horror que vivieron en 1976 los noventa presos políticos que fueron secuestrados y trasladados a La Plata, en el operativo conocido como Vuelo 718. Se concentra especialmente en los hechos que fueron ventilados en el tercer Juicio por la Verdad sustanciado en nuestra provincia. En esa instancia, en la que Gonza dio su testimonio como sobreviviente del dramático episodio, fueron condenados por privación ilegítima de la libertad un exteniente del Ejército y diez agentes del Servicio Penitenciario Federal.

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El libro de Juan Guillermo Gonza rescata los testimonios del horror que vivieron en 1976 los noventa presos políticos que fueron secuestrados y trasladados a La Plata, en el operativo conocido como Vuelo 718. Se concentra especialmente en los hechos que fueron ventilados en el tercer Juicio por la Verdad sustanciado en nuestra provincia. En esa instancia, en la que Gonza dio su testimonio como sobreviviente del dramático episodio, fueron condenados por privación ilegítima de la libertad un exteniente del Ejército y diez agentes del Servicio Penitenciario Federal.

¿Cómo transitó la espera del Juicio por la verdad que iba a analizar los hechos del Vuelo 718?

Cuando inicio mi reflexión sobre los Juicios por la verdad caigo en cuenta, y así lo expreso y lo escribo, que tuvieron que pasar treinta y nueve años para llegar al tercer Juicio por la Verdad en la provincia de Jujuy. Lo expreso en la introducción y en mis primeras palabras en el libro digo que los he vivido con la memoria encendida, esperando que alguna vez la Justicia que, en todo proceso democrático después de una dictadura y un genocidio, tiene el objetivo de recuperar la majestad perdida. La Justicia había perdido en la dictadura absolutamente su majestad. Los recursos de amparo, se lo recordé al Tribunal Oral Federal de este tercer juicio, quedaban enganchados en las rejas de la vereda. Ese es el símbolo de lo que pasaba y del tiempo transcurrido.

¿Podría relatar su experiencia?

Yo fue detenido la noche del 24 de marzo en la Casa de Gobierno. En el mismo momento en que a Isabel Perón, presidenta constitucional, la sacaban en helicóptero de la Casa Rosada, a nosotros nos llevaban al Regimiento 20, con el anuncio del policía de turno que hasta ese momento nos cuidaba supuestamente, porque quería conversar con nosotros el jefe del Regimiento, el entonces coronel Bulacios. Esa entrevista nunca se concretó y el primer lugar de detención fue el Regimiento, un aula donde esperábamos qué nos podía pasar, sin ninguna certeza de que había una luz en la otra punta del túnel. Y fue así, efectivamente, al rato varones y mujeres detenidos en esa aula fuimos vendados y a determinada hora, ya avanzada la madrugada, esposados atados con piolines, con alambres, con precintos, nos sacaron a un patio. Y la primera tortura física fue hacernos poner en fila, bajo una llovizna, caminar por los fondos de ese sitio que así perdía su dignidad de sede del Ejército Argentino, para hacernos agachar, meternos por el barro y después ponernos contra una pared y decir acá se acaba todo. El cric o el crack de los fusiles remontándose fue el terror porque era un simulacro de fusilamiento muy duro, muy cruel.

Transcurrieron varios meses en el Penal de Gorriti hasta el 6 o 7 de octubre que es el día del inicio de este vuelo tenebroso, donde noventa presos políticos fuimos sacados de la celda a las patadas, robo de anillos y relojes, para llevarnos al aeropuerto y comenzar este vuelo que se relata en el juicio. Yo no lo relato en el libro, deliberadamente quise poner todo lo que está asentado y demostrado en el juicio. Terminamos en La Plata, con procedimientos similares, patadas, calle de la amargura, trompadas. El vuelo está todo relatado, eran doce mujeres que también testimonian en el juicio, pero ellas fueron llevadas en un avión más chico. En cambio, nosotros fuimos en un Hércules, encadenados en el piso con la cabeza entre las rodillas, vendados, para empezar toda una tortura continua durante el vuelo. A garrotazos, escupitajos, te obligaban a cantar el carnavalito, "coya de mierda, comunista de mierda, peronista de mierda". Nos orinaban. Ese relato es un pedacito de la historia que no podía quedar sin pegarse en este rompecabezas.

¿Recuerda como fue el día de la liberación?

El último día en la prisión de La Plata fue una mezcla extraña de alegría. Nos tuvieron desde el mediodía en una piecita, con un profesor de La Plata. Te soltaban de noche y la salida era un sendero largo a una especie de plaza, hasta la avenida. Como te seguían con reflectores, pensaba que me iban a pegar un balazo. En la avenida se detiene un taxi sin que le haga seña, pega el grito "suban, suban". El taxista nos pregunta "ustedes son presos", nos llevó a la terminal y no nos cobró.

Cuando volví a Jujuy me amenazaron, diciéndome que me tenía que ir. Tuve que exiliarme en Santa Cruz de la Sierra, esperanzado en trabajar allí, recuperarme. Fue imposible, no me dejaron. Digo tengo que ir a buscar el pasaporte a Buenos Aires. El Lloyd Aéreo Boliviano hacía escala en Salta y por esa escala aún continúo. Salta me recibió como un corazón abierto, una sociedad sorprendentemente cálida y acogedora, protectora, me reivindicó en la política, en el periodismo.

¿Cómo se vive después de todo esto?

El ser humano en las circunstancias extremas descubre fortalezas que no se imaginaría nunca tener. Como periodista hice muchas notas en las cárceles y llegaba a la conclusión y lo decía con toda soltura, yo no me bancaría estar preso. Llega el día en que te suceden estas cosas y descubrís esas fuerzas increíbles. Vos tienen dos posibilidades cuando te ponen una reja y te cortan las manos, salir una persona mejor o salir con ansias de venganza. Elegí el camino de buscar la justicia, tener esperanzas.

Usted fue un preso político y des de esa perspectiva ¿qué opina de la detención de Milagro Sala, condenada en varias causas por hechos de corrupción?

La prisión de Milagro Sala y todas las prisiones determinadas sin condena, por más que presuma corrupción y los montos sean tremendos, no comparto en absoluto la detención provisoria que se determina desde el poder. Es un anticipo de condena injusto porque no hay condena firme.

¿Qué opinión le merece la utilización con fines políticos partidarios de los Derechos Humanos durante el kirchnerismo?

Desde que empezó este proceso de politización de las organizaciones de Derechos Humanos he lamentado con profundo sentimiento y dolor la entrega a la militancia política partidaria sectaria de entidades sublimes como las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas, que no debieron haberse partidizado así ni usufructuado el poder económico. Creo que fueron envilecidas las instituciones. Obviamente comparto más la línea Fundadora de las Madres de Plaza de Mayo.

La primera noche

Juan Gonza compartió con Marina Vilte la primera noche de encierro.

“En el terror dos manos se aferraron a mi brazo izquierdo y una voz de mujer me preguntó mi nombre. ¿Quién sos?...

Juan Gonza... le respondí. ¿Y vos?...

Era Marina Vilte, la insobornable dirigente docente de la Asociación de Educadores Provinciales, Adep, compañera y amiga de una de mis hermanas, Nina, ya fallecida, y lo que son las cosas! adversaria acérrima de nuestro pensamiento político partidario, pues éramos los impulsores del gremio peronista frontalmente opuesto, la Unión de Docentes Argentinos, UDA.

"Nos van a matar Juan’, me dijo.

Y yo, sin argumento ni razón alguna le contesté: "No tengas miedo...’ Sentí el apretón de sus dos manos atadas, y ella el mío”.

Las presentaciones

Juan Guillermo Gonza presentará hoy a las 17 su libro “Operación Vuelo 718 - Con la Memoria Encendida”, en la sede de San Martín 1023 de la Facultad de Humanidades de la Unju, con el auspicio de la Asociación de madres y familiares de detenidos desaparecidos de Jujuy. 

El martes 23 del corriente a las 10 lo hará en el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma, en Libertador.

Finalmente, el 26 a las 17 lo presentará en el Museo de Bellas Artes de Salta, sito en Sarmiento esquina Belgrano de la vecina provincia.

El periodista

El romance de Juan Gonza con el periodismo se inició hace cincuenta años y transcurrió en las redacciones de Pregón y Extra, de nuestra provincia; los diarios Norte y El Tribuno y la revista Actualidad de Tartagal, de Salta. En El Tribuno salteño se desempeñó como subdirector tras la restauración de la democracia. Desde hace veintisiete años dirige en la vecina provincia el semanario de su propiedad Nueva Propuesta.

Recibió el premio Adepa a la Libertad de Expresión y el Galardón “Martín Miguel de Güemes” al Honor y la Ética.

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