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La gran incógnita que desvela a Macri y a los Fernández

Domingo, 21 de julio de 2019 01:02

Pese al sostenido repunte electoral que tuvo Mauricio Macri en los últimos tres meses, las encuestas marcan que la fórmula encabezada por Alberto Fernández sigue llevando la delantera de cara a las primarias del 11 de agosto, y que eso difícilmente se modificaría en los próximos veintiún días. La incógnita principal que reina por estas horas en el escenario político radica básicamente sobre cuál será la diferencia entre ambos espacios, lo que terminará siendo determinante para las elecciones generales del 27 de octubre.
En el bunker del Frente de Todos saben a la perfección que un triunfo por escaso margen en las Paso, de uno a tres puntos, podría terminar contaminando las chances reales de llegar a la presidencia, ya que Juntos por el Cambio aparece como una fuerza con mayor proyección para captar votos de otras extracciones políticas, como las de Roberto Lavagna, José Luis Espert y Juan Gómez Centurión, que entre los tres podrían llegar a acumular cerca de 17 puntos. 
No es una casualidad que el Gobierno haya radicalizado su discurso los últimos días intentando acaparar la mayor parte del voto ligado a la derecha más dura. Lo hizo a través de iniciativas polémicas como el Servicio Cívico Voluntario, tildado por muchos como una colimba light, y con declaraciones que igualan al kirchnerismo con Venezuela. El objetivo es claro: tentar a los votantes desencantados con el macrismo para lograr su respaldo en octubre a través del voto útil. 
Toda la campaña del oficialismo está orientada a confrontar contra el kirchnerismo, sin entrar en el debate sobre los futuras acciones de gobierno que tomaría Macri si resulta reelecto. ¿Por qué Macri se rehusa a hablar de propuestas concretas? Simple, para no tener que explicar por qué motivo no pudo aplicarlas en casi cuatro años de gestión. 
“Macri necesita un alto porcentaje de votantes en las Paso para acrecentar aún más sus posibilidades, ya que los jubilados representan una porción importante de los votos que podría tener el presidente”, aseguró ayer a El Tribuno uno de los principales laderos del jefe de Estado. En el laboratorio del Pro están trabajando a destajo para que las personas de la tercera edad vayan a las urnas el mes próximo, y para eso están visitando centros de jubilados y articulando redes con ese sector. 
La estrategia de Macri y Pichetto es profundizar al máxima la polarización utilizando los fantasmas de la eventual vuelta del cepo y el default si llegaran a ganar los Fernández. La campaña del miedo es muy efectiva para tratar de restarle votos a Lavagna, pero eso conlleva un riesgo mayúsculo para el oficialismo: un triunfo kirchnerista en las Paso podría provocar una hecatombe económica que podría terminar llevándoselo puesto en octubre.
Cualquier situación que genere ruido en la economía en medio de la campaña perjudica a Juntos por el Cambio, por más que las advertencias estén ligadas al kirchnerismo. Asegurar que si gana el Frente de Todos, Argentina se acercará al eje Caracas - Teherán como dijo Pichetto es una desproporción que no creen ni los mercados, pero lo que sí observa el mundo financiero es el avance del dólar, que podría dispararse en menos de un mes si el resultado es cercano a los ocho puntos a favor de los Fernández. 
La desordenada campaña del kirchnerismo empezó a tener un giro destinado a mostrar algunas propuestas concretas de campaña, cosa que hasta ahora no había ocurrido. El exjefe de Gabinete confirmó que anulará la actual fórmula de movilidad jubilatoria y también señaló que pesificará las tarifas de los servicios públicos. Ambas iniciativas están orientadas a capturar a los votantes de mayor edad y a los de la clase media, dos sectores que vienen siendo favorables a Macri en las últimas elecciones y esquivos al kirchnerismo hace tiempo. Lo que aún no queda claro es de dónde provendrían los recursos para tomar esas dos decisiones. En el fondo, los slogans de campaña siguen dominando la agenda política. 
Alberto Fernández continúa teniendo problemas en el manejo de la comunicación. Se volvió a cruzar con un periodista cordobés en medio de una entrevista y uno de sus principales referentes económicos, Guillermo Nielsen, acusó a Axel Kicillof de “ignorante”. Sin dudas, en el kirchnerismo hay un descontrol en la conducción del equipo de campaña, que maneja su colaborador Santiago Cafiero. Estos desajustes sucedieron luego de que todos los equipos de campaña del Frente de Todos hayan “unificado criterios” la semana anterior, lo que preocupa al entorno del candidato presidencial.
Los cuatro puntos en promedio que lleva Alberto Fernández de ventaja representan un porcentaje muy bajo de diferencia como para improvisar en el tramo final de una campaña tan áspera como esta. 

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Pese al sostenido repunte electoral que tuvo Mauricio Macri en los últimos tres meses, las encuestas marcan que la fórmula encabezada por Alberto Fernández sigue llevando la delantera de cara a las primarias del 11 de agosto, y que eso difícilmente se modificaría en los próximos veintiún días. La incógnita principal que reina por estas horas en el escenario político radica básicamente sobre cuál será la diferencia entre ambos espacios, lo que terminará siendo determinante para las elecciones generales del 27 de octubre.
En el bunker del Frente de Todos saben a la perfección que un triunfo por escaso margen en las Paso, de uno a tres puntos, podría terminar contaminando las chances reales de llegar a la presidencia, ya que Juntos por el Cambio aparece como una fuerza con mayor proyección para captar votos de otras extracciones políticas, como las de Roberto Lavagna, José Luis Espert y Juan Gómez Centurión, que entre los tres podrían llegar a acumular cerca de 17 puntos. 
No es una casualidad que el Gobierno haya radicalizado su discurso los últimos días intentando acaparar la mayor parte del voto ligado a la derecha más dura. Lo hizo a través de iniciativas polémicas como el Servicio Cívico Voluntario, tildado por muchos como una colimba light, y con declaraciones que igualan al kirchnerismo con Venezuela. El objetivo es claro: tentar a los votantes desencantados con el macrismo para lograr su respaldo en octubre a través del voto útil. 
Toda la campaña del oficialismo está orientada a confrontar contra el kirchnerismo, sin entrar en el debate sobre los futuras acciones de gobierno que tomaría Macri si resulta reelecto. ¿Por qué Macri se rehusa a hablar de propuestas concretas? Simple, para no tener que explicar por qué motivo no pudo aplicarlas en casi cuatro años de gestión. 
“Macri necesita un alto porcentaje de votantes en las Paso para acrecentar aún más sus posibilidades, ya que los jubilados representan una porción importante de los votos que podría tener el presidente”, aseguró ayer a El Tribuno uno de los principales laderos del jefe de Estado. En el laboratorio del Pro están trabajando a destajo para que las personas de la tercera edad vayan a las urnas el mes próximo, y para eso están visitando centros de jubilados y articulando redes con ese sector. 
La estrategia de Macri y Pichetto es profundizar al máxima la polarización utilizando los fantasmas de la eventual vuelta del cepo y el default si llegaran a ganar los Fernández. La campaña del miedo es muy efectiva para tratar de restarle votos a Lavagna, pero eso conlleva un riesgo mayúsculo para el oficialismo: un triunfo kirchnerista en las Paso podría provocar una hecatombe económica que podría terminar llevándoselo puesto en octubre.
Cualquier situación que genere ruido en la economía en medio de la campaña perjudica a Juntos por el Cambio, por más que las advertencias estén ligadas al kirchnerismo. Asegurar que si gana el Frente de Todos, Argentina se acercará al eje Caracas - Teherán como dijo Pichetto es una desproporción que no creen ni los mercados, pero lo que sí observa el mundo financiero es el avance del dólar, que podría dispararse en menos de un mes si el resultado es cercano a los ocho puntos a favor de los Fernández. 
La desordenada campaña del kirchnerismo empezó a tener un giro destinado a mostrar algunas propuestas concretas de campaña, cosa que hasta ahora no había ocurrido. El exjefe de Gabinete confirmó que anulará la actual fórmula de movilidad jubilatoria y también señaló que pesificará las tarifas de los servicios públicos. Ambas iniciativas están orientadas a capturar a los votantes de mayor edad y a los de la clase media, dos sectores que vienen siendo favorables a Macri en las últimas elecciones y esquivos al kirchnerismo hace tiempo. Lo que aún no queda claro es de dónde provendrían los recursos para tomar esas dos decisiones. En el fondo, los slogans de campaña siguen dominando la agenda política. 
Alberto Fernández continúa teniendo problemas en el manejo de la comunicación. Se volvió a cruzar con un periodista cordobés en medio de una entrevista y uno de sus principales referentes económicos, Guillermo Nielsen, acusó a Axel Kicillof de “ignorante”. Sin dudas, en el kirchnerismo hay un descontrol en la conducción del equipo de campaña, que maneja su colaborador Santiago Cafiero. Estos desajustes sucedieron luego de que todos los equipos de campaña del Frente de Todos hayan “unificado criterios” la semana anterior, lo que preocupa al entorno del candidato presidencial.
Los cuatro puntos en promedio que lleva Alberto Fernández de ventaja representan un porcentaje muy bajo de diferencia como para improvisar en el tramo final de una campaña tan áspera como esta.