Una extensa bandera celeste y blanca pendía en cascada a los pies del Monumento a los Héroes de la Independencia, embelleciéndolo, y así resaltaban más las figuras diseñadas por Ernesto Soto Avendaño mientras subían la escalinata los abanderados y escoltas de las distintas instituciones, algunos con sus uniformes, aquellos con rebozos bordados sobre paño rosa.
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Una extensa bandera celeste y blanca pendía en cascada a los pies del Monumento a los Héroes de la Independencia, embelleciéndolo, y así resaltaban más las figuras diseñadas por Ernesto Soto Avendaño mientras subían la escalinata los abanderados y escoltas de las distintas instituciones, algunos con sus uniformes, aquellos con rebozos bordados sobre paño rosa.
El Decreto provincial 3248 establece que Humahuaca, cada 9 de julio, se convierte en la capital histórica y cultural de la Provincia.
Con su atuendo de granaderos, los miembros de la Agrupación 9 de Julio, cargando sus carabinas, y el sol ya empezaba a calentar tras una mañana fría. Así saben ser los desfiles de la Independencia en Humahuaca, precisados de un api o de una chocolatada al comenzar para reclamar algo fresco a mediodía, cuando ya se marcha sobre la avenida General Manuel Belgrano.
El Himno a la hora de izar las banderas, a media asta por el fallecimiento del expresidente Fernando de la Rúa, junto a la Torre de Santa Bárbara y el tiempo protocolar, la bendición del obispo Florencio Félix Paredes Cruz con palabras sobre "la pobreza y la desigualdad que vemos, y que no fue en lo que pensaron aquellos congresales de Tucumán", y las del intendente anfitrión, Leonel Herrera, trazando un paralelo con la situación actual y la unidad de aquel 1816 ante la adversidad.
Si bien estaba presente el vicegobernador, Carlos Haquim, quien hizo uso de la palabra en nombre del Gobierno provincial fue Natalia Sarapura, a cargo de la cartera de Desarrollo Humano, quien empezó por recordar a "esos hombres y mujeres que dejaron la vida por la independencia". También esbozó un paralelo entre aquellos tiempos y estos, y se refirió a "este monumento que hace honor al esfuerzo que hicimos todas y todos".
Tras el minuto de silencio, las autoridades, abanderados y la agrupación militar descendieron del alto de Santa Bárbara para esparcirse por el casco céntrico, buscando sus lugares para el desfile, ya bajo un sol fuerte que aminoraba los pasos. No tardó mucho en ocuparse el palco, la banda bajo una media sombra enfrente, y la hilera de instituciones por desfilar se extendía más allá de la curva que sube tras pasar por el Parque de los Músicos.
Entonces el momento de mayor participación popular, porque los vecinos se suman en las veredas para verlos y aplaudirlos, y se ve correr a los niños que pasaron con su escuela para, luego, hacerlo en algún otro centro en el que también se forman, comenzando por las tantas escuelitas que jalonan el ancho territorio del departamento Humahuaca, acaso para luego ponerse en la fila de sus comunidades.
Al cierre de un fin de semana largo que juntó mucho turismo en los distintos puntos de la Quebrada, tras el desfile los participantes empezaron a buscar los sitios en los que su institución les agradecía con un almuerzo, y las calles de Humahuaca entrecruzaron el paso curioso de los visitantes con el amuchado de los alumnos y docentes.