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Peronismo...qué manera de volver!

Domingo, 11 de agosto de 2019 23:56

Alto porcentaje de votantes en Jujuy. Salvo algún detalle negativo y el folclore de siempre, el acto eleccionario se realizó con normalidad. Como dice cada político frente a cada micrófono que lo enfrenta, "fue una fiesta de la democracia". Prácticamente sin sorpresas, en Jujuy como en casi todo el país, se sintió el desencanto de los ciudadanos con el Gobierno nacional, que torcieron la votación del 2015 y el 2017, y le colgaron a Mauricio Macri el sambenito de una derrota casi letal para sus aspiraciones de continuidad. Se debe reconocer de manera inmediata y en un acto de sinceridad y justicia, que este contraste en las urnas, es consecuencia directa de dos cuestiones fundamentales: la primera que fueron cuatro años de gobierno del PRO, durante los cuales, sus aliados del antiguo Frente Cambiemos, tuvieron el rol de convidados de piedra, que los relegó prácticamente a mansos espectadores de las grandes decisiones nacionales de las que no participaban, que en muchos casos no compartían, y casi siempre las conocían por la prensa. La otra cuestión, fue el catecismo inviolable del gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba y su seguidor, el jefe de Gabinete Marcos Peña, que siempre mantuvieron subida al ring a la expresidente confiando que sería la rival más fácil de vencer. Despreciaron y ayudaron a dinamitar la "avenida del medio", y demasiado tarde cargaron la responsabilidad mayor en la mochila de María Eugenia Vidal, a quien casi la destruyeron ayer. El combo fue terrible. Y las diferencias finales llegan a este punto, en el que descontar las diferencias se transforma en algo parecido a subir y mantenerse al tope del palo enjabonado, con los lastres de la situación económica y social, y el humor general. Además no supieron, no quisieron y no pudieron entender los mensajes de las provincias amigas que se despegaban de la elección nacional. Así llegamos a Jujuy, donde la victoria del Frente de Todos en nuestra provincia alcanza para marcar a primera vista dos conclusiones: 1- Muestra aún el esfuerzo de liderazgo a pesar de la derrota- de Gerardo Morales, y de Chuli Jorge, con sus bemoles, y 2- Deja en evidencia que la obstinada persistencia del peronismo por despreciar la unidad, lo deja un escalón más abajo de un triunfo que pudo ser más resonante que ya hubiese instalado un camino con derecho soñar sin límites en Jujuy. También con sus bemoles.

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Alto porcentaje de votantes en Jujuy. Salvo algún detalle negativo y el folclore de siempre, el acto eleccionario se realizó con normalidad. Como dice cada político frente a cada micrófono que lo enfrenta, "fue una fiesta de la democracia". Prácticamente sin sorpresas, en Jujuy como en casi todo el país, se sintió el desencanto de los ciudadanos con el Gobierno nacional, que torcieron la votación del 2015 y el 2017, y le colgaron a Mauricio Macri el sambenito de una derrota casi letal para sus aspiraciones de continuidad. Se debe reconocer de manera inmediata y en un acto de sinceridad y justicia, que este contraste en las urnas, es consecuencia directa de dos cuestiones fundamentales: la primera que fueron cuatro años de gobierno del PRO, durante los cuales, sus aliados del antiguo Frente Cambiemos, tuvieron el rol de convidados de piedra, que los relegó prácticamente a mansos espectadores de las grandes decisiones nacionales de las que no participaban, que en muchos casos no compartían, y casi siempre las conocían por la prensa. La otra cuestión, fue el catecismo inviolable del gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba y su seguidor, el jefe de Gabinete Marcos Peña, que siempre mantuvieron subida al ring a la expresidente confiando que sería la rival más fácil de vencer. Despreciaron y ayudaron a dinamitar la "avenida del medio", y demasiado tarde cargaron la responsabilidad mayor en la mochila de María Eugenia Vidal, a quien casi la destruyeron ayer. El combo fue terrible. Y las diferencias finales llegan a este punto, en el que descontar las diferencias se transforma en algo parecido a subir y mantenerse al tope del palo enjabonado, con los lastres de la situación económica y social, y el humor general. Además no supieron, no quisieron y no pudieron entender los mensajes de las provincias amigas que se despegaban de la elección nacional. Así llegamos a Jujuy, donde la victoria del Frente de Todos en nuestra provincia alcanza para marcar a primera vista dos conclusiones: 1- Muestra aún el esfuerzo de liderazgo a pesar de la derrota- de Gerardo Morales, y de Chuli Jorge, con sus bemoles, y 2- Deja en evidencia que la obstinada persistencia del peronismo por despreciar la unidad, lo deja un escalón más abajo de un triunfo que pudo ser más resonante que ya hubiese instalado un camino con derecho soñar sin límites en Jujuy. También con sus bemoles.

JULIO FERREYRA

Al GM esta vez le tocó perder. Porque le costó más que antes mantener el primer lugar del podio, y las diferencias a favor de junio se licuaron. Llegó casi tarde a la campaña para las Paso y se la puso al hombro. Así se erosionó su liderazgo, como también el del intendente de San Salvador de Jujuy, Raúl "Chuli" Jorge donde las diferencias le dieron vuelta tantos triunfos anteriores. Allí aparecieron los "bemoles", poco acompañamiento -o poco entusiasmo- de la mayoría de la dirigencia del Cambia Jujuy con los candidatos Raúl Rizzotti y Natalia Sarapura. Esas actitudes quedaron magnificadas al compararse con los resultados de otros tiempos de los intendentes radicales del interior, particularmente de la zona del Ramal, donde no pudieron sostener el reciente triunfo en sus parroquias. ¿Sus victorias individuales los dejaron cansados? ¿No les importó el destino del conjunto? El llamado de atención, la alarma, es para todos -unos más otros menos- pero así a Mauricio Macri y sus dirigentes como al GM y los suyos, a partir de hoy, se les presenta la durísima tarea de buscar repetir la trayectoria desde las Paso a las generales que en el 2015 tuvo características de epopeya. Pero, claro, hoy ya todo se presenta diferente. Para acentuar el agradecimiento y para tenerlo a su lado -siempre es bueno arrimarse a un amigo leal- dijeron los radicales que anoche el Presidente de la Nación llamó al GM a Buenos Aires, para compartir el cierre de una noche triste. Mauricio comienza hoy su campaña final. Gerardo comienza hoy a diseñar un futuro de cuatro años con el horizonte más temido: un gobierno nacional K.

El peronismo de Jujuy está de vuelta. En el trancablanca de la política quedó arriba subido por el envión nacional de la fórmula F&F, y sostenido por el bajón indetenible que aplastó a la fórmula del oficialismo nacional y provincial. En Jujuy el PJ utilizó las Paso. Carolina Moisés cabalgó sobre la boleta larga y lideró un triunfo importante que la deja a punto de abandonar la banca provincial recientemente ganada para no dejar su banca en el congreso nacional. Julio Ferreyra, siempre sorprendente, se arrimó y en muchas mesas ganó, a pesar de correr con boleta corta, consolidando el romance político con miles de jujeños que se blanqueó el 9 de junio. Guillermo Sapag, el tercero en carrera no solo aportó buenos votos, sino que consolidó un espacio que de cara al 2021 queda instalado con todo el futuro que quieran encarar. Los bemoles de la campaña peronista fueron disonantes por la dispersión de sus listas. Usar las Paso los movilizó, pero les restó la posibilidad de una suma política de la unidad, en la que siempre dos más dos, es mucho más que cuatro. Como sea, el presidente Rubén Rivarola -que debió soportar durante la campaña diferentes ataques de adentro y de afuera- resumió el sentimiento: "los peronistas volvemos a sentir el orgullo de serlo. Vamos por el cambio en serio".

Los guarismos de anoche, al cierre de esta edición, indicaban que el D’ Hont del PJ, llevaría a presentar el dúo María Carolina Moisés y Julio Daniel Ferreyra por el Frente de Todos en octubre; y Jorge Rizzotti y Natalia Sarapura por el Frente todos por el Cambio; Alejandro Snopek por Consenso Federal y Alejandro Vilca por la Izquierda Unidad. Siguiendo los mezquinos y tardíos datos obtenidos tras el mayúsculo papelón del sistema de cómputos, las oportunidades jujeñas se repartirían entre dos peronistas y un radical. Pero esto es una fotografía parcial que se consolidará -o cambiará- en las próximas horas.

JORGE RIZZOTTI

Ya todo pasó. Queda confirmada la volatilidad del electorado. La certeza de que nadie tiene los votos cautivos. Y sobre todo, mirando hacia adelante, lo importante debería ser que todos los políticos, desde todos los sectores, comprendan las consecuencias terribles y lapidarias, que la soberbia trae consigo.

 

 

 

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