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Alberto Fernández, a punto de ser presidente en primera vuelta

Lunes, 12 de agosto de 2019 00:21

Alberto Fernández le propinó anoche una paliza histórica a Mauricio Macri y en octubre se convertirá seguramente en el próximo presidente de la Nación.

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Alberto Fernández le propinó anoche una paliza histórica a Mauricio Macri y en octubre se convertirá seguramente en el próximo presidente de la Nación.

El resultado provocó anoche un cimbronazo impresionante en el mapa político de la Argentina, luego de varios meses de incertidumbre y penuarias económicas. Los casi quince puntos de diferencia que le sacó el Frente de Todos a Juntos por el Cambio no estaban en la mente de absolutamente nadie, ya que las boca de urna distribuidas durante toda la tarde por el Instituto Patria marcaban una diferencia casi de la mitad.

El triunfo es tan contundente que muestra una particularidad insólita: si se suman todos los votos de Roberto Lavagna, Juan Gómez Centurión y José Luis Espert -los tres candidatos más afines al pensamiento de Macri- no se llegaría a igualar la cantidad de sufragios cosechados por los Fernández. Ese dato no es para nada menor, porque permite pronosticar que al Gobierno se le haría matemáticamente imposible revertir el resultado en sólo dos meses.

El único acierto que tuvieron los encuestadores, en otra pobre producción estadística, fue vaticinar que la elección estaría tan polarizada que no dejaría margen competitivo para ninguna tercera opción. De hecho, Lavagna obtuvo menos de la mitad de los sufragios que había conseguido Sergio Massa en 2015, consolidando un pobre resultado a nivel nacional.

La elección del Gobierno fue tan mala que ni siquiera logró ganar en provincias radicales como Mendoza y Jujuy, en donde ni el más fanático del kirchnerismo imaginaba que los Fernández se podrían llegar imponer allí. En el caso jujeño, el oficialismo instaló que si ganaba el Frente de Todos liberarían a Milagro Sala, de muy mala reputación entre la opinión pública. Pese a esa amenaza, la victoria del peronismo fue tan abultada que Carolina Moisés se transformó en la candidata más votaba del comicio, aún debiendo afrontar una interna en su propio partido.

El mazazo que recibió el jefe de Estado pone en serio peligro la normal continuidad de su gestión para los próximos cuatro meses. La frágil y artificial estabilidad del dólar podría derrumbarse en cuestión de horas generando una nueva disparada de la inflación para el mes próximo. No hace falta aclarar que un escenario de ese tipo acentuaría el malestar hacia el Gobierno y podría incidir directamente en los resultados de cara a octubre.

Macri, sin dudas, deberá tomar medidas urgentes tanto en el plano económico como en el institucional, ya no para seguir con vida electoralmente sino para llegar con algo aire al 10 de diciembre, fecha en la que su íntimo amigo Daniel Angelici prevé un dólar de $70.

¿Se viene un cambio de Gabinete? Es muy probable, aunque sería una medida totalmente insuficiente si se quiere modificar un estado de ánimo en la sociedad, que parece ya haber definido su futuro. Además, en el entorno de Macri saben a la perfección que les será muy complejo encontrar figuras nuevas y oxigenantes que quieran sumarse a un gobierno en retirada y con enorme incertidumbre financiera. La única campaña que puede darle algún mínimo resultado a Macri es contener las variables económicas hasta las elecciones generales, lo que a esta hora suena a un deseo mucho más que a una realidad.

La abrumadora diferencia entre los dos principales candidatos tuvo su génesis central en la provincia de Buenos Aires, donde el Frente de Todos le sacó más de un millón seiscientos mil votos a Juntos por el Cambio. Allí, en la madre de todas las batallas, emergió uno de los grandes ganadores de las Paso: Axel Kicillof, quién recién hace tres años comenzó a caminar el distrito, aventajó por más de dieciséis puntos a María Eugenia Vidal, la dirigente con mayor imagen positiva de todo el país. El exministro de Economía consiguió retener prácticamente todos los votos que sacaron Alberto y Cristina en la categoría presidencial, lo que lo ubica automáticamente como uno de los dirigentes con mayor proyección presidencial de la Argentina de cara a 2023.

A partir de hoy nada será igual en la política nacional. El discurso oficial de "votennos para que no vuelva Cristina" tuvo muy poco eco en la sociedad y no está claro cuál será la estrategia del Gobierno para tentar a sumar nuevos apoyos a los que consiguió anoche. La inminente vuelta del kirchnerismo al poder significa un hecho impensado para la mayoría de los argentinos, que le dieron la espalda hace sólo cuatro años en el balotaje. Es evidente que la paupérrima gestión económica de Macri se encargó de hacer casi todo el trabajo de resurgimiento del peronismo, que recién se mostró unido durante la segunda mitad de este año y con un sorpresivo postulante al que nadie tenía en cuenta.

 

 

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