El disco se llama "Pa' volver al pago", el espectáculo fue "Jujuy en acordeón", y lo cierto es que Elías Ábalos dejó todo en las tablas del teatro Mitre. Cumplió su sueño y el de sus inspiradores Elías Ábalos (abuelo al que él le dice "mi papá") y su tío Ismael Ábalos, ambos recordados artistas del acordeón.
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El disco se llama "Pa' volver al pago", el espectáculo fue "Jujuy en acordeón", y lo cierto es que Elías Ábalos dejó todo en las tablas del teatro Mitre. Cumplió su sueño y el de sus inspiradores Elías Ábalos (abuelo al que él le dice "mi papá") y su tío Ismael Ábalos, ambos recordados artistas del acordeón.
La noche elegida por Elías para poner en escena semejante show, el que le permite mostrar la primera grabación que lo tiene como protagonista. Toca varios instrumentos, pero en algún momento de su carrera el amor por el acordeón fue más fuerte. Un poco más allá en el recorrido también sumó su voz. Lo cierto es que como artista integral está en su mejor momento.
La presentación del viernes pasado dejó en las retinas y en los oídos, las mejores imágenes y los mejores sones. El público además se fue con una sensación envolvente, que incluyó el aroma de la comida y la emoción de los recuerdos y homenajes.
Es que el espectáculo incluyó una pintura en vivo a cargo de "Leo" Vargas, artista palpaleño, quien trabajó durante el recital en el palco derecho al lado del escenario; y cocina en vivo, con el chef Cristian Duarte, quien hizo un picante de mondongo, también durante el espectáculo, desde el palco izquierdo. Al final se sorteó el cuadro que resultó de esta inspiración, entre el público presente, y la gente al salir, pudo degustar la comida en el hall del coliseo.
Ambos sumaron su impronta a una presentación que se destacó por no dejar nada en el tintero. Elías demostró ser un artista completo, desde lo artístico, desde la animación, y desde la ética afectiva que lo enriquece, porque no se olvidó de ninguno de sus maestros y amigos artistas, que fueron guiándolo en su andar, o que le dieron alguna oportunidad.
Y también ilustró cada momento del show el ballet Herencia Norteña que dirige Gabriela Ramírez.
El telón se abrió con poesía, y recitado en off, con los versos de Atahualpa Yupanqui, que define la labor del artista y su relación con la Pachamama. Siguió con el primer tema elegido en esta programación, "Las cinco letras", con ritmo de takirari.
Pasaron los primeros temas, y el momento de la presentación, y a partir de ahí Elías brindó un show muy conversado, estuvo en constante comunicación con el público,
contándole su historia, las razones por las que eligió a cada uno de los invitados, contando anécdotas, y en especial su emoción. Esto hizo de la cita un encuentro muy ameno.
Recordó sus inicios, su paso por el grupo Cacharpaya, en el lugar de su referente, Fortunato Ramos, cuando el maestro se separa del grupo, cómo se conoció con las hermanas Simón y luego con José Simón, su viaje a Italia con el ballet Sol y Arte y Memo Vilte, su experiencia con Tomás Lipán para quien tuvo palabras de afecto por el reciente fallecimiento de su hija, la pianista Fita Ríos, y por esa razón no pudo participar del show.
El primer homenaje fue no sólo para Tomás, sino también para su hermano el músico compositor Domingo Ríos, y su hija Fita, con "La Susqueña".
Luego siguió el homenaje a otro maestro, el querido Ernesto "Negro" Altamirano, y entonces le entregó un presente a su hija, Gabriela Altamirano. Él puso la voz en este disco.
También contó como invitados a integrantes del ballet Ecos de Luz que dirige el profesor Carlos Burgos.
Otro de los invitados fue el cantor José Simón, con quien hizo dos temas; y luego las hermanas Simón, que volvieron a juntarse en un escenario después de mucho tiempo, por cumplir el deseo de Elías.
Pasaron por el escenario también el guiyarrista y productor musical Ramón Córdoba, el vientista Josquín Medrano, Nahuel Lizárraga, por mencionar algo de todo lo que pasó en esa noche.
El artista también homenajeó con un presente para la familia, a Carlos "El Mono" Laspiur, fallecido recientemente.
Se dio el gusto también de hacer el tema más emblemático en su historia familiar, como es "Vuelvo a Doncellas", la cueca más conocida que creó su abuelo. Y lo hizo junto a su pequeño hijo, que ya presume con su acordeón de juguete, y lo acompañó a cantar.
Don Elías (padre abuelo) vibraba en la dinastía de los que no se olvidan, el momento había llegado y estaba sucediendo. Nada que pedir, nada que guardar, todo estuvo allí, y a partir de ahí la consagración definitiva del heredero, que a esta altura ya es dueño de su propia identidad.