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Fortaleza y convicción para triunfar en la vida

Augusto nació prematuro, estuvo grave y salió adelante. Al día de hoy practicó 11 deportes y nunca bajó los brazos.
Martes, 20 de agosto de 2019 01:02

El primer diagnóstico que los médicos le dieron cuando nació fue que "no creían que pase la noche", pero 22 años después de ese día, el palpaleño Augusto Herrera nos cuenta que a lo largo de su corta edad practicó más de diez deportes, fue a la escuela y es un joven muy activo que desarrolla varias actividades todos los días.

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El primer diagnóstico que los médicos le dieron cuando nació fue que "no creían que pase la noche", pero 22 años después de ese día, el palpaleño Augusto Herrera nos cuenta que a lo largo de su corta edad practicó más de diez deportes, fue a la escuela y es un joven muy activo que desarrolla varias actividades todos los días.

 

Nació a los 6 meses de gestación, pesó 780 gramos y luego bajó a 600. Midió 40 centímetros y estuvo 2 meses con respirador.

Adriana, su madre, transitaba el sexto mes de embarazo sin ninguna dificultad allá por octubre del año 1997, cuando una noche empezó a sentir dolores extraños. Al dirigirse al hospital tuvo que dar a luz de urgencia un pequeñito que no llegaba al kilogramo de peso.

Lo que los médicos le dijeron no fue nada alentador porque el desarrollo de Augusto había sido escaso dentro de la panza de su mamá. Debía estar en una incubadora corriendo el riesgo de no sobrevivir, quedar inválido o ciego, pero desde ese momento empezó a mostrar esa fuerza interior y esas ganas de vencer cualquier dificultad. Fortaleza que lleva hasta el día de hoy como su principal arma para salir adelante ante las adversidades que le presenta la vida.

Cuatro meses después, el pequeño recién pudo volver a su casa y ya tenía el tinte de ser un luchador.

Pese a tener una parálisis cerebral con una dificultad motriz, a medida que fue creciendo, se interesó mucho en lo deportivo.

Fútbol, natación, karate, patín, tenis, tenis de mesa, básquet, atletismo, taekwondo, hóckey y skate fueron los deportes que practicó a lo largo de su corta edad.

A los chicos con discapacidad que no se animan a hacer lo que les gusta "les digo que lo intenten y que nunca bajen los brazos. Sin intentarlo nada tiene sentido", mencionó Augusto, en diálogo con El Tribuno de Jujuy.

Adriana Ortíz, su mamá, comentó que "desde chiquito fue muy inquieto, en el buen sentido, le gusta hacer de todo y siempre quiere estar en todos los espacios que sean posibles, tanto sociales y deportivos".

"Cuando hizo patín nos decían que era muy riesgoso que se suba a los patines pero un día se los puso en la habitación y empezó a andar. Siempre se la rebuscó e ingenió para acomodarse y hacer la disciplina que quería. Si tiene que hacer algo, nunca dice que no, siempre se anima", añadió.

Actualmente desarrolla actividades dentro del espacio que la Secretaría de Deportes de la Provincia propone para personas con discapacidad en el predio de la Unju.

"Las dos profesoras que tengo son muy buenas con todos y nos enseñan muy bien a hacer de todo. Somos aproximadamente 20 chicos que van de diferentes lugares de la provincia todos los días", dijo Augusto.

Un día agitado

Desde temprano, Augusto inicia con sus actividades. Por la mañana asiste al predio de la Unju, "aprendió a manejarse solo en los colectivos. A las 13.30 regresa a su hogar, a veces a las 15 vuelve a salir para hacer natación o lo que le toca hacer. Vuelva a casa a las 19, se baña y a las 20 tiene otra actividad en la que hace un entrenamiento personalizado", sostuvo su madre.

También, dos veces a la semana asiste a taekwondo en la ciudad siderúrgica. Años atrás participó en tres ocasiones en los Juegos Evita en Buenos Aires.

Además, en Palpalá tiene a su equipo de fútbol adaptado que se llama "Espíritu Deportivo" donde comparte ese deporte junto a amigos de la ciudad siderúrgica y es un fiel seguidor del club Altos Hornos Zapla.

Paralelo a eso, participa en otros espacios sociales con sus amigos, van al cine y al parque juntos.

Es un joven muy respetuoso, "todos me felicitan en la calle. Tiene mucha personalidad también, no deja que lo pasen por encima", agregó la mamá.

Poca inclusión y gente “que no está preparada”

 

Pese a tener buenos amigos, sufrió situaciones de burlas durante su vida, pero tiene su carácter y sabe defenderse, contó su mamá.

 

SALE A LA CANCHA/ AUGUSTO HERRERA TIENE 22 AÑOS Y BUSCA SUPERARSE SIEMPRE.

“Es un chico muy independiente y eso es muy lindo pero a la vez nos da muchos temores porque la calle es muy peligrosa. Hay mucha gente que todavía no está preparada en términos de inclusión para personas con discapacidad”, indicó Adriana Ortíz, madre de Augusto Herrera.

Siguió diciendo que “hay colectiveros que a veces no lo dejan subir solo porque él no va con acompañante a sus entrenamientos. Muchas veces con mi esposo hablamos con los choferes para contarles que él se maneja solo”.

Asimismo indicó que “tiene un Dios aparte porque nunca le pasó nada grave aunque tuvo situaciones muy difíciles durante su vida. Mucha gente lo conoce y lo quiere. Siempre tiene un ángel que lo cuida a donde va”. 

En ese sentido, contaron que su abuela lo ayudó mucho a moverse solo en capital y cuando no conoce algún lugar averigua por su propia cuenta y siempre llega a donde quiere llegar.

“Tiene muchos grupos de amigos, eso es lindo pero feo a la vez porque corre muchos riesgos. Le pasó una vez que sufrió grooming, fue algo muy feo que pasamos, la verdad que hay mucha gente mala por eso siempre le decimos que tenga cuidado cuando sale”, remarcó. 

Episodio doloroso con policías

Una noche, el joven regresaba a su hogar tras terminar su jornada deportiva. Cuando pasaba por el monumento a San Cayetano que está en Palpalá fue interceptado por tres policías, una mujer y dos hombres. 

Su madre relató ese duro momento, “lo increparon y le dijeron que estaba borracho y drogado por su forma de caminar. Por suerte pasaron amigos de él por el lugar y hablaron con los policías. Regresó a la casa muy triste y nosotros salimos corriendo a hablar con la Policía, estábamos muy molestos. Lo peor es que nadie se hizo cargo”.

Tras ese episodio, Augusto quedó muy mal y asustado, y esa misma noche convulsionó por primera vez en su vida.