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Tintorería: un oficio que está desapareciendo

Domingo, 25 de agosto de 2019 01:00

En la mayoría de las entrevistas que se hicieron en este espacio "Saber y Hacer", se pudo compartir con artistas, artesanos y trabajadores la satisfacción que encuentran en un trabajo que además de proporcionarles el sustento para sus familias, los hace felices. Pero en esta oportunidad está la tristeza de un trabajador que ve cómo de a poco el oficio que realizó durante más de treinta años se extingue lentamente.

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En la mayoría de las entrevistas que se hicieron en este espacio "Saber y Hacer", se pudo compartir con artistas, artesanos y trabajadores la satisfacción que encuentran en un trabajo que además de proporcionarles el sustento para sus familias, los hace felices. Pero en esta oportunidad está la tristeza de un trabajador que ve cómo de a poco el oficio que realizó durante más de treinta años se extingue lentamente.

En el recorrido por la ciudad se conoció a Pedro Guzmán, que lleva más de 30 años al frente de la "Tintorería Guzmán" ubicada en cercanías de la exTerminal de ómnibus y con mucha tristeza compartió su resignación ante la desaparición de su oficio.

Cuando se le propuso recordar sus años de tintorero, Guzmán indicó con desánimo "para que vamos hablar de un oficio que ya no existe, estamos a punto de cerrar, sería inútil recordar lo que fue años atrás".

TRAJES / SON LAS PRENDAS QUE MÁS INGRESAN AL NEGOCIO.

Cuando se le pidió rescatar a través de sus palabras la tarea de uno de los oficios más requeridos en la historia, confió que cuando era joven trabajó en la tradicional tintorería Tokio, ubicada en el casco céntrico de la ciudad, donde aprendió todos los secretos para dejar las prendas de sastrería y de gala como nuevas. Al finalizar la década de los 70, en medio del proceso llamado de "reorganización nacional", se quedó sin trabajo. Fue en ese momento en el que decidió iniciar el proyecto de una tintorería propia. "Me costó mucho, era muy difícil comprar las máquinas, pero en esa época había mucho trabajo y se podía pagar lo que debíamos del equipamiento", recordó Guzmán.

En su relato indicó que con mucho trabajo y con dedicación pudo hacer funcionar el comercio, ya que ante mucha gente tenía el hábito de usar trajes y muchas escuelas usaban uniformes que requerían de la tarea del tintorero.

Por otro lado, indicó que el cambio en las formas de vestir han ido desapareciendo del uso cotidiano la ropa formal, que es la que por lo general requería limpieza y planchado de tintorería. "Antes en épocas festivas, como fin de año, ingresaba mucho trabajo de limpieza y planchado de trajes que eran usados para reuniones de despedida del año, reencuentros y todo tipo de fiestas. Ahora ya no se usa ese tipo de vestimenta. Ni en el invierno se recibe trabajo, ya no se usan tapados ni ponchos, todas las telas que están de moda son sintéticas o quizás ya no se reutiliza las prendas sino se compran otras".

ALTERNATIVA / TAMBIÉN SE OFRECE EL SERVICIO DE ACONDICIONAMIENTO DE PRENDAS.

"Así que tras tantos años de realizar esta tarea que me apasionó creo que es hora de cerrar, ya que muchos meses debo sacar dinero de mi jubilación para poder pagar el alquiler", explicó.

También comentó que en un esfuerzo por refuncionalizar el negocio implementó el servicio de acondicionamiento de piezas de sastrería y que intentó incursionar en lo que hoy se denomina tintorería ecológica, que realiza tratamiento solo sobre la mancha. "Pero eso no va con mi oficio, yo no puedo pasar el cepillo y devolver la prenda. Mi tarea fue siempre entregar una prenda completamente limpia y eso es poco requerido en la actualidad", expresó Guzmán con resignación en su mirada.

La historia de la tintorería

Los pueblos más antiguos, como la India, Persia y China, practicaron con maestría, en remotísimos tiempos, el arte de la tintorería, sirviéndose, entre otras materias colorantes, del índigo, rubia, catecú, diversas cochinillas, etc. Los fenicios, pueblo conocieron también dicho arte, los tonos púrpura fueron la prueba de lo lejos que supieron llevar los métodos y procedimientos de tintura.

Luego, el descubrimiento del Nuevo Mundo, dio lugar a la importación de nuevas materias tintóreas, como la cochinilla, palo del Brasil, campeche, achiote, etc., con las que el arte de teñir experimentó un nuevo y real impulso. Los antiguos tejidos que se conservan del Imperio de los Incas atestiguan el grado de perfección a que habían llegado los indígenas de América en el empleo de plantas tintóreas. A esto se le sumo luego los procedimiento del planchado y tratamiento de las diferentes machas como así también el arreglo de las piezas de sastrería.