"Este nuevo año, se puso de manifiesto con más fuerza la fe y la generosidad de los sampedreños, de manera muy especial, en esta devoción hacia San Cayetano, patrono del trabajo y de la paz y es reconfortante saber que ven en este santo, un modelo de vida, alguien que se enamoró de Cristo y que a partir de ese amor, se dedicó a las personas más necesitadas.
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"Este nuevo año, se puso de manifiesto con más fuerza la fe y la generosidad de los sampedreños, de manera muy especial, en esta devoción hacia San Cayetano, patrono del trabajo y de la paz y es reconfortante saber que ven en este santo, un modelo de vida, alguien que se enamoró de Cristo y que a partir de ese amor, se dedicó a las personas más necesitadas.
Sabemos bien por la situación que estamos atravesando, que no sólo tiene que ver con la falta de trabajo sino con la crisis existencial en nuestras vidas y San Cayetano viene a animarnos, a darnos esperanza, a ayudarnos a descubrir la gran familia que nos une y que nos lleva a ser solidarios".
Fue parte del mensaje pronunciado por el padre Héctor Martínez, quien presidió la multitudinaria celebración, que se vivió con gran fervor en barrio San Cayetano.
Miles de feligreses llegaron como todos los años, llevando en sus manos, la imagen del santo y canastas con panes para bendecir y compartir.
En otro tramo, el sacerdote ponderó el gesto solidario de la comunidad que ofreció mercadería para que sea distribuida a las personas más necesitadas.
"Reconforta ver que la gente no da lo que le sobra, trajo lo que también necesita para su familia para darle al que no tiene nada, allí está el espíritu de San Cayetano, dar aun teniendo necesidad, en ese gesto ellos se dan y esa mercadería ya tiene rostro. En esta festividad, lo hermoso también es el pan que se reparte y se comparte para que nadie se quede con las manos vacías. Sabemos que si no hay pan tenemos hambre y el signo de esta fiesta es partir y compartir el pan en torno a la mesa de la gran familia de Dios", finalizó.
La festividad
La festividad patronal, que se inició con el rezo de la novena, la serenata y un acto protocolar en horas de la mañana, tuvo el oficio central entrada la noche del miércoles, con la solemne misa central que se ofició frente a la capilla y fue multitudinaria la presencia de devotos llegados desde distintos puntos.
Finalizada la misma, se dispuso todo para la tradicional procesión con la imagen del santo patrono y otras llegadas desde las capillas de la jurisdicción de la parroquia San Andrés.
Luego de una largo peregrinar, entre cánticos de alabanzas y rezos, la procesión arribó al altar levantado en el sector, donde el padre Héctor bendijo el pan, el que luego fue compartido entre todos los que llegaron para vivir esta festividad en honor al patrono del pan y del trabajo.