La noticia del fallecimiento del veterano de guerra de Malvinas Carlos Díaz, acaecido ayer a la madrugada, generó gran consternación en nuestra provincia. Sus restos son velados en la sede del Centro de Veteranos de Guerra ubicada en Alto Comedero y serán inhumados hoy a las 15 en el cementerio parque El Solar.
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La noticia del fallecimiento del veterano de guerra de Malvinas Carlos Díaz, acaecido ayer a la madrugada, generó gran consternación en nuestra provincia. Sus restos son velados en la sede del Centro de Veteranos de Guerra ubicada en Alto Comedero y serán inhumados hoy a las 15 en el cementerio parque El Solar.
En 1982, durante la recuperación de las islas, Díaz formaba parte del Regimiento de Infantería 7 de La Plata. Su unidad tuvo el mayor número de bajas en el Combate de Monte Longdon, ocurrido entre el 11 y 12 de junio de 1982 y que concluyó con la ocupación británica de Puerto Argentino. Fue prisionero de guerra.
Era un hombre respetuoso, amable y enamorado de la familia que había formado con la platense Mirta Cristina Rodríguez, una luchadora incansable de la Causa de Malvinas. De su unión con esta extraordinaria mujer nacieron sus hijos Jaquelina Graciela, Gladys Paola y Carlos Guillermo.
Díaz nació en San Salvador de Jujuy el 18 de agosto de 1954. Realizó sus estudios primarios en la Escuela "Juanita Stevens" y los secundarios en la Escuela de Educación Técnica 1 "Escolástico Zegada". Posteriormente ingresó al Ejército Argentino.
SIEMPRE PRESENTE/ MIRTA CRISTINA RODRÍGUEZ DE DÍAZ, ESPOSA DEL HÉROE JUJEÑO.
En una entrevista que concedió años atrás para el libro de mi autoría, "Malvinas en primera persona", relató su experiencia en las islas. "Partí a Malvinas teniendo 27 años, siendo sargento primero, teniendo una señora esposa y tres hijos, llegando el 16 de abril a Puerto Argentino".
En un principio formó parte de un comando en el área de Inteligencia y el 27 de mayo, cuando "las papas quemaban", le asignaron un grupo de nueve soldados con quienes combatió en Monte Longdon, uno de los choques más cruentos de la guerra con Gran Bretaña.
Tras retirarse del Ejército, se dedicó de lleno a malvinizar junto a su esposa y compañeros de trinchera.
Con la desaparición de Díaz se cierra un capítulo de la historia vinculada con la gloriosa actuación de los jujeños en la gesta de 1982.